En la manifestación del 27 de diciembre, 100.000 sirios
pidieron el fin del régimen. Los datos de asociaciones
de derechos humanos hablan de 50 muertos diarios.
Ya son más de 5.000 personas asesinadas por el régimen de los Assad en Siria, 15.000 desaparecidas, 60.000 detenidas ilegalmente y torturadas y 20.000 refugiadas. Día a día crece la represión de la dictadura, pero también se extiende y se fortalece la revolución. En las últimas semanas, la brutalidad del régimen, que ha recaído especialmente sobre las ciudades de Idleb y Homs, ha dejado una media de 50 víctimas diarias, sin distinción entre hombres, mujeres y niños. Ya son 364 niñas y niños asesinados por las fuerzas de seguridad, el Ejército y los shabbiha (grupos paramilitares) de El Assad. Pero en el último mes, Damasco y Alepo, las dos grandes ciudades sirias, han dejado ver su potencial revolucionario más que nunca, frente a las acusaciones de pasividad y silencio.
Manifestaciones masivas
De la misma manera, en el centro neurálgico de la revolución, Homs, en Baba Amr, el 27 de diciembre más de 100.000 personas se unieron en una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos días. Mientras, la misión de observadores del “protocolo de la muerte”, como la denomina el pueblo sirio, ha llegado al país. Presidida por Mustafa el Dabi, exdirector de la inteligencia militar sudanesa, responsable de formar las milicias de Janjawid que perpetraron la limpieza étnica en Darfur y acusado de graves violaciones contra los derechos humanos, la misión ha calificado la situación en Homs como “tranquilizadora”. Se trata del “peor observador de derechos humanos del mundo”, como ha titulado la revista Foreign Policy. Pero los ojos de los observadores de la Liga Árabe no han sido, ni son, con su escasa credibilidad, los que trasladen la realidad de lo que está sucediendo en Siria.
Además de los cientos de vídeos que los sirios cuelgan en Youtube y difunden en las redes, para explicar las rutas del terror que el régimen impone en Siria, una periodista valiente, Mónica Prieto, ha logrado llegar hasta el centro de Homs y desde allí nos traslada las crónicas veraces de los sucesos. No hay conspiración occidental, guerra civil ni conflicto interétnico en Siria. Hay un régimen asesino y civiles asesinados y torturados.
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