Con todas las dudas posibles, parece que las cartas del Atlético son relativamente claras: le toca jugar al Ayuntamiento. El resultado de este partido será trascendental para la ciudad.
El maestro Eduardo Galeano se definía como un mendigo de buen fútbol, agradeciendo "el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece". La lectura reciente de La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres fue un descubrimiento para alguien que no se dedica al urbanismo. Acceder a datos e informaciones en un contexto de lucha de clases poco abordado por mí. Procesos de exclusión que relacioné con algo que me divierte, el fútbol, en concreto el Atlético de Madrid. Relación surgida a propósito de la Operación Mahou-Calderón.
Se han producido varios debates públicos sobre dicha operación que trasladará el estadio colchonero de Arganzuela a San Blas. En el que asistí, discurso casi unánime: la operación no sería rentable económicamente para nadie, incluido el Atlético, cuestionando que el club de los Gil y Cerezo pueda hacer frente a los pagos.
Rechinaban tales afirmaciones, que poco tienen que ver con la narrativa oficial, prensa deportiva y club. Este último recientemente ha comunicado que hasta el 31 de marzo es posible asociarse para tener preferencia a la hora de elegir ubicación en el nuevo estadio. En la actualidad, hay más de 84.000 seguidores. Ser socio y abonado no es lo mismo, hay más socios que asientos disponibles, éstos están garantizados para los abonados.
El consejero delegado Miguel Angel Gil Marín afirmaba:
“Nos vamos a la Peineta, sí o sí”
El pasado mes de mayo la empresa Euroamerican Sport Marketing informaba de la reanudación "de las negociaciones de los dirigentes del Atlético con la empresa Eithad Airwais para darle nombre a su nuevo estadio". Enrique Cerezo, presidente del Club, declaraba en un programa deportivo: "La final de la Champions League se disputará casi con toda seguridad en el nuevo estadio colchonero el año de su inauguración". Y el consejero delegado Miguel Angel Gil Marín afirmaba, en otro debate –en presencia del concejal de Desarrollo Sostenible José Manuel Calvo y de la concejala socialista Mercedes González–: "Nos vamos a la Peineta, sí o sí".
En plena expansión capitalista del deporte, los equipos que aspiran a ser globales –a fin de cuentas empresas generando buenos dividendos– basan sus estrategias en masa social, expansión, recursos y resultados.
El Atlético se ha marcado como objetivo alcanzar los 100.000 abonados, meta posible con buenos resultados deportivos, contando con más de 16 millones de seguidores en redes sociales y en plena expansión.
Dispone de ciudad deportiva en Majadahonda y acuerdos cerrados para instalar otras en Móstoles y Alcalá de Henares. Además, espera desbloquear la de Alcorcón, paralizada por la espantada de Eurovegas, expansión a completar con un acuerdo con el Ayuntamiento de Manuela Carmena para dar salida al Centro Acuático Olímpico, a medio construir y sin ninguna viabilidad posible, situado en la misma parcela de La Peineta, otro de los regalitos de Gallardón.
El convenio permite quitarse un muerto difícil de vender (no parece entrar en los planes del Ayuntamiento transformar el mismo en un espacio social), crear una residencia de jugadores, dotando al distrito de una serie de instalaciones deportivas abiertas a todas.
Pero la expansión no sólo puede ser nacional. Internacionalmente puede firmar acuerdos en América Latina, los últimos fichajes de futbolistas proceden de allí, o China. La entrada con el 20% en el accionariado de Wang Jianlin no es altruista. El desarrollo del futbol en su país es su gran negocio a medio y largo plazo.
Para el Atlético, además de expandirse a través de las 200 tiendas en grandes superficies del dueño de Wanda, permite la venta de jugadores devaluados, como Jackson Martínez, comprado en 36 millones de euros y vendido en 42 seis meses más tarde.
Los rojiblancos cuentan en India con equipo propio, el Atlético de Kolkata, y en Francia puede ser accionista mayoritario del RC Lens. Recursos que aumentarán con el nuevo reparto de los ingresos del fútbol televisivo, que hasta la fecha benefician a Real Madrid y Barcelona, impidiendo que la Liga fuera realmente competitiva. Los ingresos esperados por este motivo se estima que pasen de 46 millones en la temporada 14/15 a 105 en la actual, sin contar los procedentes de la Champion League .
Por el nombre del nuevo estadio el Atlético espera ingresar 155 millones
A lo anterior hay que añadir: ingresos de abonados, socios, taquillas, eventos, merchandising y patrocinios. Por el nombre del nuevo estadio espera ingresar 155 millones, el más caro del mundo, a los que hay que añadir marcas en camisetas, medias, agencias de viajes, coches, Mahou –¿casualidad?– y los conciertos que se celebran en el estadio.
Un Atlético intervenido judicialmente hace años, con sus últimos presidentes imputados o juzgados, hoy forma parte de la élite deportivo-capitalista, en el puesto 15 a nivel mundial, reduciendo sus deudas con la administración rápidamente, y esperando sanearlas en un par de años .
Estrategia que pasa también por lo deportivo. En vez de grandes figuras superconsagradas –modelo Real Madrid y Barça– fichajes jóvenes, baratos y de gran proyección. Plantilla de las más jóvenes de Europa, con veteranos como Tiago, Fernando Torres, Godín o Gabi. Director: Cholo Simeone. Apuesta deportiva pero sobre todo económica.
La proyección de jugadores tan jóvenes hace que estén en el punto de vista de las grandes empresas futbolísticas. El Atlético ya tuvo que deshacerse de algunos de ellos, como Diego Costa, De Gea, Agüero, Falcao o Filipe Luís, este último convertido en hijo prodigo tras su regreso. Para evitarlo, contratos de larga duración con cláusula de rescisión millonarias: Griezmann y Oblack (100 millones de euros cada uno), Koke y Godín (60), Carrasco y Lucas Hernández (45), Giménez (40) y Oliver Torres (36). Saúl, con 21 años, negocia nuevo contrato ante el interés del Barça y equipos ingleses por hacerse con sus servicios, con una cláusula actual de 45 millones que seguro se incrementará. Para ficharlos hay que pasar por caja, dejando un buen dinerito a agentes e intermediarios varios.
El Atlético será una empresa muy rentable. Si es preciso efectivo siempre habrá un Carlos Slim que facilite un crédito de 150 millones para acabar el estadio , convirtiéndose en propietario si no se devuelve, o –lo habitual– vender futbolistas. Diseño perfecto con la valiosa colaboración de Peter Kenyon, ex directivo del Manchester United y del Chelsea especialista en fondos de inversión y del afamado intermediario Jorge Mendes. Muchos negocios oscuros que poco a poco van viendo la luz a través de filtraciones como las de Football Leaks.
Con todas las dudas posibles, parece que las cartas del Atlético son relativamente claras: le toca jugar al Ayuntamiento. El resultado de este partido será trascendental para la ciudad.
El nuevo estadio se acabará. Lo que ocurra con el Calderón y los terrenos de Mahou sigue siendo un enigma que esperemos no se dilate en el tiempo, y que otra vez las grandes perjudicadas no sean las vecinas. Donde estés maestro Galeano, quiero decirte que siempre deseo que gane el Atleti, pero en esta ocasión prefiero que no perdamos todas.
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