El líder del PP y el de Ciudadanos enfatizan el acuerdo en las cuestiones económicas urgentes y trasladan la presión a Sánchez.

El requisito de la retirada de Mariano Rajoy al frente del PP es hoy un poco menos requisito. La reunión entre el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y Mariano Rajoy ha sido celebrada por éste último como “un primer paso”. ¿Hacia qué? Bien, Rivera ha mantenido su negativa a votar ‘sí’ en una posible investidura del hoy presidente en funciones, lo que abriría la posibilidad de un gobierno del PP apoyado por Ciudadanos y las derechas periféricas. Pero el dirigente de Ciudadanos sí ha ofrecido a Rajoy su abstención y un diálogo permanente, especialmente para las cuestiones urgentes como los próximos presupuestos generales del Estado, que tendrán que cumplir con los ajustes impuestos por la Comisión Europea. Antes del encuentro, se marcaba una de las frases marca de la casa: "Ninguna persona está por encima de los intereses de España".
Los analistas interpretan este ‘primer paso’ como un refuerzo de la presión sobre Pedro Sánchez (PSOE) para abstenerse a su vez y facilitar la presidencia a Rajoy. Algo a lo que el líder del PSOE se negó ayer mismo tajantemente. Rivera ha ofrecido de hecho su mediación a Rajoy para cambiar la posición de Sánchez, presionado a su vez por su propio partido para no explorar la vía del pacto de izquierdas con Podemos.
Hoy se ha conocido también el contenido del programa de pactos que ofrece el PP a PSOE y Ciudadanos, el mismo que no llegó a entregar ayer a Pedro Sánchez. La propuesta, de 10 páginas, establece la prioridad de llegar al 15 de octubre –fecha límite establecida por la Comisión Europea para que España y Portugal presenten sus planes fiscales para 2016-2018– con un presupuesto atado. En lo económico, también es reseñable su mención a la situación de las cuentas de la Seguridad Social, de hecho uno de los principales factores en el incumplimiento sistemático de los objetivos de reducción de déficit.
El PP abre la puerta a incluir en una reforma del pacto de pensiones –el pacto de Toledo– la financiación del sistema a partir de los presupuestos generales del Estado, es decir, a partir de impuestos. Es donde existe más terreno para el acuerdo, incluidos los sindicatos de concertación: un buen marco para el tipo de fotos de las que nadie quiere salirse, después de un verano marcado por las noticias sobre el agujero inminente en el fondo de reserva de las pensiones. Las bases de un acuerdo de gobierno están ahí por lo menos para los próximos dos años, pero el principal escollo –al menos hasta el día de hoy– se sigue llamando Mariano Rajoy.
comentarios
1