La presidenta de la Comunidad recibió ayer como muy buena noticia el anuncio por parte de la compañía Cordish de la creación de un nuevo complejo de ocio en Madrid. La empresa acumula un currículum extenso de denuncias de racismo por parte de organizaciones de la sociedad civil estadounidense.
"Si vuelvo a ver tantos negratas [niggers] en el edificio, pongo cadenas a las puertas y pego fuego al local contigo dentro". El comentario vino de Jake Miller, ejecutivo senior de Cordish. Es el testimonio de un DJ y abre el informe CordishReport, en el que se recopilan episodios de racismo de esta empresa. Otro ejemplo: extrabajadores cuentan que el mánager de uno de los club solía rociar con spray de pimienta en dirección a los clientes afroamericanos.
El nombre de Cordish comenzó a ser conocido en la Comunidad de Madrid a raíz del anuncio de que el grupo creará un nuevo complejo de ocio en la zona del Henares. Un negocio que "pinta muy bien", en palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.
Cordish, una empresa fundada en 1910, anunció ayer que plantea realizar una inversión de 2.200 millones de euros en Madrid para la creación de un complejo de ocio llamado Live!Resorts Madrid. El emplazamiento –la empresa dice que ya ha comprado los terrenos– está en Torres de la Alameda. La compañía ha dicho que no pedirá cambios legislativos de la Comunidad de Madrid, cuya presidenta se ha mostrado "muy entusiasta" y ha dado apoyo público al proyecto. La empresa asegura que no necesitará subvenciones, aunque el proyecto aún no especifica las necesidades de redes de transporte, suministros o facilidades que requerirá de la Administración regional.
El informe antes citado, realizado en 2014 por la consultora independiente Metropolitan Strategies, especifica que entre 2008 y 2014, no menos de 24 clientes denunciaron o pusieron quejas formales contra empresas del grupo Cordish por motivos de discriminación en sus complejos de Kansas City y Louisville. Cinco empleados distintos han denunciado que el vicepresidente de la compañía, Reed Cordish, y el vicepresidente ejecutivo, Jake Miller, dieron orden de excluir a los afroamericanos de puestos de responsabilidad y que usaron adjetivos racistas para describirlos.
El hecho de negarse a utilizar esos criterios raciales en la selección de personal es motivo de despido, según han detallado algunos exempleados de Cordish.
Se señala asimismo el uso por parte de gerencia de falsos clientes, apodados "rabbits", (conejos) cuyo trabajo es comenzar peleas con los clientes afroamericanos para justificar su expulsión del local. Además, según los testimonios recogidos, el "dress code" –la prohibición de entrada al local por motivos de vestuario– es otro de los criterios raciales usados por la empresa. En otros casos, la discriminación se produce en la puerta: "Está todo completo" o "solo entran VIP" son formas de impedir el paso a clientes afroamericanos. Mediante estas y otras tácticas, según un ex manager general de la empresa, se discrimina a unas 200 personas cada semana en el complejo Kansas City Power & Light District.
La empresa está dirigida por David Cordish, que ha mostrado públicamente su apoyo al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Cordish siempre ha respondido que son "ridículas" las acusaciones de discriminación y ha puesto en marcha mesas con organizaciones de la sociedad civil para limpiar su imagen. El Black Cergy de Filadelfia, que agrupa a miles de fieles afroamericanos en esa ciudad, dio su bendición a Cordish y desestimó los informes que acusaban a la empresa de prácticas racistas.
Pero las críticas no han cesado a pesar del apoyo de poderes fácticos de las ciudades en las que Cordish ha llevado a cabo sus proyectos. De hecho, se han producido acusaciones sobre una posible financiación por parte de la empresa a los grupos que le han dado su apoyo.
La rama de la organización National Action Network en Filadelfia –una ciudad con más población negra que Kansas City– continuó su investigación pese al dictamen de la iglesia. Paula Pebbles, de NAN Philadelphia, explicó al medio Insider Louisville que, "a medida que terminábamos, nos sorprendió saber que nuestros peores temores estaban confirmados. La evidencia es abrumadora. Las compañías Cordish tienen un registro vergonzoso de discriminación racial contra los afroamericanos, y no hay manera de que podamos permitirles construir un casino en nuestra ciudad".
Este trabajo, hecho público en 2015, incluyó más testimonios, como el de uno de los cocineros que trabajaron para Cordish, Hank Pullen, quien explicó que se instaba a los trabajadores negros a no usar la puerta principal para entrar a sus puestos. En Madrid, por el momento, Cordish ha encontrado todas las puertas abiertas.
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