EUSKALHERRIA // MODELOS DE CONVIVENCIA OPUESTOS
Alternativas al plan territorial para la CAV

Ante la actualización de las Directrices de Ordenación del Territorio en la Comunidad Autónoma Vasca, distintos grupos presentan modelos de desarrollo opuestos al centralismo urbano-industrial.

31/07/12 · 0:00
URDAIBAI. El proyecto Guggenheim Urdaibai se ubicaría en este parque declarado reserva de la biosfera / Paulo Etxberria

- Entrevista a Ainhoa Arrozpide, del colectivo Zero Zabor: “Ya sufrimos los efectos de tres vertederos”

En La pelota vasca, el escritor Bernardo Atxaga hablaba de euskal hiria (ciudad vasca), una vía para “salir de los laberintos generados por provincianismos, municipalismos y numerosos y paralelos ámbitos de poder” en las tierras vascas. Como dice el propio Atxaga, “un tiempo después euskal hiria estaba en boca de los políticos y en los carteles de las txoznas (casetas de las ferias) contra el tren de alta velocidad”.

Euskal hiria es un concepto-guía que inspira hoy al Gobierno vasco (PSE-EE) y a las Diputaciones Forales de Bizkaia (PNV) y Araba (PP) en su actualización de las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT). Éstas dibujan las proyecciones socioeconómicas para los próximos años y se difunden como un cambio “no sustancial” en la política de todos los gobiernos hasta el presente: la metropolización y la apuesta por ciudades- región centralizadas. En este caso, hablamos de la eurorregión entre Baiona y Bilbao, la “ciudad vasca global” articulada mediante territorios competitivos, estructurados en torno a las capitales, unidas en su cometido de atraer inversiones, turistas y clases creativas.

Como denuncia el colectivo Deshazkundea en sus informes, este proceso ataca la cohesión territorial y refuerza los desequilibrios entre el campo y la ciudad. También da continuidad a un modelo de dependencia energética externa, artificialización creciente de tierras –el equivalente a 700 campos de fútbol al año–, promoción inmobiliaria –a pesar de que en la Comunidad Autónoma Vasca hay 70.000 viviendas vacías–, monocultivo industrial orientado al exterior y proliferación de más centros comerciales, que ya hoy generan 67.000 desplazamientos diarios.

En su documento de alegaciones a las DOT, recientemente presentado, Deshazkundea propone avanzar en la soberanía alimentaria mediante el aumento de las tierras destinadas a la agricultura y los puestos de trabajo en el sector primario. Frenar la última apuesta fosilista de Patxi López con el fracking –empezando por Araba– y dar pie a una transición redistributiva, solidaria y sostenible de las economías de los eskualdes (comarcas) en base a la proximidad, la descentralización de servicios públicos, la diversificación de actividades para generar autonomía local, el reparto de trabajos –incluido el de cuidados– y la reutilización y reciclaje de los recursos básicos. Eso último se propone hacer el movimiento Zero Zabor y forma parte también del proyecto de la Diputación Foral en Gipuzkoa (Bildu), que aspira a tratar hasta el 70% de los residuos dejando atrás la política dominante de incineradoras y vertederos.

Busturialdea 2028

Otras dinámicas, como la Plataforma Busturialdea 2028, han surgido para contrarrestar los Planes Territoriales Parciales de la Diputación Foral de Bizkaia. Busturialdea 2028 pretende hacer frente al modelo de megaproyectos –como el del Guggenheim Urdaibai–, la destrucción de suelos agrícolas y decadencia del sector primario, la especulación inmobiliaria, etc. –6.665 viviendas vacías en una comarca de 45.676 residentes–, y el ahogo del comercio minorista mediante plataformas logísticas y centros comerciales.

Para esto, la plataforma propone crear infraestructuras públicas para la transformación de productos agrícolas, “bancos de tierras” para contrarrestar la falta de relevo de algunos baserris, apoyar la pesca artesanal y reforzar la Reserva de la Biosfera, entre otras propuestas. En vez de nuevos suelos industriales, plantean la ocupación de los que actualmente están infrautilizados, además de peatonalizar calles para la consolidación de núcleos de tiendas en los centros urbanos, apoyando el asociacionismo de comerciantes mediante planes de orientación y formación. Por último, se apuesta por un modelo turístico enraizado en la cultura, la arqueología, el euskera, el equilibrio socioeconómico y el respeto ecológico.

Desde los municipios, algunas dinámicas populares se han lanzado al abordaje del plano institucional. Éste es el caso de Astra, fábrica de armas abandonada en Gernika, cuya okupación por parte de la gazte asanblada dio lugar en 2005 a uno de los gaztetxes más simbólicos de las raíces de lucha de Euskal Herria. Tras la compra por el Ayuntamiento del edificio, y antes de que el Gobierno vasco asumiera los costes de su renovación, se abrió un proceso más amplio, Astra Koordinadora, que impulsa una fábrica social y cultural, autogestionada bajo los principios de apertura, transparencia, participación, sostenibilidad, adaptabilidad, conocimiento libre, cultura de base sin control social y trabajo en red.

Igualmente, pero en otras coordenadas, la iniciativa Herri Olatua de Otxandiano pretende “interpretar el presente para dibujar el futuro”, abriendo a la participación directa los ámbitos de decisión del Ayuntamiento. A partir de la constitución de un Consejo de Habitantes, los ámbitos de decisión sectoriales serán validados por el Ayuntamiento, dando lugar a dinámicas populares de transformación de la realidad local en temas centrales como la gestión de aguas, bosques y tierra, basuras, equilibrio energético, movilidad sostenible, tercera edad, vivienda, trabajo y actividad económica.

Para ponerse a andar en esta dirección, en las tierras vascas se está tratando de regenerar la tradición ancestral del Batzar (asamblea) y el Auzolan (trabajo comunitario), tal y como ha recogido en un libro periodístico Jasone Mitxelena. Algunos procesos derivados del 15M de otros territorios y de colectivos previos avanzan en la construcción de la autogestión y la desmercantilización de las relaciones sociales de producción.

En esta línea, las cooperativas integrales que están surgiendo inspiradas en la experiencia catalana y las redes de productores y consumidores que emergen en tierras andaluzas reman en la misma dirección de transformación de la economía desde la práctica y la organización en la vida cotidiana.

Tags relacionados: Guipúzcoa Ecología
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comentarios

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    JBZ
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    08/07/2012 - 9:00am
    El libro "Euskal Hiria: Reflexiones sobre la(s) ciudad(es) vasca(s)", coordinado por Andeka Larrea, aporta una crítica fundamentada de la actual embestida mega-urbanizadora y se sitía en consonancia con las prácticas y conflictos de los movimientos de base en la construcción de una Euskal Herria soberana libre de poderes centralizadores varios. Frente a la modernidad lóquida que prolifera por activa y por pasiva, desde el Centro Lanki de la Cooperativa Mondragón Joseba Azkarraga habla, en unas lóeas estratégicas similares a las de Ramón Fernández Durán, de Euskal Harriak, las sólidas piedras de unos pueblos vascos preparándose para encarar el colapso, la transición ordenada o lo que venga. El economista Jose Allende apunta una rica variedad de oportunidades de actuación desde la escala local y comarcal para una economía social y ambientalmente sostenible, en clara contradicción con las DOT actuales.
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