CAÑADA REAL | INTERVENCIÓN SOCIAL A PARTIR DE LA IDENTIDAD RELIGIOSA
Barrio de las culturas

En el Sector 6 de la Cañada los problemas de convivencia de los distintos cultos pasan a un segundo plano ante las necesidades básicas de la población.

, Madrid
30/11/12 · 11:02

Viernes por la tarde, explanada del Sector 6 de la Cañada Real Galiana. El autobús de la Agencia Antidroga, al lado de la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada, atiende a personas consumidoras activas. Suena la campana y una tromba de gente entra al edificio. Se celebra el patrón de Santo Domingo de la Calzada, una sencilla ceremonia donde acuden personas con diferentes preocupaciones y cultos. La misa integra las voces de las presentes, se escuchan las reflexiones de cada uno de los participantes de la comunidad. Y las preocupaciones se manifiestan dentro de una ceremonia que integra a participantes con distintas creencias. En el público hay una mayoría de personas católicas, otras menos, cristianas ortodoxas, gitanas evangélicas y de origen judío. Las voces diversas se funden con el discurso del párroco. Mientras tanto, afuera las personas se pasean buscando comida,monedas o droga.

El sector de Cañada más visibilizado por la prensa, el 6, ese que se castiga por ser el punto de tráfico de droga y por los derribos de viviendas, presenta una particularidad. En el Sector 6 encontramos tres centros religiosos muy cercanos unos de otros: la Iglesia de Santo Domingo de la Calzada, la Mezquita Ibn Nosair, y la Iglesia Evangelista de Filadelfia. La diversidad religiosa se manifiesta en todo el Sector buscando la solución de los problemas de los vecinos. Cañada se convierte en un icono moderno donde conviven y coexisten pacíficamente tres culturas: evangélicos, cristianos y musulmanes.
 
La característica más interesante de los tres edificios de cultos dentro de Cañada es su austeridad. Cada uno tiene una estructura humilde creada con materiales sencillos que no difiere del resto de las viviendas del vecindario. “La Cañada está compuesta por una religiosidad sociológica en la que se encuentran marroquíes musulmanes de la Mezquita Ibn Nosair, gitanos españoles protestantes de la Iglesia Evangélica de Filadelfia, rumanos gitanos protestantes, que no se mezclan con los gitanos españoles, y la comunidad católica, compuesta por una mayoría de gente de fuera del sector 6 en la Parroquia Santo Domingo de la Calzada”. Es la composición de la población en el Sector 6 de la Cañada, explica Agustín Rodríguez, párroco de la Iglesia Santo Domingo de la Calzada. “El elemento religioso no diferencia, tampoco es que aglutine. Los marroquíes con los gitanos tienen más dificultades porque tienen costumbres distintas y la convivencia cuesta un poco más, pero no es por el factor de identidad religiosa”, explica el párroco.
 
Ha habido intentos de crear espacios de reunión con los representantes de los distintos cultos para hablar sobre los problemas que tienen las personas que viven allí. Hasta el momento no se ha presentado la ocasión para desarrollar estas reuniones.
 
Agustín señala que con mayor frecuencia la participación en intervención sociocomunitaria la hacen los católicos. Uno de esos casos es el intento de creación de unos comedores populares con población marroquí. El proyecto se quiere poner en marcha, y se está dialogando con un representante de la comunidad marroquí, no con el representante religioso, y la Parroquia.
 
Necesidad antes que identidad 
 
La integración social de distintivos grupos étnicos en Madrid visibiliza un mosaico de culturas que traen consigo valores religiosos, además de costumbres y tradiciones. Las amistades surgen entre grupos de distintos orígenes, cultos y culturas. “La integración y amistad depende más de las identidades. Un buen musulmán es hospitalario por definición. Un buen gitano es de palabra por definición. Un buen católico es abierto por definición. Hay gitanos que se llevan bien con musulmanes, y católicos que se llevan bien con ambos. El sentido de vecindad, solidaridad, sentido común es lo que importa más que la identidad religiosa”, dice Rodríguez. “En la Cañada la situación de necesidad es tan fuerte que las diferencias se quedan en la periferia. No hay confrontación por credo, algo muy digno de señalar. Normalmente se habla de los problemas. La necesidades son otras”.
 
Finaliza la ceremonia del patrono de la Parroquia Santo Domingo de la Calzada en recuerdo y agradecimiento al primer párroco, Francisco Jesús García Martínez. En la sala principal de la Iglesia hay unas mesas sencillas dónde hay comida y refrescos para las personas asistentes. Se come y se conversa. Las personas creyentes y no creyentes hablan de los mismos temas sin pensar en que tienen diferencias. Cañada es un punto de unión de diversas identidades sociales. Algo positivo en un barrio donde los ojos mediáticos se centran en la marginalidad de la población. Las necesidades generan de forma natural el apoyo mutuo en la comunidad. Los reclamos sociales se centran en reivindicar Cañada como el Distrito 22 de la ciudad, no ser segregados, respeto a los derechos humanos, infraestructuras y servicios, como cualquier otro barrio de Madrid. La colaboración para solucionarlos desde los centros de culto y sus representantes es funcional y servicial hacía su comunidad, buscando la unión y trabajando la diferencia.
 
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Sector 6 de la Cañada Real. / José Alfonso
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