MAREAS NEGRAS / VERTIDO DEL SIERRA NAVA, UNO MÁS EN LA LISTA
Algeciras, la gasolinera entre el Mediterráneo y el Atlántico

El 28 de enero el buque frigorífico Sierra Nava
provocaba una marea negra en Algeciras que podía
haberse evitado. Ésta es sólo la punta del iceberg de
la habitual contaminación marina en la bahía.

01/03/07 · 0:00
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Comparado con el Prestige, el
fuel derramado por el buque
Sierra Nava en la bahía de Algeciras
no es impactante: 10 km de
marea negra frente a los mil gallegos
no llenan los titulares.
“Pero si contabilizamos que en
los últimos años ha habido tantos
vertidos de este tipo o de las ‘gasolineras
flotantes’ que se han
apoderado de Algeciras, el impacto
medioambiental supera al del
Prestige”, replica Antonio Muñoz,
integrante de Verdemar-Ecologista
en Acción. El mayor riesgo
se localiza en el Estrecho, donde
diariamente pueden llegar a pasar
90 superpetroleros. Son 50 los
vertidos en dos años.

Además de emitir gases de efecto
invernadero cuando se queman, los
hidrocarburos producen otro tipo
de contaminación relacionada con
el transporte marino: las llamadas
mareas negras. Éstas no sólo se producen
por accidentes como el del
Sierra Nava, donde además de un
temporal hubo negligencia (ver recuadro).
Su principal causa es el lavado
ilegal de tanques en el mar y
las operaciones rutinarias de carga
y descarga, según un informe de
Oceana de 2005. Por eso, cuando A.
Muñoz se refiere a la marea negra
del Estrecho piensa en los casi
100.000 buques anuales que transitan
por este enclave y en las millones
de toneladas de fuel marino que
diariamente se transvasan en esta
zona a través del bunkering.

‘Bunkering’

Algeciras es un paso estratégico
donde confluyen las líneas intercontinentales
que unen Europa,
América y el Extremo Oriente, lo
que explica el voluminoso tráfico
marítimo de todo tipo de buques.
Hay que añadir que éstos, especialmente
los que no cumplen la normativa
ambiental y de seguridad
europea (endurecida tras el Prestige),
pueden sortear los requisitos
del puerto de Algeciras y entrar en
las aguas bajo jurisdicción de Gibraltar
(que abarcan una milla y
media de la bahía de Algeciras),
donde se suministra el fuel en auténticas
‘gasolineras flotantes’
(que evitan el precio del avituallamiento
en puerto) y sin ningún impedimento
medioambiental (puesto
que no están sujetas a la normativa
europea).

En esta agua sin regulación, el
fuel es suministrado por tres compañías.
Cepsa recoge con gabarras
el fuel marino de la refinería española
de San Roque y las introduce
en Gibraltar. Aegean Bunkering
Gibraltar Lt y Vemaoil Company
Ltd, por su parte, disponen de una
serie de buques fondeados en el
mar (el más grande de la última
compañía es Vemalbatic, actualmente
cargado con 80.000 toneladas).
Sus banderas son de conveniencia,
de países que no tienen
suscritos acuerdos internacionales
que les obliguen a adoptar medidas
de seguridad. “Son los piratas de
ahora, no llevan parches sino fuel”,
apostilla irónicamente A. Muñoz.

Es un problema demasiado complicado
porque se solapan dos países
en una misma bahía. “España
no reconoce a Gibraltar las aguas,
pero tampoco hace nada porque
tenga los buques en medio”; cuando
esos buques están destilando
fuel continuamente y afectando a
toda la bahía, incluido el Parque
Natural del Estrecho.

El grupo ecologista lleva años denunciando
que en las aguas de este
parque protegido no existe control
por parte de la Administración española:
aparte del buque Sierra
Nava, allí fondean butaneros, petroleros
y otro tipo de buques que,
además de verter fuel, al echar la
cadena y el ancla cuando fondean
están arrasando con la barrera coralina.
“Eso lo hemos denunciado
en muchas ocasiones, pero sigue
igual, menos cuando llegó la ministra
de Medio Ambiente [en febrero],
que quitaron todos los buques
que había enfrente del parque”.

Regulación a la deriva

El desastre del Sierra Nava, donde
aún no se han esclarecido las responsabilidades,
ha dejado entrever,
una vez más, que ni siquiera
existe un plan de contingencias serio
por parte de la Autoridad Portuaria
de Algeciras. Verdemar y
otras organizaciones ya llevaron estos
problemas al Parlamento europeo
en 2003. Aunque están en contra
de la dependencia de los hidrocarburos,
demandan que por lo menos
el suministro a los buques que
hay en la bahía se haga con control
y en lugares seguros, no en el mar.
Desde entonces, algunas gasolineras
flotantes de Vemaoil denunciadas
se han retirado, pero para ser
sustituidas por otras igual de contaminantes.
Dado que tras el
Prestige, la UE ha aumentado la vigilancia
de sus costas a través de
buques anticontaminación, Verdemar
no entiende por qué en esta zona
tan conflictiva no hay ninguno.

En la última reunión con la ministra
de Medio Ambiente, ésta les
aseguró que iban a plantear el problema
de las gasolinas flotantes
desde Asuntos Exteriores. Sin dudar
de su voluntad, Muñoz se
muestra escéptico: “Gibraltar no va
a ceder porque una de las tres patas
de su economía es el tráfico de
hidrocarburos en el puerto”.

Mientras el negocio de los hidrocarburos
siga siendo rentable, los
transportes marítimos serán habituales
en zonas de paso como Algeciras,
máxime cuando allí se va a
ampliar la Terminal de Isla Verde.


Una tragedia anunciada

El temporal que hizo encallar al Sierra
Nava el 28 de enero, ¿no estaba
previsto por los servicios meteorológicos?
¿Por qué el Puerto de Algeciras,
a escasos metros del accidente,
no acogió al buque cuando éste
lanzó el may day a las 4h, antes de
entrar a la deriva y colapsar horas
después? ¿Por qué la Autoridad Portuaria
de Algeciras no articuló ninguna
medida de precaución cuando
este buque llevaba 20 días fondeado
frente al Parque del Estrecho?
Aunque nadie asume responsabilidades,
la respuesta es la de siempre:
la absoluta falta de control de
las aguas del Estrecho y el precario
Plan de Contingencias.

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