La nueva cumbre de las grandes potencias muestra a Sarkozy como anfitrión estrella mientras las conversaciones sobre la reforma del sistema monetario internacional se ven marcadas por la crisis del euro.
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- Imagen: Merkel y Sarkozy durante la recepción de mandatarios para la cumbre del G20 en Cannes. Imagen: France Diplomatie
"Por lo tanto, Francia y Alemania han tomado la iniciativa de reunir mañana, antes de la apertura de la cumbre del G-20, a todas las instituciones europeas y al Fondo Monetario Internacional para discutir con el Primer Ministro griego las condiciones que requieren los compromisos [adquiridos por Grecia y toda la eurozona durante la última cumbre del euro]".
Con este aviso diplomático, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, daba el auténtico pistoletazo de salida para la cumbre del G20 pocas horas después de que el Gobierno griego anunciara, el 1 de noviembre, el referendum sobre las condiciones del rescate europeo. Uno de los temas centrales previstos en la cumbre era el debate sobre "la reforma del sistema monetario internacional", pero entre tanto había que evitar, según la retórica franco-alemana, que uno de los pilares de ese sistema -el euro- se hundiera.
En el encuentro con el primer ministro griego, celebrado el martes, Sarkozy arrancó una cita concreta para el referendo -el 4 de diciembre- y un ultimátum: sólo habrá ayuda europea si gana el ’sí’. Pero el órdago de Papandreu había quedado ya descubierto cuando miembros de su propio Gobierno, con el ministro de Finanzas Evangelos Venizelos a la cabeza, se opusieron públicamente a la medida.
Con Papandreu fuera de juego, pese a que no se ha confirmado el anuncio de dimisión publicado por la BBC, Sarkozy, que en esta cumbre de tres días tiene programadas tres ruedas de prensa, puede pasar a la siguiente pregunta.
Tasas o Irán
Uno de los temas en la mesa es la introducción de algún tipo de mecanismo impositivo sobre los movimientos de capital, algo que llevan demandando desde hace los años ’90 redes como ATTAC y otros grupos por la justicia fiscal. La Comisión Europea lo propuso en septiembre y la iniciativa llega al G20 con el visto bueno del presidente francés.
"Sobre este tema la gran incógnita es la postura que tendrán los países emergentes", explica desde Niza -centro de operaciones de la contracumbre paralela- Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción. "A los mercados financieros de los Bric [Brasil, Rusia, India y China] les interesa, en principio, un hundimiento del sistema financiero en Europa", aventura Kucharz, "porque los capitales se refugiarían en plazas como Nueva Delhi, Singapur o Shangay".
El presidente de EE UU, Barack Obama, ha venido también con su propia agenda. Según informa Andrew Sparrow, enviado especial del diario británico The Guardian, Obama ha destacado en su primera intervención que los asuntos de seguridad también estarán presentes en la cumbre, y puso el acento en la amenaza del supuesto plan nuclear iraní.
Las redes internacionales que han acudido a la vecina Niza a preparar su propia cumbre han insistido en que la cuestión del euro no debe sacar de la agenda otros asuntos como la crisis alimentaria mundial o el agotamiento de recursos, y en la oportunidad de que las medidas de redistribución fiscal propuestas puedan usarse para la lucha contra el cambio climático o para los servicios públicos.
Estas redes responden a un llamado internacional que fue emitido tras el Foro Social Mndial de Dakar.
Acción contra los paraísos fiscales
Unas 500 personas, según los convocantes, han participado la mañana del jueves en una acción simbólica en Mónaco. El pequeño estado, situado a 30 kilómnetros de la sede de la cumbre del G20, ha sido denunciado como uno de los paráisos fiscales que operan en el continente europeo.
"Vamos el jueves por la mañana a la frontera con Mónaco para ver si los paraísos fiscales están cerrados", informaba la red internacional Coalición G8G20, en alusión a las promesas de la cumbre del G20 de Londres en abril de 2009, que según declaró Sarkozy supondrían "el fin del secreto bancario".
La acción forma parte de los 3 días de contracumbre programadas por redes internacionales de activistas en la ciudad de Niza. La ciudad francesa vivió ayer martes una manifestación de 10.000 personas
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