"CUMBRE EUROMEDITERRÁNEA // MILES DE PERSONAS PROTESTAN CONTRA ""EL MEDITERRÁNEO DEL CAPITAL Y LA GUERRA"""
Barcelona +10!: desencuentros y protestas

Con los movimientos sociales en la calle y la ausencia de los líderes de la orilla sur del Mediterráneo, la UE desperdició una oportunidad para
allanar el camino a sus multinacionales.

15/03/06 · 16:27
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Gimix
LA CONTRACUMBRE. La reunión de jefes de Estado del Mediterráneo, con el último
objetivo de crear una zona de libre comercio en la región, fue contestada con
miles de personas en las calles. Dos manifestaciones (una por la mañana y otra
por la tarde), rodeadas de un fuerte cordón policial, recorrieron Barcelona el sábado
27 de noviembre con el lema “No al Mediterráneo del Capital y la Guerra.
Alternativas a Barcelona +10!”. La presencia de grupos de solidaridad con la
causa palestina fue notable por el fallido anuncio de que el mismísimo Ariel
Sharon iba a “bajar” a la cumbre. En el contexto de las protestas, unas 200 personas
realizaron una acción en el Liceo.

La cumbre euromediterránea de jefes
de Estado celebrada en Barcelona
el 27 y 28 de noviembre con el
objetivo de relanzar la Asociación
Euromediterránea se saldó con mala
nota para sus promotores. A pesar
de la apuesta del presidente José
Luis Rodríguez Zapatero para dar a
la cita el máximo nivel (las anteriores
cumbres habían tenido el rango
de ministros de exteriores), la ausencia
de la mayor parte de los líderes
árabes -a excepción del palestino
Mahmud Abbas- y la falta de consenso
en la definición del término terrorismo
fueron los principales obstáculos
del encuentro. En la calle, las
manifestaciones, impulsadas por la
campaña unitaria “No al
Mediterráneo del capital y la guerra,
alternativas a Barcelona +10!”, del
domingo 27, por la mañana y por la
tarde, reunieron a 5.000 y a 2.000
personas respectivamente. Una cifra
menor, pero que debe entenderse en
la actual coyuntura de reflujo de la
movilización social frente al gobierno
Zapatero. Aún y así, las protestas
consiguieron una amplia cobertura
mediática y dejaron claras sus críticas
a las políticas neoliberales aplicadas
en el Mediterráneo.

Acuerdos de mínimos

La cumbre euromediterránea conmemoraba
los diez años de la cumbre
que, en 1995, había reunido en
Barcelona a la Unión Europea y a
doce países de la orilla sur del Mediterráneo.
Para Zapatero, la cumbre
significaba una oportunidad para
jugar un papel determinante en el
escenario internacional como artífice
de un proceso de acercamiento
político y económico entre las orillas
del Mediterráneo, donde la iniciativa
de una Alianza de Civilizaciones debería
de ser la alternativa al unilateralismo
norteamericano. La celebración,
durante las mismas fechas, de
la reunión del Grupo de Alto Nivel
(GAN) de la Alianza en Palma de
Mallorca fue buena prueba de ello.
Pero los objetivos proclamados
por la Alianza van por un camino,
y la realidad de las políticas impulsadas
por sus mismos promotores,
como Zapatero, van por otro.

A pesar de la pompa y la cobertura
mediática con que se vistió a
la cumbre, los resultados finales
no estuvieron a la altura de las expectativas
de sus promotores. El
encuentro concluyó sin la declaración
final prevista. Sin embargo,
se aprobó una resolución de condena
al terrorismo, que paradójicamente
se sustentaba en la indefinición
del término terrorismo, y
una segunda resolución con el objetivo
de impulsar el desarrollo de
la orilla sur en los próximos cinco
años, una perspectiva difícilmente
creíble cuando en la última década
no se han llevado a cabo ninguno
de los avances sociales previstos
en la cumbre de 1995.

Un marco de trabajo unitario

En el terreno de las protestas, la
campaña llegó a sumar más de 60
organizaciones con un discurso radical
y combativo, como bien indica
su mismo nombre. Pero la campaña
contó con muy poca implicación
real de sus colectivos, no comportó
una dinámica de creación de
plataformas locales, y le fue difícil
trascender a los sectores más activistas
debido, principalmente, a
dos motivos. En primer lugar, a la
coyuntura actual de reflujo de la
protesta y de desarticulación de las
luchas sociales; y, en segundo lugar,
debido a la silenciación que hicieron
los media del evento, excepto
en los días previos, en un contexto
de cierta pérdida de centralidad
de las contracumbres.

Aún y así, la campaña tuvo un
considerable eco mediático en las
actividades organizadas el fin de semana
del 26 y 27 de noviembre.
Entre las que destacan las jornadas
de debate celebradas el sábado 26
por la tarde, con más de 300 personas,
y las manifestaciones del domingo
27 por la mañana en el centro
de la ciudad, y, por la tarde, en
dirección al recinto del evento.

Las protestas contra la cumbre
son un ejemplo más a sumar al
desgaste incipiente del gobierno
de Zapatero, que arrastra tras sí la
crisis de Ceuta y Melilla; las movilizaciones
contra el llamado
Proceso de Bolonia de reforma de
la Universidad; las protestas contra
la deslocalización de empresas...
Y es que las contradicciones
de un gobierno social-liberal tarde
o temprano emergen, aunque de
momento sólo sea de forma parcial
y limitada. Al final sólo es cuestión
de tiempo.

El Liceo, liberado

CONTRAINFOS

El 25 de noviembre cerca de 200
personas participaron de la entrada
reivindicativa al Liceo para denunciar
el modelo de ciudad especuladora
y elitista en que se está convirtiendo
Barcelona. Los refinados
«botones» no sabían qué hacer
cuando tras largar suavemente la
frase «pero, ¿trae la entrada,
señor?» se les daba una octavilla
denunciando la violencia inmobiliaria.
Una vez dentro del hall del edificio
se desplegaron dos grandes
pancartas en las escaleras centrales,
donde se leía: «Liceo zona
verde» y «suficiente especulación
en Ciudad Vieja». A continuación la
protesta accedió a la platea del
gran teatro, con la consecuente
estupefacción por ambos lados,
puesto que faltaba un minuto para
que se abriera el gran telón.

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