El dato de que en Alemania hay 22.000 ingenieros en paro desmonta el mito de que el empleo es ilimitado en un país que crea más riqueza que puestos de trabajo.

- Ningún otro país europeo ha vivido un retroceso en los salarios como la República alemana. Alemania se encuentra en el quinto lugar dentro de la UE, tras Bélgica, Suecia, Holanda y Francia, entre los que pagan mejores salarios. Las 500 mayores empresas alemanas hicieron en total un 11,8% más de caja que en 2009, pero sus plantillas se incrementaron solo un 2,9%. Sobre todo ofrecieron contratos temporales, todo ello según un ranking del conservador Die Welt.
En Alemania hay varios convenios
que establecen el salario de algunos
grupos profesionales, pero
no hay un salario mínimo. La colombiana
Amanda Ceballos, que vive
en Colonia y trabaja como camarera,
considera que los trabajadores
que tengan pensado irse a
Alemania han de hacerlo pensando
en ellos y en el resto, y no infravalorarse,
ya que, al no existir dicho
salario mínimo, muchos empleadores
tratan de aprovecharse de la
desesperación de las personas que
buscan trabajo. “Hay gente que cobra
incluso tres o cuatro euros la
hora“, asegura Ceballos.
Adiós al Estado social
Según la OCDE uno de cada seis
niños vive en Alemania en relativa
pobreza. En Holanda es uno de cada
37. La mayoría son hijos e hijas
de parados de larga duración que
reciben ayudas estatales, el conocido
como Hartz IV. Para recibir
dicha ayuda, el solicitante ha de
demostrar que prácticamente no
posee nada, así como tampoco su
pareja y familiares cercanos. A
raíz de las investigaciones del
Estado a los perceptores se ha instalado
un sistema de control a través
del cual los servicios de empleo
tienen acceso a la información
de las cuentas corrientes de
los solicitantes, que además se
ven obligados a participar no solo
en cursos de formación, sino a realizar
trabajos.
En 2008, 780.000
parados fueron sancionados porque,
por ejemplo, no habían escrito
el número suficiente de currículos
o rechazaron uno de los llamados
Ein-Euro-Job, trabajos por
un euro la hora. También existe
otra fórmula, aún más extendida,
mediante la cual los parados alemanes
trabajan y siguen siendo
parados. Son los llamados Minijobs,
por los que las empresas
pueden emplear a una persona sin
necesidad de pagar impuestos.
Los parados pueden ganar de este
modo hasta 400 euros al mes. El
Gobierno tiene un plan para elevar
ese límite hasta los 600 euros.
Cooperación hispano-alemana
“Alemania precisa entre 500.000 y
800.000 nuevos empleados especializados”,
aseguraba a El Mundo el 22
de enero Rainer Brüderle, presidente
del partido liberal FDP en el Parlamento.
“A partir de 2015 perderemos
250.000 trabajadores cada año.
Necesitamos urgentemente trabajadores
inmigrantes, como mínimo
500.000 al año para asegurar nuestra
economía”, anunciaba Brüderle. La
realidad es que 4,5 millones de personas
buscan empleo en Alemania.
Sobre todo tras la reunificación, el
país se ha visto acuciado por problemas
de empleo de escala masiva. En
algunos estados de Alemania del
Este, el paro supera el 12%.
El 27 de enero comenzó la cooperación
entre los servicios de empleo
españoles y alemanes a través
de la red europea Eures. La canciller
alemana Angela Merkel estuvo
en Madrid en una cumbre hispanoalemana
en la que declaró que se
necesitarán en los próximos diez
años unos 100.000 profesionales
en su país, y que se sentiría “muy
feliz” si éstos fuesen españoles.
Un 19% de los licenciados españoles
entre 25 y 29 años están desempleados.
Según la OCDE, un 44% de
ellos tiene un trabajo para el que están
sobrecualificados. Ante el anuncio
de Merkel, muchos de ellos se sintieron
esperanzados.
Entre 2008 y
2010, 110.000 personas emigraron
desde España en busca de trabajo.
La Cámara de Comercio Alemana
(Deutsche Handelskammer) organizó
en junio un acto informativo para
jóvenes licenciados españoles sobre
las posibilidades laborales en Alemania.
Unos 250 ingenieros españoles
participaron en las jornadas. El
investigador social Lars Niggemeyer
señala que en mayo había 22.000 ingenieros
alemanes en paro. Esa cifra
está por encima del número de ofertas.
Es por eso, asegura, que no hay
necesidad general de trabajadores
cualificados, sino un desempleo masivo
y una demanda de expertos en
determinados ámbitos. “En casi todas
las profesiones hay más parados
que puestos libres“, concluía
Niggemeyer.
Karl Brenke, del Instituto Alemán
para la Investigación Económica
(DIW, por sus siglas en alemán),
a su vez, señala que no existe
ninguna necesidad de trabajadores
extranjeros, excepto médicos y
electrotécnicos. Lo que hay detrás
de este llamamiento, para Brenke,
es un deseo de las empresas alemanas
de que haya más candidatos para
decidirse por los más baratos. El
matemático español Ángel López
también se ve afectado por esta
precariedad: “Si yo, que soy matemático
y trabajo en el sector de la
informática, solamente encuentro
Minijobs o empleos temporales, está
claro que en otras áreas menos
cualificadas es lo único que se puede
encontrar ahora mismo”.
También los profesionales alemanes
emigran al extranjero. En
Alemania viven 15 millones de personas
con historias familiares de
migración. Unos 40.000 alemanes
de origen turco emigraron a
Turquía el año pasado. En los últimos
20 años, un 0,7% de la población
alemana emigró al exterior.
Suiza, EE UU, Austria, Gran Bretaña,
Francia, los Países Bajos y
Canadá son los destinos preferidos
por los emigrantes alemanes.
Entre las causas del éxodo alemán,
junto a los motivos familiares, los
laborales son uno de los primeros
motivos para emigrar. La propia
canciller Merkel aseguró que
Alemania debería preocuparse de
que sus titulados no pasen de unas
prácticas a otras hasta que deciden
irse al extranjero en busca de mejores
condiciones.
Precariedad en
los cuidados
Uno de cada tres trabajadores alemanes está insatisfecho con su trabajo. Solamente el 12% está muy contento con su puesto laboral. Los que se sienten peor son los trabajadores temporales. Trabajadores del sector de los cuidados se manifestaron para reclamar mejoras en sus contratos; «el personal está sobrecargado de trabajo, la gente no es tratada de forma adecuada.
No me gustaría estar internada en un geriátrico en estas condiciones», aseguraba una manifestante en Berlín. Los sindicatos, a su vez, reclaman un salario mínimo interprofesional, ya que existen algunos acuerdos en determinados sectores, pero otros están desprotegidos frente a las leyes del mercado.
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