Zoe Konstantopoulou | expresidenta del parlamento griego
"Syriza aplica el memorándum como si fuera el Evangelio"

Zoe Konstantopoulou, que abandonó Syriza tras la firma del último memorándum, acaba de presentar un nuevo partido en Atenas.

29/04/16 · 8:00
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Konstantinopoulou. Acto de esta política griega durante su mandato como presidenta del Parlamento griego junto a su homólogo chipriota.

Acaba de presentar su partido, Plefsi Eleftherias ("Rumbo de Libertad"). ¿Por qué este nuevo partido?

Plefsi Eleftherias marca la lucha que debe dar nuestro pueblo para librarse del despotismo de los memorandos, de la bancocracia, de la deudocracia y de la burocracia europea. Si no queremos vivir sometidos en este régimen antidemocrático, autoritario y de absolutismo, debemos lanzar nuestra lucha de liberación y reclamar que seamos nosotros quienes definamos nuestro futuro.

¿Situaría esta iniciativa a la izquierda en la escena política?

Plefsi Eleftherias se dirige también a la izquierda, pero no se limita a la izquierda. Apela a los movimientos sociales, con los que aspira a asociarse en muchos campos. Apela a la gente que se rebela contra el régimen del memorándum, a los que están de acuerdo con nuestra declaración y defienden los principios radicales, democráticos y patrióticos necesarios para luchar contra el yugo de los memorandos. Para crear condiciones de vida dignas para toda la sociedad, con respeto y protección para los sin voz.

Además, no es sólo un partido. Quie­re ser un partido-movimiento con seis ejes: democracia, justicia, transparencia, derechos, eliminación de la deuda y reparación de las deudas alemanas (de la Segunda Guerra Mundial), que pueden ser el catalizador para la movilización social.

En el Estado español la experiencia griega se ha debatido mucho durante los últimos meses. La gente se pregunta qué podría haberse hecho de otra manera. ¿Cómo ve hoy la obra del Gobierno Syriza-Anel?

El mayor peligro es que los pueblos y las sociedades crean que la lucha y la resistencia son inútiles. La traición del pasado verano sirvió para este objetivo. Con la capitulación, el equipo de Tsipras y los acree­dores intentaron desanimar a los que luchaban, resistían, reclamaban y mostraban su solidaridad en cada rincón del mundo. A la pregunta de qué podría haberse hecho distinto, la respuesta es "¡todo!".

Tsipras no usó ninguna de las herramientas que tenía a su disposición. Ni el informe del Comité de la Verdad sobre la Deuda Pública, que demuestra que la deuda era ilegítima, odiosa y execrable y que no se podía pagar, ni el informe que muestra que Alemania tiene una deuda con Grecia de entre 278.000 y 340.000 millones de euros por la destrucción y los crímenes de la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

El equipo de Tsipras no usó ni siquiera su arma más fuerte: el pueblo griego que declaró un gran OXI ("no") a los chantajes y defendió su dignidad y su independencia. El Gobierno de Syriza-Anel que surgió de las elecciones dirigidas por los acreedores en septiembre es un Gobierno que aplica el memorándum como si fuera el sagrado Evangelio. Impone a la sociedad el programa más neoliberal y sigue la política desastrosa que se emprendió en Grecia hace seis años. Tiene que irse por los mismos motivos por los que tenían que irse los anteriores gobiernos de los memorandos: el Gobierno de Samaras, el de Papadimos, el de Papandréu.

"No hay nada positivo en el Gobierno de Tsipras y en los memorandos"

¿Hay algo positivo en la obra del gobierno griego? ¿Ha mejorado algo la vida de la gente?

No hay nada positivo en el Gobierno de Tsipras y en los memorandos. Al contrario, es un golpe terrible que en el nombre de la izquierda insista en destruir todos los derechos sociales adquiridos por los ciudadanos que han luchado a lo largo del tiempo.

El Gobierno de Tsipras está dando un golpe al concepto de izquierda en Grecia y en Europa eliminando lo que queda de una vida digna. También están dando un golpe los que están describiendo la política de Tsipras como una política de izquierdas. Creo que es hora de que la lucha se haga en el nombre de las sociedades y los pueblos, de la soberanía popular y democrática. Uno no es de izquierdas sólo por reclamar. Ni demócrata, ni radical, ni patriota. Lo importante son las cosas que hacemos, no sólo las que decimos.

¿Euro o dracma? ¿Hay una respuesta sencilla?

La respuesta no pasa por un dogmatismo monetario ni por embellecer ninguna de las dos monedas, sino por el compromiso con la soberanía democrática. En cuanto una moneda pasa de ser una herramienta de política económica a una herramienta de sujeción de los pueblos y las sociedades, es más que obvio que la tarea de éstos es defenderse contra los chantajes y reivindicar el control del sistema bancario y de sus vidas.

Con esta perspectiva se ha lanzado la iniciativa para un Plan B en Europa, en la que he tenido el honor de firmar el llamamiento inicial. En el marco de esta iniciativa se está intentando dar respuestas para el futuro. No como oráculos o lemas, sino cono planes estructurados para la protección de los pueblos europeos y las sociedades frente a la deudocracia, la bancocracia y la burocracia europeas. Estas respuestas serán planes estructurados para rechazar eficazmente los chantajes bancarios y monetarios del Banco Central Europeo, que usa el euro y la liquidez como herramienta de chantaje.
 

"El Gobierno de hoy alimenta a la ultraderecha cerrando acuerdos con Turquía y violando en la práctica el derecho humanitario internacional"

Siempre existe el peligro del crecimiento de la ultraderecha. ¿Ve este peligro cerca o lejos en Grecia?

Este peligro se está reforzando con la retórica de que no hay alternativa ni perspectivas. Los mejores aliados de los partidos ultraderechistas fueron los partidos de los memorandos que invirtieron en el racismo y la retórica xenófoba. El Gobierno de hoy alimenta a la ultraderecha cerrando acuerdos con Turquía y violando en la práctica el derecho humanitario internacional, estableciendo condiciones de esclavitud para los refugiados y poniendo en peligro aún más vidas humanas. Por otra parte, la sociedad griega ha demostrado una solidaridad admirable, y éste es un gran factor de optimismo.

El Mediterráneo y el Egeo se están convirtiendo en tumbas para miles de refugiados. ¿Cómo calificaría el comportamiento del Gobierno griego ante esta situación?

Los acuerdos sobre los refugiados están hechos desde el verano. Y está claro que Tsipras y el resto de líderes de la UE, después de sacrificar al pueblo griego, sacrificaron también a los refugiados. Cuando el Gobierno de Tsipras no podía esconderse más, empezó a usar sin vergüenza el drama de los refugiados atrapados como elemento de presión en la negociación.

El acuerdo entre la UE y Turquía que Tsipras firmó, y que se presentó como una victoria, revela la cara nefasta de la UE que se aleja de los valores, de los ideales y de los derechos humanos y de los pueblos. Una Unión que trata a la gente como si fueran objetos, que recurre a la OTAN, que militariza un asunto humanitario...

"Tsipras y los líderes de la UE, después de sacrificar al pueblo griego, sacrificaron también a los refugiados"

¿Y cuál sería la alternativa?

La aplicación de los convenios internacionales y humanitarios es la única alternativa. Además, es inconcebible que una UE de 550 millones de habitantes tenga dificultades para recibir 1,5 millones de refugiados.

El debate político excede las fronteras nacionales en los últimos años. Movimientos, iniciativas y partidos se entrecruzan y observan mutuamente. La Nuit Debout en Francia es el ejemplo más reciente de movilización. ¿Qué significan para Europa estas iniciativas? ¿Cómo valora el Plan B, u otras iniciativas como el Diem 25 de Varoufakis?

Los movimientos sociales son las células vitales de resistencia a nivel europeo. Y no es casualidad que broten movimientos de desobediencia y solidaridad en la hora más oscura de las últimas décadas en Europa. Los partidos que entienden el significado de los movimientos y de la democracia directa pueden contribuir decisivamente en una alianza paneuropea de las personas contra los intereses antidemocráticos que están impulsando un régimen autoritario sin libertades y un estado de emergencia en toda Europa. Las iniciativas paneuropeas como el Plan B sirven a este objetivo y deben ser apoyadas. Éstas son también otro campo de lucha, resistencia y defensa de los pueblos, y otro núcleo de democracia y soberanía popular.

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