Amina Aabir
activista marroquí del Movimiento 20 de Febrero
“Cada día hay más detenciones, secuestros y torturas”

La militante de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos Amina Aabir explica la situación de represión y de recortes sociales que se vive en Marruecos.

Texto de Héctor Cordero, Víctor Martín, Jaime Giménez y Pablo Rodero

, Casablanca (Marruecos)
27/03/13 · 10:06
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Amina Aabir militante del Movimiento 20F. / Foto: Víctor Martín.

Amina Aabir Terrass lleva años protestando por cambiar Marruecos y no tiene miedo de hablar alto y claro del rey Mohamed VI o de la represión que sufren los activistas. A sus 23 años, forma parte de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos y, como la mayoría de los jóvenes que despertaron el Movimiento 20 de Febrero (20F) en 2011, Amina ha pasado por la universidad. Charlamos con ella en la terraza de una cafetería en la medina de Marrakech. De fondo, el ajetreo de la Plaza Jeema el-Fna. Entre nosotros, varios vasos de té marroquí y una grabadora.

¿El 20F reivindica una Constitución democrática?
Dada la situación de Marruecos, hay que centrarse en el equilibrio de poderes. El Rey no puede reunir todo el poder; debe haber una separación de poderes y hay que acabar con la sacralización del rey y de cualquier otra persona. Además exigimos una verdadera democracia y una condición primordial para elaborar una constitución: que haya un comité constitucional elegido por el pueblo, no nombrado por el rey.

¿Cómo se organiza el 20F?
Existe una asamblea general, que es la única que puede tomar decisiones. No hay una estructura definida ni despacho ni burocracia. Junto a esta asamblea hay unos comités funcionales, pero es en la asamblea general a la que acuden los militantes donde se toman las decisiones, donde se ponen en común los puntos de vista, se debate, etc. En general está abierta, igual que las comisiones. Lo positivo de este sistema asambleario es que es una forma muy democrática y abierta. Lo negativo es que puede haber, y de hecho ha habido, infiltraciones de la policía, que es la principal causa de la disfunción de la asamblea.

¿Qué opina de la presencia de partidos y sindicatos dentro del 20F?
 Es importante porque aportan recursos materiales y económicos, pero sin imponer sus intereses particulares, eso está claro. En mi opinión, su presencia no es tan fuerte como era anteriormente, pero el 20F no podría seguir si cerrásemos la puerta a militantes de los partidos. Es su derecho formar parte de esos partidos y participar en el movimiento. Además hay muy poca gente capaz de ejercer una actividad política en Marruecos que no esté militando ya en algún partido, sindicato u asociación.

¿Cómo afecta al 20F la ruptura con Justicia y Espiritualidad?
Dijeron que no se sentían identificados con el 20F por cuestiones de identidad religiosa. Además, desde Justicia y Espiritualidad no se aceptaba limitar las reivindicaciones a una mera monarquía parlamentaria y quisieron desentenderse para empezar un nuevo movimiento social con otros objetivos. Fue un punto de inflexión para el 20F porque perdió a su principal socio de la corriente islamista, que aportaba recursos materiales. De hecho, podemos considerar que a nivel organizativo Justicia y Espiritualidad es la fuerza política más numerosa y fuerte de Marruecos, por lo que sí, su marcha nos hizo recular.

¿Cómo valora el 20F el primer año de gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (PJD)?
Creo que el PJD es una máscara, no tiene el verdadero poder. Pero participan en el juego, aportando una imagen de Marruecos que no es real. Además, el sistema ha utilizado este gobierno islamista para dejar pasar ciertas leyes que son nefastas para la igualdad social. Por ejemplo, el recorte de la Caja de Compensación, que sirve para mantener estables los precios de los productos de primera necesidad. Por otra parte, la Caja de pensiones tiene un déficit tal que se cree que dentro de unos pocos años estará completamente vacía, por lo que están retrasando la edad de jubilación (actualmente en 60 años). Son medidas de austeridad que se quieren tomar por la presión del FMI. Además, creemos que en cuanto a los derechos humanos la situación no ha mejorado. Incluso se ha retrocedido en este aspecto respecto a los años precedentes, sobre todo en los derechos de las mujeres. Cada día hay más detenciones, ha habido casos de secuestros y hay testimonios de torturas en comisarías y prisiones.

¿Por qué cayeron los regímenes de Egipto y Túnez y no Marruecos?
En su caso no se puede hablar de revolución, sino de levantamiento, porque la revolución continúa. De todas formas, allí el nivel de analfabetismo es mucho menor que el de Marruecos, lo que influye en el nivel de conciencia política. Por otra parte, sus sistemas no son tan antiguos como el marroquí, que es una tradición que forma parte del patrimonio de Marruecos. La sociedad y el sistema político-económico hacen que las realidades en Egipto, Túnez y Marruecos sean distintas. El movimiento contestatario marroquí debe continuar porque vivimos en un sistema global en el que mucha gente sufre por las decisiones de unos pocos. La revolución es un proceso que dura y que debe continuar.

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