Crónica de un golpe de estado
'Impeachment', los días que cambiaron Brasil

La sociedad se moviliza ante el 'impeachment' que podría quitar del poder al PT tras 14 años.

25/04/16 · 14:09
Manifestantes el 21 de abril en Vale do Anhangabaú, en Sao Paulo, contra el golpe de estado. / Elaine Cruz / Agência Brasil

Hay varias formas de llegar a la ciudad de Río de Janeiro desde el aeropuerto. La más barata es el omnibus, el autobús urbano, que cuesta 3,80 reales (0,95 euros según el cambio de divisas del 20 de abril). La primera parada en la que puedes enganchar con una estación de metro es la de Vicente de Carvalho, un barrio de clase media, según Wikipedia. En el año 2000, su índice de desarrollo humano situaba en el 0,773 –puesto 103 del ranking de los 123 barrios analizados de Río de Janeiro, sin contar las favelas– y su renta per cápita sobrepasaba por poco los 296 reales (74 euros), según datos del censo de ese año. Bastante más de la renta media de barrios como Complexo do Alemao (170 reales) o Costa Barros (160), pero muy lejos de las de Lagoa (2.984 reales en el año 2000) o Ipanema (2.484 reales). En ese año 2000, en Río de Janeiro la renta media se situaba en los 1.187 reales y su índice Gini, en el 0,61. Diez años después, la renta media había subido a 1.492 reales, pero el índice de desigualdad empeoró hasta el 0,62, según datos del Atlas de Desarrollo Humano de Brasil.

Allí hay que coger el metro hasta Botafogo, un barrio acomodado con una de las rentas más altas (1.373 reales de media en 2000). Desde este vecinadrio hay 20 minutos andando hasta las playas de Copacabana, Ipanema y Leblon, las más cotizadas y, también, las menos sucias, al estar ya fuera de la Bahía de Guanabara. Por las calles se suceden un par de centros comerciales, tiendas de ropa y zapatos y, sobre todo, droguerías. En todas se puede pagar a plazos: unos zapatos de 60 reales en tres cómodos pagos de 20, los medicamentos en cuatro… “No es algo que haya venido con Lula, ya en los 80 se empezó a hacer normal pagar a plazos, lo único es que con Lula el consumo, también de este tipo, ha llegado a más capas de la población”, explica Débora de Pina, socióloga carioca.

En algunas paredes de Botafogo se ven algunas pintadas, pocas, con la consigna más repetida de Río: “Nao vai ter golpe” (no va a haber golpe), en referencia al impeachment (proceso para aprobar el procesamiento judicial de un alto cargo) de Dilma Rousseff por, supuestamente, haber maquillado las cuentas públicas.

El papel de los medios en el golpe

Es 9 de abril. En la calle Dona Mariana está Casa Pública, un espacio de encuentro en torno al periodismo abierto por Agencia Pública, una agencia de periodismo de investigación creada por varias mujeres periodistas. Hoy hay un debate sobre el papel de los medios de comunicación en el impeachment y la sala está a rebosar. De una parte Eugênio Bucci, periodista del semanario Observatório de Imprensa; de otro Laura Capriglione, periodista independiente e impulsora de la Rede Jornalistas Livres. Ambos son críticos con el impeachment, pero Bucci defiende el papel de la prensa mientras Capriglione lo critica. “Los medios de comunicación tienen que cuestionar siempre al Gobierno”, dice Bucci. “Si el poder de manipulación fuese real, no estaríamos viendo tantas manifestaciones, a veces también en apoyo al Gobierno”, prosigue. “Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero ese no es el mensaje que se está pasando [en los medios de comunicación]. Cada una de estas denuncias es una convicción, pone un sello corrupta en su cara”, responde Capriglione . “Pero, ¿por que en los medios de comunicación, no se habla sobre qué vendrá después de que se apruebe el impeachment?”, pregunta una de las personas que hay en el público a Bucci. No se mojó mucho en la respuesta: “No sabemos lo que va a pasar”.

El vicepresidente brasileño, Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), quien previsiblemente tomará el cargo de presidente si Dilma es apartada del Ejecutivo, ya anunció en marzo como principales medidas que aplicaría en el país la reducción del gasto social, la fijación de la edad mínima de jubilación no inferior a los 65 años, la reducción en el número de impuestos y la concesiones de petróleo e infraestructuras a empresas privadas.

11 de abril. A partir de las 17 horas, varios cientos de personas empiezan a congregarse bajo los arcos de Lapa para escuchar a Chico Buarque, uno de los intelectuales y artistas que se han pronunciado en apoyo a Dilma Rousseff. Es uno de los primeros platos de la tarde. Dos horas más tarde son ya cerca de mil las personas reunidas en los arcos. Es la hora a la que estaba prevista la aparición de Lula, pero en Río de Janeiro la puntualidad es rara. Lula aparece sobre el escenario cuando quedan pocos minutos para las nueve de la noche. Para entonces los arcos de Lapa parece el foso de un gran concierto de rock, con 50.000 personas, según estimaciones, poco creíbles, del PT. Banderas del PT y de la Central Única dos Trabalhadores (CUT) llenan el barrio. También imágenes de Dilma Rousseff con 23 años de edad, cuando fue detenida por luchar contra la dictadura desde el grupo guerrillero VAR Palmares y torturada durante tres años. Los miles de asistentes alternan los gritos en contra del golpe con consignas criticando a la Rede Globo, el principal canal de televisión de Brasil, propiedad del Grupo Globo, un holding especializado en comunicación del país –pero que también se ha introducido en la hostelería, banca y mercado inmobiliario– fundado por Roberto Marinho, al que un documental de la televisión inglesa compara con Charles Foster Kane, el protagonista de la películas Ciudadano Kane.

"¿Se dan cuenta de que mi voz está desapareciendo. Cuando me levantaba a las 4 de la mañana para hacer asambleas en la puerta de a la fábrica, a veces tenía que tomar una ‘conhaquezinho’ [aguardiente hecho a partir de cognac] para calentar la garganta y nunca tuve problemas de garganta. Ahora que bebo agua por consejo médico, mi garganta está fallando más que un coche viejo", comienza Lula. Después de romper el hielo, el expresidente brasileño dedica su discurso a recordar el golpe de Estado de 1964 y el régimen militar que sufrió el país durante 23 años, pero también hace críticas al “viraje a la derecha” del segundo mandato de Rousseff. El público está entusiasmado. Tras el acto, la multitud se traslada de los arcos de Lapa hasta los bares. Cada media hora, grupos de gente pasan por la esquina de la cachaça al grito de “nao vai ter golpe”.

El Brasil de las mansiones

A cuatro horas y media de autobús de la ciudad de Río de Janeiro, en el extremo sur del Estado, está Paraty, una ciudad turística para bolsillos abultados con edificios de estilo colonial, cachoeiras (cascadas) en las que los locales practican surf y un camino de piedra que llega hasta Minas Gerais por el que los esclavos transportaban el oro en un viaje a pie que duraba 60 días. La ciudad, en la que se suceden grandes mansiones propiedad de los principales capitales de Río de Janeiro e infinitas posadas, es el escenario de buena parte de las telenovelas que enganchan a varios millones de brasileños, y también la segunda ciudad del Estado en muertes por armas de fuego.

Por las calles de Paraty, una manifestación formada por una veintena de personas pide “Justicia”, a favor del impeachment de Dilma Rousseff. Es 13 de abril. “El PT ha hecho una gestión desastrosa y van a hacer falta al menos 15 años para arreglar la economía del país”, afirma Ricardo. “También me preocupa que haya un golpe de Estado militar, porque el ejército ya ha dicho que están preparados para ello si el pueblo lo pide. Tienen que convocarse nuevas elecciones, pero el problema es que son todos unos corruptos”. Ricardo viene desde Sao Paulo y es uno de los miles de empleados de Petrobras que han perdido su trabajo en el último año. ¿Y no crees que en estos años de gobierno del PT ha habido mejoras sociales, como con el programa Minha casa, Minha Vida (proyecto lanzado por Lula para financiar viviendas a familias con pocos recursos) o con el aumento de la red de saneamiento o del salario mínimo? “No era real, para financiarlo han endeudado a Petrobras”,  petrolera brasileña que está siendo investigada por supuestos pagos de grandes constructoras a altos cargos y políticos –del PT y otros partidos– cambio de de contratos sobrevalorados.

367 dicen sí

17 de abril. El Parlamento vota sobre el impeachment. Uno a uno, los 500 diputados sueltan sus breves discursos para justificar su voto. Uno vota que sí “por su nieta”, otra “porque sus niños no se cambien de sexo en la escuela” y otro más porque “mi país no es Corea del Norte”. El discurso a favor del impeachment del diputado-payaso Tiririca fue uno de los menos raros: “Vamos a tener fe en que Brasil va a mejorar” –colectivos circenses y de payasos emitieron un comunicado días después para expresar su repudio al voto de Tiririca y señalar que no les representa–. Uno, Jair Bolsonaro (el partido cristiano PSC-RJ), incluso vota que sí en homenaje al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, responsable de las torturas que sufrieron más de 500 personas durante la dictadura, entre las que se encontraba Dilma, y de la desaparición de otras 60. “Es curioso, un amigo mío me comentaba que bastaba fijarse en si el diputado decía “mi” o “nuestro” para saber si iba a votar sí o no, y no ha fallado ninguno de los votos”, comenta Débora por Whatsapp.

Desde la estación de autobús de Paraty la gente no le presta mucha atención al espectáculo. Un par de conductores se acerca a ver las votaciones a uno de los puestos de comida que tiene televisión mientras se comen un salgado (pastel frito o asado de carne o verduras). “No me esperaba que ése fuera a votar también que sí”, comenta uno de ellos. No parece que le moleste. “Y tú, qué opinas, ¿impeachment o no?”, le pregunto a la mujer del puesto. “Yo, que sí, claro”, responde”. El impeachment se aprueba con una diferencia abrumadora: 367 votos frente a 137. La siguiente fecha del proceso será el 11 de mayo, cuando el Senado, previsiblemente, ratifique el golpe.

19 de abril. De vuelta en la ciudad de Río de Janeiro. Alrededor de 50 representantes de colectivos sociales asisten a una asamblea en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). El objetivo: definir un Frente de Esquerda Socialista de cara al Primero de Mayo. El comunicado inicial de la convocatoria, firmado por varios colectivos marxistas, propone reivindicar el rechazo al impeachment, pero también a la política de austeridad económica impulsada por el PT y denunciar los ataques contra los trabajadores. Por un lado, denunciar muchas de las políticas del PT, por otro defenderse ante la oposición de la derecha, pues “si asume el Gobierno, su programa estará compuesto de ataques aún más feroces hacia los trabajadores, como la reforma de las pensiones y la desvinculación más profunda de los recursos públicos destinados obligatoriamente a salud y educación”, señala el texto.

71 institutos ocupados

A los carteles en contra del impeachment que se ven en la universidad estatal se suman los de la huelga de profesores. También los institutos de Río de Janeiro viven protestas desde hace ya un mes. En la puerta del Colégio Estadual Amaro Cavalcanti, en Largo do Machado, una estudiante explica que acaban de decidir en asamblea quedarse en el centro. Es uno de los 71 institutos ocupados por los estudiantes. En casi todos los centros los alumnos han encontrado, guardados bajo llave, Ipads, uniformes y libros de texto que el Gobierno federal facilitaba para que repartieran entre los alumnos, pero que nunca llegaron hasta estos. Los institutos dependen del gobierno estatal, que en Río de Janeiro está, desde el 28 de marzo, en manos, como gobernador interino, de Francisco Dornelles (presidente de honor del Partido Progresista y ministro de Trabajo durante el último gobierno de Fernando Henrique Cardoso), mientras Luiz Fernando Pezao sigue de baja médica.

20 de abril. El día anterior Brasil conmemoraba el Día del Indio, pero varias comunidades indígenas celebran hoy la festividad con una serie de charlas en las escaleras de la Cámara Municipal, en el centro de Río. El encuentro lo promueven, sobre todo, miembros de la Aldea Indígena de Maracaná, un edificio histórico que durante años fue el Museo del Indio, y que en 2006 fue ocupado por indígenas, que lo usaron como vivienda y punto de encuentro social y cultural. El espacio funcionó hasta 2013, cuando fue desalojado y parte del terreno donde los indígenas habían creado un huerto y un jardín fue destruido para que la constructora brasileña Odebrecht –que aparece en los papeles de Panamá y a la que la Policía Federal acusa de ofrecer sobornos a más de 200 políticos de 18 partidos como rama del caso Petrobras– construyera un parking junto al estadio Maracaná como parte de las obras en torno al Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos. ¿Sobre su posición ante el impeachment? Nada definido. Pocas razones tienen para defender el gobierno del PT.

21 de abril. Es festivo nacional en Brasil en honor a Joaquim José da Silva Xavier, ‘Tiradentes’ (sacamuelas), odontólogo, militar y activista brasileño condenado a muerte en 1792 como responsable del primer intento de Brasil por independizarse de Portugal, la ‘conspiración minera’. Hoy es Sao Paulo la ciudad que acoge una nueva manifestación relacionada con el golpe, esta vez en contra del impeachment. El día 22 es Río la principal ciudad donde hay movimiento en la calle.

Y así, pasan los días en Brasil entre golpes mediáticos, manifestaciones y asambleas. Mientras el proceso del golpe de estado continúa, con la mirada de los brasileños puesta en el 11 de mayo, fecha en el que el Senado ratificará, previsiblemente, el impeachment a Rouseff , lo que podría dar el poder a los conservadores y finalizar el giro progresista que Brasil dio en octubre de 2002, cuando Luis Inácio Lula da Silva ganó la presidencia por primera vez. 

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

1

  • |
    Ricardo Cavalcanti-Schiel
    |
    25/04/2016 - 3:40pm
    Una pequeña observación a la redacción de esta artículo. "Carioca" es el adjetivo patrio que le toca solamente a la ciudad de Rio de Janeiro. No es siquiera el que le toca a la provincia en la que esta ciudad está ubicada, la provincia homónima de Rio de Janeiro, que tiene por adjetivo patrio "fluminense". Llamar a todo Brasil por el epíteto "carioca" correspondería a decir que Barcelona es "la ciudad castellana" o que España sería "el país andaluz".
  • Tienda El Salto