Gasto militar
Una victoria judicial impulsa la lucha contra la Feria de Armamento de Londres

El juez les absolvió argumentando que "su intervención era necesaria para intentar evitar” un delito peor, en referencia a la venta de armas.

Un texto de Javier Gárate para WagingNonViolence

, Traducción: Nayua Abdelkefi
18/05/16 · 8:00
Activistas celebran ante el tribunal al conocer la noticia del veredicto de no culpables. / WNV/Andrew Dey

Después de un juicio que duró una semana y que finalizó el pasado 15 de abril, el juez del Tribunal de Primera Instancia de Stratford en Londres nos ha declarado inocentes a mí y al resto de los siete acusados por nuestras acciones de septiembre de 2015 contra la feria de armamento Defence Security and Equipment International  (DSEI por sus siglas en inglés), afirmando que estábamos evitando un crimen mayor. Ésta es una gran victoria en la larga lucha por cerrar una de las mayores ferias de armamento del mundo, que se celebra cada dos años en el este de Londres.

La última edición de DSEI tuvo lugar en septiembre de 2015 y contó con más de 1.500 exhibidores de todo el mundo mostrando las últimas tecnologías de la industria de guerra. DSEI es un evento al que sólo se accede por invitación y en el que participan gobiernos, representantes de la industria de guerra y medios de comunicación especializados. Delegaciones de regímenes represivos y de países que violan los derechos humanos –como Arabia Saudí, Turquía e Israel– pasean por los pasillos de la feria revisando las últimas novedades en armamento. El objetivo de la feria no es sólo mostrar las últimas tecnologías de guerra, sino también facilitar nuevas ventas.

Mi primera acción en contra de la feria de DSEI fue en 2005, año en el que me fui de Chile para vivir en Londres. Ese año me uní a Critical Mass para una acción en bicicleta por las calles de Londres, donde con potentes sistemas de audio y coloridas pancartas protestamos en contra de DSEI. Fuimos en bicicleta al Excel Centre –lugar donde se celebra la feria– y por primera vez en mi vida vi a personas tumbadas en el suelo utilizando tubos para atarse unos a otros por los brazos para dificultar la labor de la policía para separarles. Me impresionó el número de personas que participaba en esta acción contra la feria de armas. Sin embargo, mis amigos me dijeron que la participación era menor que en 2003, cuando un gran número de personas protestaron contra DSEI y hubo una gran represión policial.

En Chile yo fui parte de un pequeño grupo de personas que se manifestaban en contra de un espectáculo aeroespacial público llamado FIDAE, al que asisten familias, colegios y el público en general y que se vende como un día en familia para conocer la última tecnología aeroespacial, mientras que en Londres la feria era un evento cerrado al público y que acontecía bajo un gran secretismo.

Continué participando en los Critical Mass en casi todas las siguientes ediciones del DSEI. También participé en marchas, acudí a conferencias y escribí artículos sobre la feria. El número de participantes en las protestas contra DSEI continuó disminuyendo y en 2009 escribí sobre lo difícil que era movilizar a la gente contra un evento que se celebra cada dos años. Pero también argumenté que sentir que la situación se estanca antes de volver a tomar impulso forma parte del ciclo de una campaña. Y esto es exactamente lo que pasó con DSEI. En 2011 aumentó el número de participantes y de acciones, debido sobre todo a la creación de una nueva coalición, Stop the Arms Fair (Detengan la feria de armamento), que reunió a muchas organizaciones y activistas que revitalizaron la campaña para cerrar el DSEI.

En cada acción contra DSEI la estrategia era más o menos la misma: interrumpir las actividades de la feria y a través de la acción directa, marchas y eventos para concienciar a la gente con el objetivo de prevenir la entrada de asistentes a la feria. También queríamos resaltar el papel de la feria y de las instituciones que la facilitan en la maquinaria de guerra.

Pero en 2013 hubo un importante cambio en la estrategia de las acciones contra el DSEI. El sábado anterior al comienzo de la feria tuvo lugar un 'Gran Día de Acción' seguido de una semana de acción durante el transcurso de la feria. En la acción del sábado, los activistas consiguieron bloquear durante varias horas la entrada al Excel Centre evitando que cualquier tipo de equipamiento entrase al recinto. Este éxito mostró el camino a seguir; la clave estaba en detener la feria antes de que comenzase.

Deteniendo los preparativos

Esta fue la estrategia durante la semana de acciones autoorganizadas antes de que empezara DSEI en 2015. Comenzó el 7 de septiembre con un día de acción contra el comercio de armas con Israel. La primera acción fue el bloqueo durante varias horas de un vehículo con armas que se dirigía al Excel Centre. En los siguientes días hubo acciones que se centraron en grupos de fe contra la industria de guerra, el comercio de armas y el cambio climático, académicos en contra del comercio de armas y a favor de la libertad de movimiento de personas pero no de armas.

La semana concluyó con otro 'Gran Día de Acción'. Durante la semana de acción, la coalición Stop the Arms Fair y la Campaign Against Arms Trade, CAAT (la Campaña contra el comercio de armas), establecieron el marco general para el enfoque de cada día y apoyaron a los grupos con sus acciones, pero cada grupo se organizó de manera independiente para llevar a cabo las acciones.

Conectar el comercio de armas con otras luchas, como la solidaridad con Palestina, el cambio climático y los refugiados, permitió la participación de una gran variedad de grupos durante la semana de acción, construyendo alianzas entre distintos movimientos y mostrando el comercio de armas no como un problema aislado sino como parte de unproblema global.

Después de 10 años viviendo en Londres, a principios de 2015 me mudé a Bélgica. Después de unos meses viviendo en Bélgica, recibí la invitación de la organización Vredesactie (Acción por la Paz) para que me uniera a ellos en las acciones contra el DSEI en Londres. Vredesactie organiza la campaña Yo Detengo el Comercio de Armas, que se centra en el apoyo de la Unión Europea a la industria armamentística. Poco después de mudarme a Bélgica, participé en una acción en su campaña en la que ocupamos las oficinas del grupo de presión AeroSpace and Defence Industry Association of Europe (Asociación Europea de Industria Aeroespacial y de Defensa) para llamar la atención sobre el apoyo de la Unión Europea a la industria de la guerra.

La idea del viajé a Londres era ver cómo se organizan las acciones contra DSEI y establecer colaboraciones entre Vredesactie y CAAT, pero tras hablar con la gente de CAAT, las cinco personas que viajábamos desde Bélgica decidimos que participaríamos activamente en el Gran Día de Acción. Tres personas haríamos bloqueos con tubos de brazos y las otras dos proporcionarían apoyo y realizarían labores de prensa. En resumen, habíamos creado un pequeño grupo de afinidad.

El Gran Día de Acción tuvo lugar el 12 de septiembre y tenía como objetivo reunir al mayor número de personas posible para continuar interrumpiendo los preparativos de la feria armamentística. Durante la mañana del 12 de septiembre un gran número de personas de diferentes organizaciones dieron discursos sobre el comercio de armas. Pasamos a la calle de acceso al Excel Centre, pero cada vez que intentábamos bloquear el tráfico, la policía nos desplazaba. Hubo un momento en el que la policía tardó más en actuar y fue cuando los tres cogimos nuestros tubos, corrimos a la carretera y nos tumbamos en el suelo justo frente a un camión que iba al Excel Centre. Así comenzamos el bloqueo de la calle.

Esto posibilitó asegurar que el bloqueo durara por un tiempo ya que la policía del Reino Unido, en la mayoría de los casos, no suele moverte mientras estás unido a otras personas con tubos. El bloqueo también ofreció un lugar perfecto para que se reuniese la gente que participaba en la acción. Durante las horas que estuvimos en el bloqueo escuchamos a Isa Alaali, ciudadano de Bahréin, hablar sobre las tortura que sufrió y del apoyo que Reino Unido estaba prestando al régimen de ese país. También escuchamos a activistas de México hablar de la lucha de Ayotzinapa y sobre la militarización de la sociedad mexicana.

Desde el principio la policía se nos acercó para decirnos que si no nos soltábamos nos detendrían, pero no parecían tener mucha prisa. Pasaron horas y no parecía que fuesen a cortar los tubos y detenernos, pero en un momento la policía finalmente pasó a la acción y despejaron a todas las personas que se manifestaban en el bloqueo de la carretera. Después de tomar su tiempo y cuidado para cortar nuestros tubos nos detuvieron a los tres, acusados de obstrucción deliberada de la carretera.

A pesar de que en cualquier momento podíamos habernos liberado y evitar la detención, queríamos mantener el bloqueo para interrumpir los preparativos de la feria armamentística durante el mayor tiempo posible. También sabíamos que la detención podía suponer que fuéramos acusados y llevados a juicio, pero la verdad es que en ese momento no pensamos mucho en ello, estábamos centrados en la acción misma. Tras el arresto sólo estuvimos detenidos unas horas hasta que nos liberaron con la orden de regresar al tribunal un mes más tarde.

Juicio al comercio de armas

La primera comparecencia ante el tribunal fue crucial ya que en ella podíamos declararnos culpables y pagar una multa o declararnos no culpables y enfrentarnos a un juicio. No estábamos sólo nosotros tres, nos acompañaban el resto de personas que habían sido detenidas durante la semana de acción contra el DSEI. Por un tiempo dudé sobre qué debía declarar, si culpable o no, ya que no me encontraba en situación de enfrentarme a un juicio largo y todo apuntaba a que las probabilidades de ganar el juicio eran escasas. Pero a la vez vi la oportunidad de aprender a utilizar el tribunal en una campaña, puesto que ya había sido detenido más veces pero nunca había ido a juicio. El hecho de que todas las demás personas tenían claro declararse no culpables me ayudó a tomar la decisión: se trataba de una acción conjunta e íbamos a tomar el juicio de la misma manera.

La fecha inicial del juicio era febrero, pero se retrasó para abril, y en ese tiempo hubo mucho trabajo que hacer, sobre todo para los abogados y la abogada que preparaban el caso, pero también para quienes enfrentábamos el juicio. Nuestra labor era encontrar testigos que pudiesen aportar pruebas sobre las ilegalidades cometidas en DSEI, así como sobre el impacto más amplio del comercio de armas. También trabajamos para traer visibilidad al caso escribiendo una declaración de los acusados y acusadas y organizando una campaña de micromecenazgo y un evento de recaudación de fondos.

Durante el juicio, que estaba previsto que durase cinco días, escuchamos los testimonios de las ocho personas acusadas. Entre ellos estaba Isa Alaali, que se vio forzado a escapar de Bahréin tras haber sido encarcelado y torturado por su participación en las protestas de 2011. Durante la revuelta, miles de bahreiníes protestaron y fueron reprimidos, cientos murieron. Isa contó ante el tribunal que había sido detenido tres veces en 2013 y que la policía había puesto una pistola contra su cabeza y fue llevado a comisaría, desnudado y golpeado hasta que perdió la consciencia, después la policía le ató las manos a la espalda, le golpeó y le amenazaron con cortarle el pene en un intento de forzarle a dar una confesión falsa. Bahréin ha comprado armas del Reino Unido por valor de casi 65 millones de dólares desde la revuelta de 2011.

Lisa Butler, otra acusada, se enfocó en las matanzas de kurdos en Turquía. Tras haber visitado Kurdistán recientemente, dio evidencia frente al juez de los toques de queda violentos que se habían impuesto en las ciudades kurdas, donde tanques y cohetes disparan proyectiles y morteros contra las ciudades y francotiradores disparaban a la gente en la calle, incluyendo a niños y niñas. Durante su testimonio Lisa dijo que en lugar de prohibir la participación de Turquía en DSEI, el gobierno británico recibió a estos criminales de guerra con los brazos abiertos.

Otras de las personas acusadas declararon que estaban especialmente preocupadas por la venta de armas del Reino Unido a países como Arabia Saudita, Pakistán e Israel, por lo que se vieron obligadas a actuar ya que en ediciones anteriores de DSEI se encontró armamento ilegal como, por ejemplo, material de tortura. “En cada una de las anteriores ferias armamentísticas, al menos desde 2005, se han llevado a cabo actividades ilegales,” dijo ante el tribunal el acusado Tom Franklin. “Tenemos pruebas de ello, tenemos informes parlamentarios, también informes de Amnistía Internacional y tenemos informes de Caroline Lucas, diputada de los Verdes, quien ha elaborado un listado del armamento ilegal a la venta en DSEI”.

Cuando finalmente me llegó el turno de dar declarar estaba bastante nervioso y durante todo el interrogatorio de la fiscal sentí que estaba dando las respuestas equivocadas. Pero al mismo tiempo sabía que estaba haciendo lo correcto, el estar allí denunciando los crímenes que se cometen en DSEI. Mi declaración se centró en mi infancia en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet y el impacto que eso tuvo en mí como niño.
“Durante casi 10 años viví bajo la dictadura militar de Pinochet y recuerdo los toques de queda y una sensación general de miedo a la policía y al ejército debido a la terrible represión del régimen”, declaré. “El padre de un compañero de clase fue asesinado por la policía secreta cuando yo tenía siete años”. También mencioné que durante muchos años me había manifestado en contra de DSEI y que para mí la acción no trataba solamente de acabar con la venta de armamento ilegal exhibido en DSEI, sino que el cerrar la feria para siempre era un paso para acabar con la maquinaria de guerra

En el juicio también participaron testigos expertos entre los cuales se encontraba Oliver Spragu, de Amnistía Internacional, quien habló de las armas ilegales que se han vendido en cada una de las ediciones de DSEI y explicó que muchas de las armas que se vende de forma “legal” terminan siendo usadas de forma ilegal. Sprague también presentó pruebas del armamento que se utiliza en la guerra de Yemen. “El conflicto [de Yemen] ha causado al menos 3.000 víctimas civiles, 2,5 millones de personas [han sido] desplazadas y el 82% de la población, unos 21,2 millones de personas, actualmente necesitan de algún tipo de asistencia humanitaria”, testificó. “Es importante destacar que delegaciones oficiales de países involucrados directamente en la guerra de Yemen habían sido invitados oficialmente a DSEI por el gobierno del Reino Unido, incluyendo a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Kuwait, Bahréin, Marruecos y Jordania”.

Sprague también dijo al tribunal que Arabia Saudí es el mayor receptor de armamento del Reino Unido y que de hecho, entre julio y septiembre de 2015, el gobierno británico concedió licencias para bombas del tipo que utiliza Arabia Saudí en Yemen por un valor de 1.700 millones de dólares.

Un momento clave del juicio fue cuando la defensa preguntó a Sprague qué diferencia han supuesto todas las pruebas que él ha entregado en el Parlamento y otros comités oficiales sobre los crímenes que se cometen en el DSEI. Sprangue respondió: “Tengo que decir que no ha supuesto ninguna diferencia”. Esto respaldó nuestro argumento de que era necesario pasar a la acción directa para detener estos crímenes.

Kat Hobbs, de CAAT, presentó ante el juez una imagen general de Clarion Events, la empresa que organiza DSEI. “El gobierno invitó a 61 países a DSEI en 2015, y muchos más fueron invitados por Clarion, que anunciaba la feria como ‘un lugar para hacer negocio’”. Añadió que “de esos 61 países, catorce están clasificados como autoritarios y seis están en guerra, incluyendo Arabia Saudí y Turquía”.

Absueltos por prevenir un crimen mayor

Tras el juicio, que duró una semana, llegó el momento del veredicto. “La creencia de los acusados y acusadas de que se vendían armas de manera ilegal en DSEI ha sido corroborada por las pruebas aportadas por los testigos expertos”, dijo el juez. “Me han impresionado las pruebas que han aportado cada uno de los acusados y acusadas… sobre cómo llegaron a la conclusión de que el método de la acción directa que decidieron adoptar era la única manera efectiva que les quedaba para intentar prevenir la venta ilegal de armas que creían estaba ocurriendo en el DSEI de 2015… Creo que, en primer lugar, los acusados y acusadas estaban siendo completamente sinceros y sinceras sobre la venta ilegal de armas que seguramente estaba teniendo lugar en DSEI y, en segundo lugar, que su intervención era necesaria para intentar evitarlo”.


Fuimos absueltos bajo el argumento de que nuestras acciones estaban justificadas para prevenir un crimen mayor. Fue “un momento maravilloso en el que la investigación, el activismo y abogados se unieron para provocar un resultado crucial”, dijo el experto en comercio de armas y exmiembro del Parlamento Sudafricano Andrew Feinstein. 

Desde el día del veredicto, ha habido una gran cobertura mediática e interés en el caso. También se han realizado llamadas para que el gobierno y la Policía Metropolitana de Londres investiguen al DSEI, pero ya en el pasado tuvimos tales investigaciones y, como dijo Sprague, no supusieron ninguna diferencia. Por ello es vital seguir organizándonos para realizar acciones directas para cerrar DSEI.

El día del veredicto, CAAT hizo una llamada al compromiso para que la gente participe de acciones en 2017 que ya ha sido firmada por más de 500 personas, inspiradas por el veredicto del juicio. 

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