Ocupación // 26 pozos excavados en la franja
Agua robada por Israel, agua contaminada para Gaza

El 95% del agua de Gaza está contaminada. Israel, con el bombeo de agua, sustrae a la Franja cerca de 12 millones de metros cúbicos al año.

, Gaza
14/05/13 · 8:00
Edición impresa
Pozo de agua en Gaza. / FOTO: Helmhotz.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 95% del agua de la Franja de Gaza es agua no potable. Esto es debido al alto porcentaje de nitratos y cloruro que se acumulan en su único acuífero costero. El problema es aún más grave, ya que Israel no duda en abastecerse de agua proveniente de las zonas altas de Cisjordania, que deberían alimentar de forma natural dicho acuífero. Además, Israel, que mantiene un férreo bloqueo sobre la Franja de Gaza, ha excavado 26 pozos a lo largo de la línea verde a través de los cuales bombea y roba agua perteneciente a la Franja.

El profesor Akram Al Hallaq, jefe del departamento de Geografía de la Universidad de Al Aqsa en Gaza, explica que el problema estriba en el consumo, que es cada vez mayor debido a la explosión demográfica, y a la alta dependencia que existe para la irrigación en la agricultura, principal sector económico de la Franja de Gaza.

“Piratería israelí del agua”

Pero Al Hallaq insiste en que la “piratería israelí del agua”, como él la llama, es una razón de mayor peso. “Los israelíes han construido en la línea verde –frontera que separa la Franja de Gaza de los territorios ocupados, establecida en 1949 tras el armisticio árabe-israelí– una serie de pozos que bombean agua durante 18 horas cada día, es decir, anualmente roban 12 millones de metros cúbicos de agua a la Franja de Gaza”.

Si como cuenta el profesor Akram, en cada acuífero existe lo que se denomina equilibrio del agua, esto es que la cantidad de agua que entra al acuífero debe ser igual o mayor que el consumo, tal equilibrio no existe en la Franja de Gaza, donde el acuífero está poco a poco agotándose y contaminándose de nitrato y cloruro.

El cloruro proviene de la infiltración del agua del mar en el acuífero, y el nitrato de los productos químicos utilizados en la agricultura. También ha influido en este proceso de contaminación el que durante muchos años la Franja no haya contado con una red de agua usada. Los gazatíes excavaban agujeros profundos en los que depositaban el agua residual, que se filtra con mucha facilidad debido a la permeabilidad de la tierra.

La solución natural sería que  fuese rellenándose dicho acuífero con agua de lluvia o agua proveniente de las zonas altas del valle de Gaza. Sin embargo, Israel ha construido barreras y presas a lo largo de dicho valle, situado en su mayor parte en los territorios ocupados, y el agua queda así atrapada tras esos muros, sin cruzar la línea verde. Antaño, dicho valle se inundaba de agua, hasta los cinco metros de altura, y anegaba la carretera que existe entre la ciudad de Gaza y la ciudad de Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. Actualmente, el valle está totalmente seco.

Sobrevivir sin agua potable

La única fuente de agua en la Franja de Gaza es su acuífero costero, que hoy en día tiene el 95% de su agua contaminada, no apta para el consumo humano, según estándares de la Organización Mundial de la Salud. Con una de las mayores densidades de población de todo el mundo, los habitantes de la Franja poseen una de las peores aguas del planeta.

Datos recogidos por la Dirección de Municipalidades Costeras de Gaza apuntan que existe un déficit anual de cien millones de
metros cúbicos de agua. “Desde el inicio del bloqueo –cuenta Munder Shublaq, director de la Dirección de Municipalidades Costeras– hemos implantando algunas soluciones, como excavar unos pocos pozos. Son analgésicos, no son soluciones a estos problemas. Hemos hecho también pequeñas estaciones de reciclaje y de desalinización en las zonas más afectadas. Creo que estas soluciones sólo están aplazando lo que Naciones Unidas pronosticó hace tiempo: que Gaza será un lugar inhabitable en el año 2016”, señala Shublaq.

Además, debido a la situación política de la Franja de Gaza, el bloqueo israelí, el desacuerdo interno y la baja economía, es muy difícil que un proveedor de servicio de agua pueda poner en marcha soluciones sostenibles. “Supongamos que tenemos el dinero –explica Munder Shublaq– pero, debido a los obstáculos, al bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza, el trabajo de hacer entrar los materiales necesarios para construir estos proyectos es casi imposible”. Las instalaciones de desalinizadoras de agua hacen una labor importante, pero no lo suficientemente buena, y dan como resultado un agua potable con un tanto por ciento de sal. La tecnología no se ha renovado hace tiempo, como tampoco se ha renovado su maquinaria. Camiones cisterna de agua desalinizada circulan continuamente por la Franja vendiendo los cien litros a 20 shekel (un litro cuesta 0,05 euros). Es la opción más económica, aunque no la más saludable.

El consumo humano de agua se suple también con la importación de agua embotellada proveniente de países como Egipto, Turquía e Israel. El precio de una botella de dos litros de agua mineral importada es de tres shekel (0,6 euros) y es, sin duda, la mejor opción para la salud, sobre todo para los recién nacidos y los ancianos, pero también la más costosa y la menos popular.

El problema del agua no sólo se sufre en los hogares, también se siente en el campo. La única zona de la Franja de Gaza donde el agua es todavía óptima para la agricultura es en Beit Lahiya, conocida por sus campos de fresas. Sin embargo, en el resto de la Franja, los agricultores ven cómo sus cultivos se secan debido a las grandes cantidades de sal que contiene el agua. Sandías, espinacas, rúcula, perejil, cilantro, etc. Muchos agricultores gazatíes han tenido que dejar de plantar estos cultivos que sólo les daban pérdidas.

Libertad para Issawi tras ocho meses de ayuno

El 23 de abril, el preso político palestino Samer Issawi abandonó su huelga de hambre tras firmar un acuerdo con el fiscal militar de la ocupación por el que se acuerda su liberación después de ocho meses de ayuno. Issawi, de 33 años, fue condenado en 2002 por un tribunal militar a 26 años de cárcel por cinco casos de “intento de asesinato” y por pertenencia al Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), según publica Gara

Issawi deberá ser puesto en libertad en el plazo máximo de ocho meses. En los últimos meses, se encontraba ingresado en estado de salud crítico. Unos días antes de conocerse su próxima liberación, unos 5.000 prisioneros palestinos en cárceles israelíes se declararon en huelga de hambre y sed con motivo del Día del Preso Palestino y en solidaridad con su compañero. 

Bajo acusaciones de seguridad, Israel mantiene en prisión a casi 5.000 presos políticos, de ellos 235 son menores de edad. Otros presos políticos están encarcelados bajo lo que se denomina en la legislación de Israel como “detención administrativa”, sin cargos y sin juicio.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

1

  • |
    Carlos
    |
    14/05/2013 - 9:43pm
    Me pregunto qué pasará si Gaza se vuelve inhabitable? A qué se verá abocada una población ya de por sí tan castigada?
  • Tienda El Salto