La plataforma #EnsPlantem denuncia el proceso de masificación que vive Poblenou.
Ayer martes, la Plataforma Vecinal #EnsPlantem, del barcelonés barrio del Poblenou, realizó una cacerolada por la Rambla, su arteria principal, para denunciar el proceso de masificación turística que vive este área de la ciudad. La Plataforma, constituida el pasado mes de mayo, lleva desde entonces organizando diferentes acciones con el objetivo de llamar la atención sobre los efectos que el monocultivo del turismo está teniendo en el tejido social y económico del barrio.
Según los datos que maneja #EnsPlantem, sólo en el Poblenou existen más de 12.000 plazas hoteleras, a las que habría que sumar, en breve, las aportadas por la construcción de ocho nuevos hoteles y por los aproximados 700 pisos turísticos que complementan la ya abundante oferta.
Hay que recordar que, entre las propuestas electorales que llevaron a Barcelona en Comú al gobierno del Ajuntament, estaba el establecimiento de una moratoria en la concesión de licencias destinadas a la apertura de nuevos alojamientos turísticos, la cual estaría vigente hasta la aprobación de un marco normativo que regulara la gestión de este tipo de alojamientos y estableciera los pertinentes criterios urbanísticos, el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT).
Sin embargo, el pasado mes de junio, el Ajuntament tuvo que retrasar a después del verano la aprobación definitiva del PEUAT por la falta de apoyos del resto de grupos que conforman el pleno municipal, así como por el gran número de alegaciones recibidas.
Tal y como afirma Pere Marinè, vecino del barrio y miembro de dicha Plataforma, “los vecinos del Poblenou no dirigimos nuestras protestas contra los turistas, sino contra las consecuencias. Los precios de las viviendas han subido en los cuatro o cinco últimos años más de un 40% y empieza a ser un problema encontrar un piso en un barrio que tradicionalmente había sido de clase obrera”.
Y es que la presión que la inversión turística e inmobiliaria ejerce sobre esta parte de Barcelona ha hecho que, tras el parón de la crisis, comiencen a aparecer de nuevo proyectos centrados en la construcción de pisos de lujo, apartamentos turísticos e incluso ciertas formas de mobbing inmobiliario.
En un reciente reportaje, Barcelona TV, la emisora municipal de la capital catalana, señalaba que, en unos antiguos pisos de protección oficial construidos durante el primer franquismo, los conocidos como Tupolev, el precio del metro cuadrado había subido hasta los 4.500 euros, pagándose por un piso completo más de 300.000 euros o alquilándose como pisos turísticos por 200 euros diarios, algo que evidencia la presión especulativa que vive el entorno.
Así, entre las exigencias de la Plataforma está el hecho de que el barrio pase a ser considerado, bajo el PEUAT, Zona 1, es decir, zona de decrecimiento turístico, cambiando su situación actual desde la Zona 2, mantenimiento, y Zona 4, la cual permite todavía el crecimiento en alojamientos.
A esto hay que sumar la saturación de terrazas de bares y restaurantes que vive la Rambla del Poblenou, el más importante eje urbano y social del barrio. La aplicación de la Ordenanza de Terrazas, aprobada por el anterior gobierno municipal de Xavier Trias, llevó a los restauradores de la zona a celebrar incluso un día de “huelga”. La normativa se encuentra en revisión por el nuevo Ajuntament, aunque los vecinos de #EnsPlantem también denuncia la ocupación masiva del espacio público del barrio que suponen y exigen algún tipo de regulación.
Desde #EnsPlantem diseñan, de cara a septiembre, nuevas acciones, algo que asegura que el conflicto está servido.
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