El Valle del Tiétar (Ávila) no sólo atrae a propietarios sino también a grandes inversores.

Entre los casos de viviendas con permisos en el Valle del Tiétar, algunas licencias son de especial gravedad porque la construcción está ubicada en terrenos con varias figuras de protección ambiental.
Además, la zona se está enfrentando a peticiones para la construcción en plena naturaleza de grandes complejos. Unos, relacionados con movimientos de meditación, otros con sectas que han encontrado en el Valle del Tiétar un lugar perfecto para instalarse en un entorno de gran belleza, precisamente donde la Ley de Suelo impide urbanizar, pero donde los peticionarios saben que se conceden las licencias.
Grandes fortunas
Alto valor ecológico
En la actualidad su propia web informa de que las obras las realizan 'servidores' de la fundación. El complejo urbanístico que están construyendo incluye un centro de meditación en el término municipal de Candeleda y ocupa una gran superficie, en una parcela de 54.300 metros cuadrados que está pegada a una zona con varias figuras de protección, a sólo cuatro kilómetros del núcleo urbano.
Además, el centro se sitúa en la confluencia de dos arroyos, el de Candeledilla y el de Valdibujo, en una isla entre ambos, donde el nivel freático asoma gran parte del año en forma de prados encharcados de alto valor ambiental e hidrológico.
Casetas de agricultura
En el municipio de El Arenal están proliferando estas peticiones, y los propietarios del terreno se construyen casas pequeñas, de una sola planta, camufladas y hasta en muchos casos con piscina.
Señala que tiene un elevado impacto ambiental, "no es su sitio, no hay interés público, y reconocer eso ha sido una conquista tremenda. Unos argumentos que veníamos usando desde hace tiempo, basándonos en una sentencia de 2008, otra de 15 de mayo de 2015, y en el principio del urbanismo compacto".
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