La mayoría de la población de Montealegre del Castillo (Albacete), un pequeño pueblo del sureste de España, se dedica al cultivo de la uva. Cuatro personas nos introducen en sus viñedos.
CATALINA GARCÍA
53 años, diez años en la agricultura
Catalina García trabajaba en una fábrica de zapatos que cerraron hace 15 años. Entonces decidió ayudar a su marido con las labores del campo. A partir de ahí, se fue enamorando de la tierra hasta el punto de echar raíces en el oficio. Catalina cuenta que hay tareas agrícolas que requieren una paciencia que le falta a la mayoría de hombres, como por ejemplo poner gomas a los sarmientos para que no se rompan cuando crezca la uva en ellos. Ella cree que las mujeres podrían aportar mucho a esta profesión y anima al resto a probarla.
FELIPE TORNERO
53 años, 33 años en la agricultura
Toda una vida lleva Felipe Tornero en la viticultura, un oficio que está sometido a las condiciones climáticas y a las plagas. Felipe se queja de los numerosos conejos no autóctonos que hay en la zona por culpa de la caza. Estos animales se alimentan de las plantaciones recién nacidas de vid. Por ello, los agricultores se ven obligados a protegerlas con “capuchones”. Felipe teme a la nueva viña. La ha puesto él manualmente, ya que a su edad no piensa adaptarse a las últimas tecnologías, y sigue orgulloso con su maquinaria de siempre.
PAQUITA GANDÍA
47 años, nueve años en la agricultura
Positiva, decidida, perfeccionista y con buen humor, Paquita Gandía llegó a la agricultura hace nueve años tras la muerte de su marido. Desde entonces, combina la agricultura con su trabajo de auxiliar de clínica. Estos años le han servido para equivocarse, reírse de sus fallos y sacar adelante las plantaciones de viñas espalderas que le dejó su marido. Fue muy duro para ella incorporarse a esta tarea que no le gustaba. Pero con los años ama la tierra y disfruta de las viñas que ha criado, “son como sus hijas” comenta. Ella cuenta que, gracias a este oficio, ha podido pagar los estudios de sus hijos.
JUANA MARI VIZCAINO
45 años, 19 años en la agricultura
Ni Juana ni su marido José Miguel tenían previsto enredarse en el campo. Juana es auxiliar de clínica y su marido, herrador. Ambos viven en Albacete, pero sus orígenes son montealegrinos. Cuando sus padres decidieron abandonar la agricultura, prefirieron hacerse con las tierras antes que éstos las vendieran. Querían tener un motivo por el que volver a sus raíces. Los fines de semana, en vez de descansar de sus respectivos trabajos, viajan a Montealegre para ocuparse de sus terrenos. Juana Mari cuenta que la maquinaria se la compran a agricultores que se jubilan.
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