Destrucción del territorio
Los movimientos sociales plantan cara al alquiler ilegal en Balears

El cambio de Gobierno no ha traído cambios de calado en el modelo turístico impuesto en las Islas. Los movimientos creen que hay tiempo para transformar el monocultivo que ha puesto en peligro el territorio balear.

, @kikeeonate
02/12/16 · 8:00
Castillos de arena en Palma de Mallorca.

A principios del verano de 2016 aparecieron una serie de pintadas en el Casco Antiguo de Palma. “Tourist go home, refugees welcome” o “tourists you are the terrorists”, denunciaban los grafitis. Es cierto que se armó un gran escándalo por ello, pero de eso ya hace tiempo, ahora sólo queda como un recuerdo agridulce en el imaginario palmesano.

Esas reivindicaciones o insultos, dependiendo de cómo se miren, fueron una advertencia de lo que estaba por venir. Un verano de récords, se ha dicho.

Los medios locales se hacían eco de ello y cada día se hablaba de saturación mientras gran parte de la población de Balears tomaba conciencia de los efectos negativos del turismo de masas. Por otro lado, el Govern Balear (PSOE, MÉS y Podemos) seguía y sigue mirando hacia otro lado, negando la congestión de las infraestructuras de las islas y apostando por un "falso turismo sostenible" sin tomar medidas claras para implantar esa demanda social cada vez más evidente.

Lo del abarrote de visitantes en el archipiélago no es algo nuevo, aunque su número haya crecido desmesuradamente, un 24% desde 2011. Si el aluvión de turistas, los constantes atentados contra el medioambiente, la escasez de recursos hídricos a causa de la sequía y el incremento de consumidores no son suficientes problemas para estar preocupados, debemos sumarle a todo el alquiler ilegal y por consiguiente el proceso de gentrificación en diversos barrios del centro histórico de Palma.

El geógrafo y profesor de la UIB (Universitat de les Illes Balears), Macià Blázquez, define la gentrificación como “el desplazamiento de la población de menos ingresos y poder adquisitivo”. Barrios, hasta ahora alejados de los intereses especulativo-inmobiliarios, están ahora en el punto de mira de muchos inversores. Entornos degradados y olvidados por las administraciones públicas son ahora reconvertidos.

“La rehabilitación de los barrios gentrificados es muy lucrativa porque se compra barato antes del inicio del proceso para luego venderse o alquilar a precios desorbitados”, agrega el doctor en geografía. El resultado de este proceso es una reconfiguración tanto física como social, con un cambio drástico en el panorama vecinal.

Asimismo Blázquez dice que “los anteriores habitantes, que tienen una fuerte identificación territorial con el lugar, además de mantener vínculos de cohesión social, se ven desplazados por los recién llegados. Estos últimos sí pueden pagar las nuevas rentas, mediante alquiler o compra. El desplazamiento hace cuestionar que esto se trate realmente de una “rehabilitación”, dado que la vida anterior se pierde”.

Para culminar la transformación de la barriada “se cambia el comercio tradicional y de proximidad para dar paso a “boutiques” y hoteles de lujo orientados a los nuevos residentes y turistas”, concluye el profesor. Otro factor a tener en cuenta es que la inversión es en su mayoría extranjera, sobre todo nórdica.

Respuesta popular

El fenómeno está ocurriendo en barrios del centro de Palma, pero también en Eivissa. En el primer caso las molestias van en aumento y los vecinos se han empezado a movilizar. Desde la Asociación de Vecinos de Canamunt (barrio del centro histórico) piden una moratoria que paralice todas las concesiones para repensar el modelo de ciudad. Sus quejas no han sido escuchadas y no han recibido ninguna propuesta por parte de la administración. Mientras, el crecimiento sigue.

19 hoteles boutique, cinco en construcción y dos en proyecto. Aparte del incremento de los precios en el alquiler de pisos y la especulación inmobiliaria, se le añade la llegada de cruceros al puerto. En un mismo día han llegado a atracar hasta diez buques, lo que se traduce en unas 20.000 personas yendo por el mismo recorrido, lo que produce incluso graves dificultades para circular por la calle.

El caso de Eivissa ha llegado a límites exagerados. Se han alquilado hasta balcones para pasar la noche. Muchos de los trabajadores de temporada que acuden a la isla no han podido pagarse un piso por mucho que cobraran un buen sueldo. Otros han tenido que dormir en el coche o en tiendas de campaña para no perder sus ganancias estivales en el pago del alquiler.

Durante el verano la situación se vuelve cada vez más insostenible. Todas las playas se están convirtiendo en “Beach Clubs”. Las hamacas y las camas balinesas invaden cualquier rincón. Party Boats dan vueltas alrededor de la isla con música a todo volumen. Y las casas rurales se convierten en discotecas privadas que molestan a los vecinos tanto como por el ruido como por el tráfico que crean. “El gran modelo turístico”, ironizaba Neus Escandell, portavoz de PROU!! Pitiüses en acció. De reciente creación, es otra plataforma ciudadana que ha surgido a través de las redes sociales y que está en contra de cómo se está gestionando el turismo. Pretenden defender y proteger las islas, exigiendo que se cumplan las leyes que ya existen y obligando a las instituciones a que no dejen pasar todo de largo.

En Menorca desde hace muchos años y como en el resto de islas se alquilan las viviendas unifamiliares, pero Airbnb y el alquiler ilegal también empiezan a arraigar, alquilando pisos plurifamiliares. Estos últimos están prohibidos por la Ley de Arrendamientos Urbanos. Lo peor será si se autorizan esas plazas actualmente desrreguladas, pero que se prevén legalizar. Por el momento, en Menorca no se llega a la situación que sufren Palma o Eivissa.

Ante esta problemática y todas las que estén relacionadas con el turismo, han surgido plataformas anónimas para denunciar y exponer las inconvenientes relacionados con el turismo. Son ejemplo de ello el Tot Inclòs (todo incluido) o Terraferida (Tierra herida). La primera, que forma parte de la Coordinadora Llibertària de Mallorca, lleva tres años editando un monográfico que resume el verano visto desde una perspectiva crítica y alternativa.

También han organizado presentaciones por diversos pueblos de la isla de Mallorca a lo largo de todo el verano, a modo de concienciación. Recientemente han protagonizado, con mucho éxito de participación, unas jornadas abiertas para debatir sobre la saturación turística bajo el nombre de “Ciutat és de qui l’habita, no de qui la visita” (Palma es de quien la habita y no de quien la visita). La CNT de Palma ha cedido su local a la hora de realizar los eventos que ha ido protagonizando Tot Inclòs, además de ser un espacio abierto para la reflexión.

Terraferida, es otra de las plataformas que denuncian diariamente y de forma anónima, los abusos contra el territorio Balear. Ambas se han difundido rápidamente a través de las redes sociales como Facebook y Twitter.

Hace tan solo unos meses apareció otro movimiento en la red. #SenseLímitsNoHiHaFutur (sin límites no hay futuro) surgió como algo puntual, como un toque de atención para reflexionar. Más de 5.000 personas y 135 entidades firmaron el manifiesto, que por supuesto está en contra de la gentrificación y el alquiler sin regulación. Según su portavoz, Antonina Siquer, “el nuevo gobierno no ha puesto freno a nada, pero todavía tienen tiempo para hacer muchas cosas”.

El último y no menos importante movimiento social en las islas es el Grup d’Ornitologia Balear i Defensa de la Naturalesa (GOB). Con una trayectoria que se remonta a 1977 es el colectivo que ha conseguido más victorias por la defensa del territorio. En gran medida, Balears no está más destruida gracias a su acción.

Margalida Ramis, portavoz del grupo ecologista, asegura que el GOB está apoyando y difundiendo las iniciativas que surgen por parte de los vecinos y la población. También afirma que la agrupación tiene “incidencia política” y “procuramos, con nuestros medios, poner en la mesa la 'denuncia' delante de la Conselleria, además de proponer alternativas para cambiar el modelo”. La organización asegura que el Govern tiene muchas “presiones” por parte del sector hotelero y que por eso no están haciendo ningún cambio respecto al modelo.

Queda claro que todos los movimientos sociales están de acuerdo en cuanto a lo que denuncian y en la manera en que lo gestionan. La mecha está encendida, ahora sólo hace falta que el resto de la ciudadanía se vaya contagiando para presionar a la patronal hotelera y a la administración. Solamente así, se podrá llevar a cabo un verdadero cambio socioeconómico que sea sostenible y beneficioso para todos.

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