ALEMANIA // ENTRE EL 24 Y EL 28 DE NOVIEMBRE, MILES DE ECOLOGISTAS MOSTRARON SU OPOSICIÓN A LA ENERGÍA NUCLEAR
El apagón nuclear tampoco detiene al Castor

Hace unos años también nos aseguraron que saldríamos de la energía nuclear y un tiempo después, cuando se acercaba la fecha acordada, el nuevo Gobierno se retractó y prolongó la vida de las centrales de nuevo. Esta vez tenemos que asegurarnos de que la salida es definitiva”. Habla Christa, una estudiante alemana simpatizante del movimiento antinuclear, en referencia a las protestas que tuvieron lugar del 24 al 28 de noviembre en Wendland.

, Redacción
19/12/11 · 8:00
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Hace unos años también nos aseguraron que saldríamos de la energía nuclear y un tiempo después, cuando se acercaba la fecha acordada, el nuevo Gobierno se retractó y prolongó la vida de las centrales de nuevo. Esta vez tenemos que asegurarnos de que la salida es definitiva”. Habla Christa, una estudiante alemana simpatizante del movimiento antinuclear, en referencia a las protestas que tuvieron lugar del 24 al 28 de noviembre en Wendland.

Desde los años ‘70, ecologistas de toda Alemania, junto con agricultores locales, se manifiestan contra la energía nuclear en la región, donde se encuentra uno de los mayores depósitos de desechos nucleares del país, en concreto en la localidad de Gorleben (Baja Sajonia).

Aunque Alemania ha decidido formalmente en el Parlamento abandonar la energía nuclear, durante más de una década se seguirán produciendo desechos radiactivos. Los depósitos alemanes han sido objeto de escándalo en varias ocasiones por el filtrado de radiactividad, así como por estudios científicos que señalaban el aumento de cáncer y otras enfermedades en las comunidades cercanas a los mismos.

“Hemos pasado todo el fin de semana corriendo, escondiéndonos en el bosque, montando barricadas para impedir el paso a los coches de policía por las vías del campo, huyendo. Por todas partes había cocinas populares, grupos de varias personas y en general hemos estado mejor organizados que el año pasado”. Korffi, amigo de Christa, y que acaba de llegar de su particular aventura, se sienta a la mesa donde hay preparada una cena especial.

Es domingo y el tren Castor ha llegado a su destino. Antes de ello ha tenido que rodar unas 126 horas, el viaje más largo realizado por un tren de estas características, debido a las protestas. Más de dos millares de toneladas de desechos nucleares alcanzaban su destino, tras sortear sentadas masivas de cientos de personas, piedras arrojadas en las vías, activistas encadenados a las mismas, etc.

El Estado alemán destinó 20.000 policías para la cita. Cerca de 300 personas han sido denunciadas por uso de violencia en la manifestación antinuclear, según una portavoz de la policía de la localidad de Lüneberg, situada en la región de Wendland. Las protestas sirvieron para medir el pulso democrático y de poder popular alemán, pero no aclaran los problemas a que se enfrenta el país en su decisión de salir de la energía nuclear. Dejar de producir electricidad en reactores alemanes pero importarla de otros países como Francia no parece que sea la solución ideal.

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