Italia
El ‘modelo expo’ gana en Milán

El consejero delegado de la Exposición Universal, Beppe Sala, del partido en el gobierno, ha ganado las municipales.

, Milán (Italia)
09/07/16 · 7:47
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Una de las calles de Milán decorada para la Exposición Universal / Davide Oliva

Especulación inmobiliaria, ganancias privadas y gastos públicos. La Exposición Universal que se celebró en Milán el año pasado no fue diferente de los grandes eventos que a menudo sacuden las finanzas y la planificación urbana de las ciudades del mundo. La capital económica y financiera de Italia, sin embargo, no ha tenido bastante con seis meses de Expo y ahora intentará trasladar la gestión de la exposición, con sus luces y sus (muchísimas) sombras, al gobierno de la ciudad.

El consejero delegado de la Exposición Universal, Beppe Sala, acaba de ganar la segunda vuelta de las municipales y será alcalde durante los próximos cinco años. Se trata de una victoria –aunque muy apretada– del primer ministro, Matteo Renzi, que ha utilizado la visibilidad de la Expo para reforzar su imagen de líder innovador. Sin embargo, la exposición (que habría debido centrarse en el tema de la alimentación y que por presiones de las empresas patrocinadoras se convirtió en una gran feria de la tecnología con pabellones como “el supermercado del futuro”), más que un evento innovador, ha sido el catalizador de viejos proyectos inmobiliarios que llevaban años esperando financiación pública.

Costes reales

“Ha faltado la capacidad de analizar los costes reales de la Expo, más allá de la retórica del gran evento. La exposición en sí ha costado 3.000 millones de euros, en comparación con los 400 millones que ha recaudado a través de la venta de entradas. Además, se han financiado obras relacionadas con la exposición por 8.000 millones de euros. La mayoría de éstas genera cada día nueva deuda pública porque, a pesar de ser obras con financiación privada, ha habido ayudas fiscales e inversiones públicas más grandes de lo presupuestado”, explica a Diagonal Alberto Abo Di Monte, miembro del colectivo OffTopic, laboratorio de debate político que investiga las “grietas en el tejido social, político y urbano” de Milán y ha publicado un libro sobre el fracaso de la Expo. De hecho, si de las tres nuevas líneas de metro previstas sólo se ha inaugurado una, alrededor de la ciudad se han construido nuevas autopistas que ya están al borde de la quiebra por falta de tráfico.

3.000 millones de euros ha costado la Exposición Universal de Milán. Sin embargo, con la venta de entradas tan sólo se han recaudado 400 millones de euros

Pero la política y los grandes medios han celebrado a Beppe Sala como “el hombre del milagro”. El ejecutivo –antiguo director financiero de la empresa Pirelli y director general del Ayuntamiento con la alcaldesa berlusconiana Letizia Moratti– fue elegido como consejero delegado de la Expo por la administración progresista que ganó las municipales en 2011. Su tarea era llevar a cabo la organización de un evento que, por culpa de retrasos y escándalos, parecía destinado a naufragar. Sala ha logrado su objetivo, pero al precio no sólo de masivas inyecciones de dinero público (justo cuando los Gobiernos que se sucedían en Roma predicaban recortes, sangre, sudor y lágrimas), sino también concentrando en su persona una serie de poderes y derogaciones especiales que le han permitido cerrar la obra prescindiendo de cualquier debate público y reprimiendo las contestaciones. Es el modelo del “comisario extraordinario” ya utilizado en varias ocasiones por los gobiernos de Berlusconi, que resulta ideal para favorecer la corrupción, tal y como han demostrado algunas investigaciones de la Fiscalía.

“A pesar de la represión que ha seguido a la manifestación contra la Expo del 1 de mayo de 2015, han pasado por la cárcel más colaboradores de Sala que activistas. Pero esto no ha parado la difusión del modelo Expo: un ejemplo de la misma lógica es el decreto llamado ‘desbloquea-Italia’ que, por ejemplo, ha desautorizado a los Gobiernos locales en temas de explotación de hidrocarburos. Esta herencia es evidente en la nueva junta de gobierno de la ciudad: de la anterior junta de centro-izquierda se confirman los concejales que más se han distinguido por los desalojos de familias y de ocupaciones políticas. Junto a ellos entran en la Administración personas muy afines a Sala, empezando por una ejecutiva europea de Microsoft”, añade Abo.

Es el modelo del “comisario extraordinario”, ya usado varias veces por Berlusconi

El nuevo alcalde ha ganado con muchos menos votos de lo que Renzi había esperado: el 51,7%, que el candidato del centro-izquierda ha conseguido en la segunda vuelta de la municipales, fue logrado con un nivel de abstención récord, próximo al 50%. Y esto a pesar de que Sala ha conseguido atraer muchos votos de los partidos de izquierdas presentándose como única alternativa a Stefano Parisi, candidato de Silvio Berlusconi y de la xenófoba Liga Norte.

Ahora Sala promete mezclar medidas progresistas (como el medio ambiente o mejoras en las periferias) con una política neoliberal de “valorización internacional” de Milán, como ciudad de negocios y destino de inversiones corporativas. “El tema del medio ambiente y de las periferias fue instrumentalizado durante la campaña electoral”, añade Abo. “En los encuentros que valen, aquellos con los empresarios y con la asociación de constructores, Sala ha reafirmado su intención de meter mano a la planificación urbana, con nuevos proyectos inmobiliarios para miles de metros cuadrados de antiguas estaciones y áreas industriales”.

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