Draghi aumenta en 20.000 millones mensuales su inyección de dinero a la economía
Más dinero virtual para resucitar a la economía europea

El Banco Central Europeo da la alarma por la baja inflación un año después de comenzar su programa de compra masiva de deuda y rebaja los tipos de interés al 0% para estimular el consumo.

10/03/16 · 18:02
Draghi ha modificado la previsión de inflación de la eurozona para 2016 y en tan solo un mes la ha recortado en 0,9 puntos.

Europa, o la eurozona, tienen un problema económico más grave y duradero de lo esperado. Ése es el mensaje profundo que ha dado el Gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en la rueda de prensa para anunciar nuevas medidas monetarias para reanimar al enfermo. En el centro, una vez más, la relajación cuantitiva o QE, es decir el programa de compra de activos (fundamentalmente, bonos de deuda gubernamental) cuyo simple anuncio en julio de 2012 sirvió para contener los ataques a la deuda española, italiana o irlandesa.

Draghi esperaba que las subidas de precios animadas por sus políticas hicieran menos costoso el pago de la deuda

Pero no para mucho más, según consenso de economistas de todas las familias. El objetivo central de la compra masiva de bonos era impulsar el anémico gasto de empresas y consumidores y elevar así la inflación hasta el 2%. El gobernador del Banco Central Europeo ha venido a reconocer implícitamente hoy el fracaso de este aspecto del QE al recortar la predicción de inflación en la zona euro para 2016 del 1% a tan sólo el 0,1%.

Y lo ha hecho, a la vez, anunciando una profundización de lo implantado hasta ahora: ha recortado los tipos de interés hasta el mínimo histórico del 0% y ha anunciado que las compras de bonos, por las que actualmente el BCE inyecta 60.000 millones de euros mensuales en el sistema financiero, se ampliará al menos en dos sentidos: cuantitativamente, en 20.000 millones adicionales cada mes (aproximadamente el gasto anual español en prestaciones por desempleo); cualitativamente, a partir de ahora el BCE también comprará deuda de las empresas.

Pese a las novedades -además de que las empresas podrán colocar sus paquetes de deuda en el programa Banco Central Europeo, Draghi cobrará más a los bancos por sus depósitos, siempre con el objetivo de que estos se dediquen finalmente a prestarlo en la economía real-, el anuncio de Draghi era esperado y todo apunta a que, una vez más, el sistema financiero ya lo ha dado por descontado en las últimas semanas.

Revisar lo sucedido hasta ahora desde que en marzo de 2015 comenzara el programa de compra de deuda puede servir para anticipar lo que viene. Así ha funcionado el QE hasta ahora, según el economista Frank Van Lerven, de la ONG Positive Money, en su presentación durante las jornadas de la campaña #QeforPeople en el Parlamento Europeo:

Un monstruo llamado deflación

Los bajos precios de la energía han podido tener una influencia, pero el hecho es que la artillería de Draghi no ha tenido mucho efecto en reanimar los precios. El banquero central esperaba, y lo ha vuelto a repetir hoy, que las subidas de precios animadas por sus políticas hicieran menos costoso el pago de la deuda, un problema central dado el alto nivel de endeudamiento tanto privado como público en la mayoría de países.

Van Lerven recuerda que, según los propios estudios de expectativas de inflación de las grandes empresas elaborados por el Banco Central Europeo, las diferentes empresas entrevistadas pensaban, en diciembre de 2015, que en el medio y largo plazo los precios se iban a mantener bajos.

Los bancos siguen siendo reacios a prestar

"Básicamente sustituyes bonos por dinero, y de este modo los bancos tienen más incentivos para prestar a los hogares y a las empresas", explicó Draghi en 2015. La respuesta: "el crédito está mejorando lentamente, y remarco lo de 'lentamente'", destacaba Van Lerven.

Según los propios datos del BCE, en diciembre de 2015 los préstamos a las empresas en la zona euro apenas aumentaron un 0,3%, mientras sí subieron más para los hogares (un 1,4%). Se trata, según el panelista de Positive Money, de aumentos muy graduales ya observados desde 2014, antes de la puesta en marcha del programa. Además, un estudio de CommerzBank entre bancos e instituciones de crédito europeo señalaba que un 90% de ellas no veía ninguna relación entre la mayor disponibilidad de dinero gracias al BCE y el aumento de sus préstamos a hogares y empresas.

Vuelve el efecto riqueza y (sorpresa) no sirve para mucho

El efecto riqueza, ese clásico de la economía de la burbuja, es ese fenómeno que trajo tantos titulares a la España del ladrillo: las familias españolas aumentaban su riqueza financiera según subía el precio de sus pisos (de su deuda, como hemos sabido después).

Según Draghi, el QE puede provocar un efecto riqueza al hinchar el precio de ciertos activos, lo cual se debería de trasladar a la economía al aumentar el gasto.

Para Van Lerven, el hecho de que el consumo se encuentre prácticamente estancado y la inversión "extremadamente moderada" tras meses de compra de deuda se explica por la poca propensión al consumo de los más ricos y por la propia estructura de la riqueza financiera en la Unión Europea, inferior a la de otras zonas donde se ha practicado compra masiva de deuda, como en EE UU.

Gobernar la austeridad, el gran tanto de Draghi

Los intereses de la deuda han bajado drásticamente desde que el BCE se adelantara a las primeras inyecciones masivas de dinero con el famoso "haremos lo que sea necesario" de Draghi en julio de 2012.

No obstante, esto sucedía dos años y medio de que se implementase realmente el QE. "Probablemente, viendo los últimos acontecimientos [se puede estar refiriendo a los problemas de China y los países emergentes y a la bajada de las bolsas mundiales], sin QE, los intereses y primas de riesgo serían ahora mucho más altos", concede Van Lerven. Esta contención de las primas de riesgo y de los intereses sobre la deuda, junto con un mini ciclo de crecimiento económico, pueden ser los grandes tantos políticos de Draghi.

Al precio, eso sí, de estar hinchando una nueva burbuja patrimonial como la que originó la crisis, de una fuerte concentración bancaria (cerca de un millar de instituciones de crédito han dejado de existir en la Unión Europea desde 2008) y del aumento de la desigualdad.

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