La medianoche del lunes al martes comenzó la expulsión de cerca 8.000 personas establecidas en el campamento de Idomeni desde el cierre de la frontera de Macedonia con Grecia.
El Gobierno griego ha comenzado esta madrugada el desalojo del campo de refugiados de Idomeni, en la frontera con Macedonia. Un operativo de 700 agentes, según fuentes oficiales griegas, ha comenzado a actuar pasada la medianoche para desalojar el campamento, donde viven cerca de 8.000 personas. Todos los accesos a la prensa se encontraban cerrados a primera hora de la mañana.
Según cita Europa Press, el portavoz oficial del Gobierno griego, George Kyritsis, ha estimado en 10 días el tiempo necesario para el desalojo, al que ha definido como un "proceso de migración más pausado" y no como una "limpieza policial". El objetivo declarado del Gobierno de Alexis Tsipras sería trasladar a estas personas a centros de acogida repartidos por toda Grecia.
Diversas organizaciones pro derechos humanos y por la libertad de movimiento desconfían de que el desalojo vaya a ser pacífico. En las últimas semanas ya se han sucedido los ataques de la policía antidisturbios griega a concentraciones de personas en el campo, incluyendo lanzamiento de gas lacrimógeno, algo que habría llevado al Gobierno griego a desestimar su opción inicial de un desalojo voluntario del campamento.
Según Moving Europe, un desalojo sin conflicto es "prácticamente imposible, dado que la tensión y la frustración a la que han llevado las autoridades europeas y griegas a la población del campo son altas". Una fuente citada por esta organización asegura que desde la mañana del lunes las tomas de agua han sido cortadas.
Esa sería, de hecho, la principal apuesta de la policía griega para que el desalojo forzoso parezca mas voluntario: "crear una carencia de necesidades básicas y forzar a la gente, especialmente la más vulnerable, a irse por su cuenta". Según informa CNN, la policía tiene previsto separar el campo en diferentes sectores que estarán aislados unos de otros, y sin posible acceso para la prensa o los voluntarios.
Sobre las negociaciones entre Turquía y la Unión Europea acerca de la deportación de migrantes a territorio turco, Moving Europe destaca que "éstas parecen hallarse en punto muerto". Un voluntario que trabaja en Idomeni citado por esta organización añade que "en este momento todo es bastante incierto, no podemos entender por qué las autoridades dan por hechas ciertas cosas cuando todo es inestable y nada está funcionando como tenían planeado".
El campo de Idomeni es una consecuencia directa del cierre de la llamada ruta de los Balcanes, desde que a partir del verano de 2015 diferentes países (como Hungría, Macedonia, Austria, Eslovenia) comenzaran a levantar barreras y a imponer diversos límites a la entrada de personas por sus fronteras. La valla macedonia se comenzó a levantar en noviembre de 2015, convirtiendo a este campo en el mayor campamento de refugiados de Europa.
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