Gestión y transformación

El autor cuestiona el alcance transformador de los nuevos partidos y ayuntamientos de nuevo cuño.

, Analista
23/11/15 · 17:48
Manuela Carmena deposita su voto el 24 de mayo de 2015. / Álvaro Minguito

Se acercan las elecciones. Bueno, hace poco hubo otras donde la izquierda asumió ciertas cuotas de gestión pública. No sé si de poder, eso no lo tengo tan claro, porque el poder es algo más complejo. Lo que sí sé es que en breve habrá que pronunciarse de nuevo. Y digo yo, la verdad, más allá de que se han llevado a cabo algunas acciones necesarias, es como que me falta algo.

1) Me falta ver un proyecto municipal y autonómico allá donde la izquierda tiene, hoy, ciertas cuotas de Gobierno. Lo siento, es que no lo veo. No veo para dónde van. Sí, es indudable que algunas cosas están cambiando y que en políticas sociales hay una aproximación mayor. Cierto. Pero, ¿hacía dónde vamos?

2) Leo los programas de algunos partidos que dicen ser de izquierdas, de otros que son de izquierdas y de algunos que dicen no ser ni de derechas ni de izquierdas y me pasa lo mismo. Claro que algún programa y algunas ideas me generan más simpatía que otros, pero, me falta ver cuál es el rumbo. Quiero más claridad, porque después pasa aquello de donde dije digo…, y no voy a hablar de Grecia.

3) Lo que interpreto, seguro que desde mi ignorancia, es que todos se mueven en el entorno de la socialdemocracia. Unos más al centro, que no más centrados y, otras, más zurdas. Quizás yo soy demasiado ambicioso y en este momento sólo se puede aspirar a reducir algo de plusvalía al capital, puede ser. A lo mejor por eso no veo propuestas para grandes transformaciones, aunque a algunas personas, que conozco, tengo claro que les gustaría.

4) Es más, las personas llegan y se van. Se van a otro puesto, porque cuando se llega, gusta. Aunque algunas, pocas, se van a su casa, porque también hay quien se cansa. Y cuando te vas y miras atrás deberían preguntarse, ¿qué hice?, ¿qué aporté? Porque el tema es que hay que aspirar a dejar cambios permanentes, porque lo de gestionar con mayor simpatía, lo que no discuto, es bastante fácil, viendo la prepotencia de los de antes, al menos aquí en Valencia.

Estamos tan acostumbrados a que nos roben que cuando no nos roban lo agradecemos

5) Está bien. Concedo que los nuevos, estos que son más nuestros, no van a robar. Ya es algo. Pero, bueno, va de sí. Hacer las cosas que hay que hacer no es un mérito. Estamos tan acostumbrados a que nos roben que cuando no nos roban lo agradecemos. Pues no, lo mínimo que pedimos es volver a ser íntegros, teniendo claro que, esa, debería ser nuestra normalidad.

6) Me parece que hay que tener la convicción de que las instituciones son para hacer política. Y son para transformar la política. Llegar sólo para gestionar el alumbrado y la basura…, me da la impresión de que no tiene sentido. Para eso hay un cuerpo funcionarial bien preparado que lo haría solito. Conviene recordar dónde está la base, el sustento de la nueva política, y yo, creo, está en la calle, en las personas que viven cada día dando vueltas por la ciudad y, en su doble sentido, en el pueblo.

7)  Me acuerdo de aquello de la horizontalidad que tanto se predicaba en el 15M, y lo añoro. Y ahora veo a algunas personas de aquellas plazas en las instituciones. Me gustaría que recuerden cuál es la impronta a la que aspirábamos. Aquello de crear de abajo hacia arriba y de manera colectiva. Lo de la transformación social, que empieza por la transformación de la política. Y la política no cambia sólo por cambiar a las personas, no. Es la forma de hacer política y, sobre todo, quién va a ser en el futuro el nuevo sujeto político: el pueblo o sus representantes.

8) Y, entonces, ¿qué? Pues que hay algo que sí se puede y se debe hacer. Y ahí no transo. Si no veo que se pone en marcha una verdadera política de proximidad. Si no veo que el Ayuntamiento baja a la calle. Si no veo que se fomenta la participación ciudadana permanente y la organización social, como sostenedores de nuevas propuestas y compensación real del poder a futuro. Si no veo un impulso por un cambio cultural profundo, en los parques, en los colegios, en las escuelas deportivas, en la calle, donde se intente debatir sobre cómo limitan nuestras mercantilizadas conciencias la vida en común. Si no se abren espacios para proponer nuevos valores y principios para la dignidad humana, yo, de verdad, paso.

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comentarios

1

  • |
    Xuaco
    |
    Mar, 11/24/2015 - 20:56
    Cayetano, si cosas como Madrid decide no es escuchar a la calle cuéntanos tú qué CREES que lo es. YO NO PASO.
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