¿Un sindicato de empleadas del hogar?

En México se anuncia la creación del primer sindicato nacional de empleadas del hogar. Un buen momento para conocer cómo vive en España un sector altamente precarizado en el que la defensa de derechos encuentra grandes obstáculos.

04/09/15 · 12:30
Una concentración para protestar por el impago a una trabajadora del hogar. Foto: Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia.

El domingo 30 de agosto unas cien trabajadoras del hogar mexicanas se reunieron para aprobar la creación del primer sindicato del sector en este país, donde más de dos millones de mujeres trabajan de manera remunerada en uno de los empleos más duros e invisibilizados que existen.

La creación del sindicato, que se registrará el 11 de septiembre, es un triunfo histórico en el ámbito laboral mexicano, tras más de veinte años de pelea para lograr esta conquista.

México se suma así a experiencias previas en otros países como Bolivia, donde la actividad de las personas empleadas de hogar dispone de representación sindical y federaciones de trabajadoras desde hace un par de décadas.

Menos de tres euros por hora

Un horizonte distinto es el que viven estas trabajadoras en España, donde el empleo en el hogar aún es una frontera prácticamente impermeable a la acción sindical. 

Tras alguna experiencia pionera como el Sindicato de Trabajadoras del Hogar y de Cuidado en Barcelona y pese a la integración por ley de la actividad en el régimen general de la Seguridad Social desde 2011, sus condiciones laborales siguen siendo muy precarias y la defensa de sus derechos como colectivo, muy frágil.

Algo tan elemental como el cumplimiento de la ley en lo relativo a horarios, salario o incluso la forma de contratación permanece aún como campo de batalla de un sector cuya propia especificidad (internas trabajando en casas, contratadores que no son empresas) dificulta la creación de vínculos para la acción conjunta.

"Derechos legalmente reconocidos no se están cumpliendo por falta de control de la Administración: el máximo semanal de las 60 horas, el abono de todas las horas de trabajo y las llamadas horas de presencia,..."

"Hay muchas reivindicaciones. Por una parte, derechos legalmente reconocidos no se están cumpliendo por falta de control de la Administración: el máximo semanal de las 60 horas, el abono de todas las horas de trabajo y las llamadas horas de presencia, la documentación del contrato y el pago del salario… Por otra parte, permanecen sin regular el precio de la pernocta obligatoria de las internas, la fijación de la cuantía de los descuentos de manutención o medidas concretas de salud laboral. No hay equiparación en derechos de Seguridad Social como la prestación de desempleo o la cotización por los salarios reales, y es el motivo por el que el Estado Español se niega a suscribir el Convenio 189 sobre trabajo decente en el sector", enumera Isabel Otxoa, de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia.

El salario es una de las cuestiones más escandalosas. Algunas trabajadoras han denunciado que cobran menos de tres euros por hora.

El Real Decreto-Ley 29/2012 de diciembre introdujo algunas medidas positivas en el sistema especial para Empleados de Hogar, como el descanso de 36 horas seguidas a la semana o el cobro por domiciliación bancaria pero Otxoa considera que en la práctica es papel mojado: "Ha habido que pelear para que la Administración cumpliese con obligaciones como la de registrar los contratos de trabajo y todavía sigue sin controlar el hecho de que el 77% de las internas trabajan más de 60 horas. El Decreto de 2012 dejó sin atar muchas cuestiones, como las consecuencias del despido a las trabajadoras embarazadas o que están de baja maternal. Estos últimos años muchos tribunales están admitiendo el despido en esos casos cuando se viste de libre desistimiento, que es la facultad que en el sector de hogar tiene la parte empleadora de despedir sin necesidad de alegar causas".

Vulneración de derechos, indefensión y maltrato

En su opinión, la Administración es responsable en un grado muy alto de la vulneración de derechos de estas trabajadoras, por inacción y dejación de funciones.

Así, plantea como urgente que "la Inspección de Trabajo controle el cumplimiento de las normas sobre jornada, salario, descansos y obligaciones de alta y cotización a la seguridad social. Las agencias de colocación de servicio doméstico están fuera de control, incluso cuando se les denuncia por actuaciones ilegales a todas luces. La Administración está muy cómoda en la actual situación, porque las agencias les ahorran inversión en servicios públicos de colocación y le hacen el trabajo sucio de la oferta de empleo en condiciones inferiores a las legales. El cuidado de personas en situación de dependencia, cuando está a cargo de trabajadoras de hogar, casi nunca respeta la jornada semanal, los descansos o el salario establecidos. La solución no son las trabajadoras de hogar sino los servicios de cuidado, pero eso exigiría gasto social".

"Lo más frecuente son las frases despectivas referidas a su desempeño laboral, los comentarios racistas… y a veces también el acoso sexual"

La dureza de las condiciones laborales de las empleadas del hogar, y el incumplimiento de mínimos básicos establecidos, se suma a la dolorosa y oculta realidad del maltrato que sufren en ocasiones y la indefensión a la que están sometidas, denuncia Otxoa: "Lo más frecuente son las frases despectivas referidas a su desempeño laboral, los comentarios racistas… y a veces también el acoso sexual. El maltrato en una relación laboral que se da en la intimidad y normalmente sin testigos exigiría que la Administración de Trabajo y los tribunales se volcasen en una respuesta diligente y rápida y para eso lo que hace falta es voluntad política".

Alternativas a la acción sindical

La dificultad de incidir mediante la acción sindical clásica, pese a estar reconocido este derecho en el empleo de hogar desde 1985, se debe a la dispersión de los centros de trabajo, que impide la representatividad necesaria de las dos partes para poder negociar convenios colectivos. Ante este obstáculo han surgido cooperativas y asociaciones como Senda De Cuidados o Las Victorias que buscan mejorar las condiciones de trabajo.

Otxoa considera que otra vía imprescindible es la presión desde los sindicatos a la Administración "para obtener cambios legales y para que actúe haciendo respetar los derechos ya conseguidos formalmente".

Para terminar, volvamos la mirada a México y al recién estrenado sindicato. El jueves 10 de septiembre se estrenará el documental Día de descanso en un acto en el que estarán presentes todas las integrantes del Comité Ejecutivo del sindicato. El día después se solicitará el registro del mismo y el domingo 13 se celebrará un encuentro nacional de trabajadoras del hogar.

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