La fase 3 del protocolo anticontaminación se aplica por primera vez en la historia de la ciudad ante los elevados niveles de polución.
Por primera vez en la historia el Ayuntamiento de Madrid prohibirá la circulación por la almendra central (la que se integra dentro de la carretera de circunvalación M-30) a vehículos con matrícula par. El episodio de contaminación que estos días vive la ciudad ha obligado a la puesta en marcha de esta nueva fase del protocolo anticontaminación aprobado el pasado enero por el Consistorio dirigido por Ahora Madrid.
La prohibición afecta a todos los vehículos, salvo los de de alta ocupación, transporte público colectivo, “emisiones cero”, personas con movilidad reducida, servicios esenciales, motos y ciclomotores, en horario de 6.30 a 21 horas.
Si las condiciones meteorológicas y el episodio de polución continúa, la medida se extenderá al viernes para los de matrícula impar, algo que, de confirmarse, anunciará el Consistorio antes de las 12 horas de este miércoles.
La fase 3 del protocolo implica además las restricciones contempladas en los anteriores niveles: prohibición de aparcar entre las 9 y las 21 horas a los no residentes en la zona SER (estacionamiento regulado), cuyas aplicaciones y parquímetros no extenderán tiques e informarán en sus pantallas de la prohibición, y disminución de la velocidad en la M-30 y en las vías de acceso a Madrid a 70 km/h como máximo. Además, la administración local recomienda el uso del transporte público.
El Ayuntamiento ha adoptado esta medida "ante el aumento de los niveles de polución y las previsiones desfavorables de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para los próximos días", según ha informado en un comunicado. Quienes se salten la prohibición estarán expuestos a una sanción de 90 euros, según ha apuntado la directora general de Sostenibilidad y Control Ambiental del Consistorio, Paz Valiente.
Por otro lado, la Empresa Municipal de Transportes reforzará su servicio de autobuses, tal y como prevén las fases 2 y 3 del protocolo anticontamianción, en un total de 55 líneas. El Ayuntamiento ha solicitado, además, al Consorcio Regional de Transportes que "que adopte las medidas necesarias para maximizar la capacidad del transporte público en la Comunidad de Madrid, con el fin de absorber con la mayor eficacia el previsible incremento de viajeros durante el periodo de duración de restricción del tráfico, y que refuerce la información sobre las alternativas al transporte privado".
A estas medidas se unen las restricciones en la Gran Vía. con menos carriles destinados a la circulación de vehículos como prueba piloto para una posible futura peatonalización de la zona, una iniciativa que desde colectivos como Ecologistas en Acción aplauden. Esta mañana el nodo madrileño de la organización remarcaba la menor presencia de contaminación en la zona gracias a las restricciones: "Es claro: menos coches igual menos contaminación".
Contaminación de tarde y noche
El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Xavier Querol explicaba esta mañana cómo "los picos de contaminación se producen por la tarde y la noche, por eso, hay que reducir los coches por la mañana". En su opinión, "estas medidas no son un capricho, se toman porque se superan los límites perjudiciales para la salud humana".
La contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) perjudica a la salud humana, afectando al hígado, la sangre y el bazo, además de causar irritación ojos, nariz y garganta y producir problemas respiratorios, según resaltan desde el CSIC. Asimismo, las partículas en suspensión (PM2.5 Y PM10) afectan a los sistema respiratorio y reproductor, además de incidir en enfermedades cardiacas y al sistema nervioso central.
Por otra parte, el último informe sobre ozono troposférico –un contaminante que aparece por la combinación de contaminantes denominados precursores, entre ellos el NO2– de Ecologistas en Acción presentaba este año datos preocupantes respecto a esta sustancia: más de 37 millones de personas respiraron aire contaminado por este gas durante la primavera y el verano de 2016, cuatro de cada cinco ciudadanos del Estado.
Sólo en Madrid, en 2014 se produjeron 2.500 muertes prematuras por enfermedades respiratorias, vasculares y cánceres relacionados con la contaminación, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Además, varios estudios afirman que la mortalidad en las ciudades con niveles elevados de polución supera entre un 15 y un 20% la de las más limpias.
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