El bluff del lobby nuclear

El autor analiza el anuncio de construir nuevas centrales nucleares en el Estado español dado a conocer a través de los medios de comunicación hace apenas un mes.

28/07/10 · 21:09
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La posibilidad de que Gobierno
y PP lleguen a un pacto
energético, cuyas negociaciones
se anunciaron el 24
de junio, ha dado alas al lobby nuclear. Enseguida salió a la palestra
el Foro Nuclear, reclamando la
construcción de tres centrales nucleares.
Y el pasado 7 de julio, el diario
Cinco Días desveló la existencia
de un supuesto estudio de la compañía
eléctrica Unión Fenosa para la
construcción de dos grupos nucleares
de unos 1.000 megavatios (MW)
cada uno, con una inversión de 4.000
millones de euros en el emplazamiento
de la central nuclear de Zorita
(Guadalajara), ya cerrada y en
proceso de desmantelamiento.

Sin embargo, Gas Natural, el nuevo
dueño de Unión Fenosa, ha mostrado
su escepticismo ante este proyecto,
argumentando que ahora no
existe el contexto energético que había
cuando se inició el análisis (hace
más de tres años) y que se trata de
un estudio preliminar que no tiene
continuación. No es de extrañar,
Gas Natural tiene buena parte de su
potencia eléctrica funcionando muchas
menos horas de lo que desearía,
debido al actual exceso de capacidad
del sistema eléctrico. En esa línea,
hasta el ministro de Industria,
el pronuclear Miguel Sebastián, ha
dicho públicamente que “difícilmente
tendrían cabida nuevas centrales
nucleares”. Así pues, la noticia parece
ser una fanfarronada más del
lobby nuclear, dentro de su acostumbrada
campaña de mentiras.

Pero dado que desde 1997 en España
no hay moratoria nuclear, nada
impide a las compañías eléctricas
invertir su propio dinero y construir
nuevas centrales nucleares. Quizá lo
único que les frene es que saben perfectamente
que la energía nuclear
es muy cara y que ésta sólo ha sido
capaz de sobrevivir en países como
España o Francia, donde ha contado
con fuertes subsidios estatales. El
fiasco de la central nuclear Olkiluoto-
3, en construcción en Finlandia,
es muy esclarecedor. En 2001, la empresa
nuclear estatal francesa AREVA
prometió terminarla en cuatro
años, con un coste de 2.500 millones
de euros, sin recurrir a subsidios.
Nueve años después, Olkiluoto-3,
buque insignia del tan publicitado
‘renacimiento’ nuclear, hace aguas
por todos lados: su construcción empezó
en 2005, y debía terminarse en
2009, pero hoy se reconoce que como
pronto lo estará en 2013; ya se
admiten oficialmente sobrecostes
multimillonarios (más de 5.500 millones
de euros), y se han detectado
más de 2.000 problemas de seguridad.
Sin duda, un claro ejemplo de
lo caro y arriesgado que resulta invertir
en este tipo de energía.

Tags relacionados: energía nuclear Número 131
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