La iniciativa, promovida por la Xarxa de Sobirania Energètica, denunciará con un recorrido los proyectos que han generado graves impactos socioambientales en la provincia deTarragona.

La Xarxa de Sobirania Energètica (XSE), con la colaboración del Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y Enginyeria Sense Fronteres, organizará entre los días 29 y 31 de octubre la tercera edición del Volt, una iniciativa que pretende hacer reflexionar sobre el modelo energético tanto de Catalunya y el Estado español como a nivel europeo y global, así como generar redes y coordinación entre las diferentes luchas contra los proyectos y empresas energéticas.
En esta ocasión, unas 70 personas llegadas de Catalunya y todo el Estado realizarán un recorrido por diferentes infraestructuras con graves impactos socioambientales ubicadas en la provincia de Tarragona, "la zona de sacrificio de Catalunya y de toda la península para el desarrollo, con una concentración muy alta de industrias químicas y petroquímicas, así como de infraestructuras de producción eléctrica, nucleares, etcétera, todo concentrado en una pequeña porción de territorio", expone Alfons Pérez, integrante del ODG y promotor de la iniciativa.
Además del recorrido, desde el Volt van a proponer realizar un juicio popular al proyecto Castor de cara a junio de 2017, con la idea de "enjuiciar todo el proceso del proyecto, de cómo fue planteado, construido y cómo se ha pagado la deuda, a la responsabilidad de los diferentes actores, Estado español, empresas promotora y ejecutoras, y Banco Europeo de Inversiones. por financiar el proyecto", indica Pérez.
Este juicio se planteará desde diferentes perspectivas, según expone el experto: "La de la ciudadanía afectada directamente en el territorio, la de los afectados por la deuda ilegítima y la de los ciudadanos en los países del sur, que son los que exportan ese gas y reciben los impactos en sus comunidades".
La primera parada será el día 29 en el proyecto Castor, el fallido almacén de gas subterráneo, participado mayoritariamente por ACS y responsable de multitud de seísmos en la zona, que ha generado una importante deuda que está siendo pagada por la ciudadanía.
La cita continuará el día 30, en el polígono petroquímico de Tarragona, donde actúa principalmente Repsol, junto a la plataforma Cel Net. Por último, el día 31 la comitiva se trasladará a la localidad de Flix, donde se realizarán actividades sobre la centenaria industria química de Ercros junto a las aguas del Ebro, y a Valdellòs, localidad en la que visitarán una cooperativa energética de biomasa.
Fondos de inversión y grandes actores
Mientras en la primera edición del Volt sus organizadores se centraron en reclamar el derecho a decidir sobre los grandes proyectos energéticos que les afectan y en la segunda se retó a las grandes infraestructuras energéticas, en esta ocasión la iniciativa pone especial hincapié en los actores que promueven el modelo energético, así como en la "impunidad de las corporaciones", apunta Pérez.
"Queremos hacer visible el impacto del capital financiero, de grandes fondos de inversión como MCGuire, JPMorgan, así como de los instrumentos financieros que promueve el banco europeo de inversiones, todo este tipo de instrumentos e instituciones privadas y públicas que al final también se mueven con impunidad".
Estos fondos de inversión, explica el experto, están penetrando poco a poco en el mercado energético. "Hace poco vimos que MCGuire, el fondo de inversión en infraestructuras más grande del mundo, había comprado todo los activos de E.On para la comercialización y distribuición de electricidad en Cantabria, así como la de gas, junto a un fondo kuwaití. Han renombrado la empresa y ahora se llama Viesgo. Curiosamente, este mismo fondo fue el que promovió el fracking en Cantabria y ahora viene camuflado con otro nombre para penetrar en el mercado de la distribución eléctrica y en el de la comercialización".
El proyecto Castor es otro ejemplo de infraestructura financiada meditante ingeniería financiera. En este caso, la megainfraestructura, participada mayoritariamente por el grupo de Florentino Pérez, fue refinanciada a través de un instrumento del Banco Europeo de Inversiones: los project bonds.
"Eso ha permitido que Florentino Pérez, que tenía una deuda a siete años con 21 bancos, pueda reestructurarla a 21,5 años, lo que implica muchas más facilidades para pagarla y un incrementio del coste del proyecto en 234 millones de euros", remarca. "Sin embargo, cuando provocaron los terremotos y el proyecto quedó paralizado, al final todos y todas estamos pagando esa parte financiera, ese presupuesto del instrumento financiero".
Pérez denuncia que, tras la liberalización y mercantilización del modelo energético, comienza la financiarización, "convertir en activos financieros los proyectos, las mismas infraestructuras. Su proyecto es que el gas y la electricidad sean activos financieros".
De la segunda edición del Volt nació una red de apoyo mutuo en respuesta a grandes proyectos energéticos. Este año, desde la organización esperan que continúe la coordinación para aunar fuerzas en la luchas contra las empresa y proyectos energéticos.
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