Ceuta // Movilizaciones contra la política de inmigración
Caravana contra la valla

Quinientas personas marcharon desde diferentes puntos del Estado español y Europa, entre el 4 y el 6 de noviembre, contra la valla que separa Europa de África en Ceuta y al encuentro de los migrantes africanos.

, Ceuta
25/01/06 · 19:11
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Tras las protestas que se vivieron en diversas capitales y ciudades europeas el 29 de octubre, el rechazo a la política materializada en las muertes de inmigrantes en Ceuta y Melilla vivió su momento álgido hasta la fecha con la marcha de 500 activistas a la frontera. Entre el 4 y el 6 de noviembre, la valla que separa Europa de África fue el objetivo de la caravana de protesta, compuesta principalmente de manifestantes del Estado español, a los que se unieron suecos, italianos, alemanes y franceses.
Pese a que la Guardia Civil impidió el acceso de la comitiva al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta, la caravana pudo encontrarse en una explanada adyacente con los internos para conocer de primera mano la realidad de lo sucedido estos días en la que se ha llegado a llamar “valla de la muerte”. El domingo 6 la expedición se reunió con el delegado del Gobierno en Ceuta para exigir una investigación de las muertes y la admisión de las peticiones de asilo de los inmigrantes.

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José Miguel Alfonso
Los integrantes de la caravana forcejean con la Guardia Civil en Ceuta

“Hacia la valla como lugar de un crimen perpetrado en nombre de las democracias europeas” se dirigieron unas quinientas personas de diferentes puntos del Estado español (Málaga, Sevilla, Granada, Cataluña, A Coruña, Madrid) y diferentes países europeos (Suecia, Italia, Alemania y Francia). Por la desmilitarización de las fronteras, contra la actual política migratoria europea y por la regularización de los migrantes que ya han logrado salir.

En ‘la valla de la vergüenza’ de la ciudad que tiene como lema turístico “Ceuta: ciudad abierta al mundo”, la noche del 29 de septiembre seis personas murieron intentando alcanzar lo que para ellos es la puerta de salida. Mientras las autoridades insisten en que todas las víctimas son responsabilidad de los gendarmes marroquíes, las personas que saltaron la valla esa noche afirman que la policía española también disparó y que el número de muertos es mayor.
Las organizaciones locales que trabajan con los migrantes en la ciudad explican que el salto de esa noche pudo ser inducido desde Marruecos por la inminencia de la celebración de la cumbre hispano-marroquí, para hacer patente y acercar en el tiempo ‘el problema de la inmigración’. En el lugar de los asesinatos, la caravana realizó un homenaje con flores y escaleras y exigió la apertura de una investigación independiente de los acontecimientos. Un grupo de niños de origen magrebí protagonizó el último trayecto hasta el muro al grito de “¡No son perros! ¡Abajo los muros de las fronteras! ¡Vivan los inmigrantes!”.

Con el objetivo de encontrarse con los africanos que lograron pasar, el grupo se encaminó al CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes), donde residen en régimen abierto hasta que regularizan su situación o son deportados. Por el camino, los integrantes de la caravana fueron increpados, principalmente por la población blanca española que reside en la ciudad, bajo una consigna resumida en la siguiente frase: “si tanto queréis a los inmigrantes, llevaros uno a casa”, una posición que parte de la prensa local expresó durante todo el fin de semana en sus editoriales. La población de origen árabe, sin embargo, aplaudía el paso de la caravana.
Lola Liébana, miembro de ELIN, una organización compuesta principalmente por religiosas, pero independiente de la Iglesia, que lleva seis años desarrollando labores de información, asesoramiento y ayuda médica a las personas que salen (es el primer lugar de acogida antes del CETI) habla así de la actitud de los habitantes de Ceuta: “La ciudad no lo entiende y eso que la inmigración no les afecta directamente, Ceuta es una ciudad de paso”. Si bien ahora la presión ha disminuido, las carmelitas que conforman esta organización han estado muy controladas por la policía, siendo incluso acusadas de “mafia” que da papeles a los inmigrantes.

Al anochecer, la caravana llegó al CETI, aunque las autoridades no permitieron que nadie entrara en el centro. Sin embargo, los manifestantes confraternizaron con las personas que allí viven, en una explanada contigua. Se intercambiaron experiencias, charlas, talleres y músicas, pero sólo hasta las 23 h., cuando tienen que entrar al edificio para dormir.
A la mañana siguiente, se celebró una asamblea con todos ellos (apenas hay mujeres) donde se contaron historias con dolorosos denominadores comunes: el largo camino para llegar a Marruecos desde sus países de origen, el abandono y la pérdida de contacto con sus familiares y amigos, las duras y largas estancias en los bosques, los diversos intentos de pasar, la actuación de la policía que los saquea en los bosques y los agrede y asesina en la frontera. Algunos han visto morir a compañeros de viaje.

Muchos quedaron al otro lado. Piden ayuda, papeles, trabajar y recuperar sus vidas. “En el siglo XXI, el mundo está dormido”, concluyó uno de ellos.
Coincidiendo con el cierre de esta edición, la caravana se encontraba en la Delegación de Gobierno de Ceuta para exigir al delegado, que les recibió finalmente, que se dé una respuesta favorable a las peticiones de asilo de las personas que esperan en el CETI y que se inicie una investigación independiente sobre las muertes en la frontera.

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José Miguel Alfonso
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