MÁS DE 150 ORGANIZACIONES SOCIALES SE UNIERON EN AGOSTO PARA PROTESTAR CONTRA EL TRATO PRIVILEGIADO A LA JERAR
Apuesta anacrónica por la reevangelización

Artículo del presidente de la asociación Europa Laica, una de las convocantes de la manifestación contra el apoyo público a las Jornada Mundiales de la Juventud.

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05/09/11 · 16:54
Edición impresa

Entre los días 12 y 22 de
agosto cientos de miles de
jóvenes y menos jóvenes,
de curas y monjas, de clérigos
de alto rango, han intentado una
reevangelización de la ciudadanía
española con el apoyo económico e
institucional del Estado y con el respaldo
logístico de diversos grupos de
seglares católicos fundamentalistas,
especialmente los ligados al “camino
neocatecumenal” (kikos), que han
exhibido una enorme espectacularidad,
ostentación y lujo.

Han ocupado, durante una semana,
decenas de hectáreas de espacio
público, sin costo alguno para ellos,
para hacer desfiles, concentraciones
y ceremonias religiosas, disfrutando
de la gratuidad o con enormes rebajas
en transportes, museos, alojamientos,
comida, ocio, etc., y todo
ello a costa de los fondos públicos,
mientras grandes empresas y multinacionales
obtenían enormes beneficios
económicos y fiscales del evento.
Todo esto les ha servido para exhibir
su exclusiva y excluyente catolicidad.
Pero también para rezar, rosario
en mano, por los “pobres y
mundanos pecadores”, eso es, millones
de personas creyentes y no creyentes
que no participan, libremente,
de sus dogmas.

La jerarquía católica, los Rouco,
Martínez Camino, etc., y, sobre todo,
el infalible Benedicto XVI, han ido
lejos en sus obsesiones calculadas
en blanco y negro, que a muchos nos
ha recordado al Nodo, y han proclamado,
una vez más, el ‘no’: no al placer,
a la planificación familiar, al sexo
fuera del matrimonio, al divorcio,
a la homosexualidad y al matrimonio
de personas del mismo sexo, a la
igualdad de género, a la buena muerte...
Y sobre todo han “atizado” un
peligroso fundamentalismo católico,
que nos retrotraía al nacionalcatolicismo,
con rebajas para el perdón de
los pecados, vía crucis especial verano
y entonación legionaria del “Soy
el novio de la muerte”.

Unidad contra las jornadas

Unos meses antes del evento organizaciones
laicistas, de ateos, de cristianos
de base, partidos, sindicatos,
organizaciones sociales, plataformas
y foros nos poníamos de acuerdo en
un manifiesto unitario y en desarrollar
una manifestación, con estos dos
mensajes: “De mis impuestos, al papa
cero” y “Por un Estado laico”. La
manifestación quedó fijada un día
antes de la llegada de Ratzinger a
Madrid, con el fin de evitar la confrontación
con los actos religiosos.

Todas las informaciones hablaban
sobre el fabuloso costo y que
Gobierno e instituciones del Estado,
una vez más, tenían prevista la organización
de diversos actos protocolarios
del más alto nivel, ante un acontecimiento
de carácter privado y, en
todo caso, exclusivamente dirigido a
una determinada organización religiosa,
chocando con el principio
constitucional de aconfesionalidad
del Estado. De ahí el que cada vez se
sumaran más entidades y plataformas,
hasta llegar a ciento cincuenta.
La manifestación laica fue autorizada
por la Delegación del Gobierno,
después de una compleja negociación,
a cambio de que no terminara
en la Puerta del Sol, que, como sabemos,
es la última obsesión tanto del
PSOE como del PP.

Esperanza Aguirre y Gallardón
habían exigido que no se autorizara,
denominándola torticeramente
“marcha antipapa”, al tiempo que
algunos jerarcas católicos y algunos
políticos calificaban despectivamente
a los organizadores de parásitos,
paletos, intolerantes, violentos y
otras muchas lindezas. Chicos de la
Jornada Mundial de la Juventud
(JMJ) se habían dado cita masivamente
por SMS y las redes sociales
para “ocupar” la Puerta del Sol en la
tarde del 17 de agosto; el Ayuntamiento
de Madrid amontonó obstáculos
en el recorrido, la Delegación
del Gobierno no envió suficientes
fuerzas de orden público para ayudar
a que la manifestación discurriera
sin problemas externos, de forma
deliberada o no, hechos que habrá
que aclarar políticamente.

A partir de media tarde del día 17,
la plaza de Tirso de Molina se fue llenando
de personas libres y pacíficas.
Leo Bassi con su artilugio nuevo
para la ocasión; otro grupo con
un “papamóvil”; batucadas, carteles
y pancartas diversas, niños, jóvenes
y mayores, en lo que debería de haber
sido una fiesta por la libertad de
conciencia, por la democracia...
Más de 20.000 personas se dieron
cita para gritar pacíficamente a los
poderes públicos y a la jerarquía de
la Iglesia católica: “Así, no” y muchos
se encontraron en una “ratonera”.
La derecha política y mediática
más rancia, junto con algunos policías
han tratado de “ponerse las botas”,
denigrando una manifestación
legal y democrática, con la intención
de favorecer una confesionalidad católica
obsoleta.

INTEGRISMO POLICIAL Y CATÓLICO

Para la historia de la
manifestación del 17
de agosto, en primer
lugar ha quedado: la
enorme movilización
de personas y medios
que abogan por la laicidad
de las instituciones
y por otra Iglesia
más humilde.
Pero, también, y por
desgracia: los «porrazos»
de la policía y
como bandera de lo
que no debería de
haber sucedido
nunca, las imágenes
que se han visto en
todo el mundo de la
chica de 17 años
agredida de forma
brutal. Según esta
joven, al apoyo que
está recibiendo se
han sumado mensajes
de amenaza por
parte de fundamentalistas
católicos. Tras
esta semana de exaltación
política y
mediática de «valores
católicos» integristas,
la presión social para
construir el Estado
laico, que no excluya
ni privilegie, será más
fuerte y prolongada
que nunca, por el
bien de la democracia
y del Estado de
derecho.

Tags relacionados: Esperanza Aguirre Número 156
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comentarios

1

  • |
    anónima
    |
    07/09/2011 - 4:32pm
    Ocurrieron los siguientes hechos significativos: 1) Un ultracatólico fué detenido por pretender atentar con productos químicos contra la manifestación laica. 2) Un ultracatólico le dió una puñalada en la mano a un manifestante laico. 3) Un ultracatólico le dió un puñetazo a un manifestante laico. 4) Etc.
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