Tratado de libre comercio
El TTIP amenaza con dividir la gran coalición

Para la izquierda unitaria y los verdes, la suspensión del debate y el voto sobre la resolución del TTIP en el Parlamento Europeo representa una victoria de la movilización popular.

, Estrasburgo (Francia)
13/06/15 · 8:00
Protesta contra el TTIP en Londres (julio de 2014). / Global Justice Now

“Tenemos todas las de ganar si vamos deprisa. Si no lo hacemos, sabemos que se van a acumular los miedos y las crispaciones”. Citando al Marqués de Condorcet, uno de los padres de la Ilustración, el presidente francés François Hollande reconoció en febrero de 2014 la intención principal de la Comisión Europea y la Administración Obama en la negociación del Tratado Transatlántico de Libre Comercio (TTIP en inglés): firmar un acuerdo lo más pronto posible antes de que la opinión pública y la calle mostraran sus discrepancias respecto al contenido del tratado.

Casi un año y medio después no sólo parece que las negociaciones por el TTIP se están atascando, sino que la movilización popular en contra del acuerdo se incrementa y las diferencias entre el Partido Popular Europeo y el Partido Socialista se acentúan. Todo ello se ha visto reflejado en la suspensión en el Parlamento Europeo del debate y el voto, que debía tener lugar el miércoles 10 de junio, sobre la resolución del TTIP. Ésta fue aprobada por la Comisión de Comercio Internacional el 28 de mayo y pretende marcar las líneas rojas que la Comisión Europea no podría traspasar en su negociación con los Estados Unidos.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, decidió el martes por la tarde suspender la votación. Lo hizo con el argumento oficial de que había un número demasiado elevado de enmiendas: 116. Una circunstancia que, de hecho, ya era conocida una semana antes del inicio de la sesión plenaria. El mismo miércoles los eurodiputados conservadores, liberales y la mitad de los socialdemócratas aprobaron, con 183 votos a favor y 181 en contra, que también se aplazara el debate.

Además del número demasiado elevado de enmiendas, las autoridades del Parlamento han reconocido que la suspensión temporal tiene que servir para reconstruir una mayoría a favor del informe sobre el TTIP. “Se ha conseguido una nueva oportunidad para obtener un consenso”, afirma la eurodiputada del PSOE Inmaculada Rodríguez-Piñero. “Diciendo primero que era una sólo una cuestión técnica y reconociendo después que se trataba de la falta de consenso, populares y socialistas han puesto en evidencia sus temores respecto al resultado final de la votación”, critica la eurodiputada de Izquierda Unida Marina Albiol. Ella también denuncia que lo sucedido esta semana ha supuesto “un asalto a la democracia”.

Socialistas y populares, divididos por los tribunales de arbitraje

Aunque son críticos con la suspensión, el grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE) y los Verdes –ambos contrarios a la aprobación del TTIP– celebran la división que se ha producido en la gran coalición que conforman populares y socialistas en el Parlamento Europeo. Un alejamiento provocado por sus diferencias respecto a los tribunales de arbitraje privados, los ISDS. En el informe aprobado el 28 de mayo, los socialistas apoyaron una enmienda presentada por los populares que afirmaba que “los ISDS son la herramienta más adecuada para abordar las controversias entre Estados e inversores”. Pero con el paso de los días buena parte de los socialdemócratas se desmarcaron de esta decisión. “La movilización social ha roto el acuerdo inicial que había sobre el TTIP”, explica el eurodiputado de Iniciativa Verds Ernest Urtasun.

“Durante las últimas semanas, varios socialistas han presentado enmiendas que excluían directamente el ISDS. Esto muestra que se ha producido una brecha en la gran coalición”, afirma la eurodiputada de Podemos Lola Sánchez. Una división que también está presente en el interior del grupo socialdemócrata. Mientras que los socialistas franceses, belgas y británicos se oponen claramente a los tribunales de arbitraje privados, los alemanes e italianos mantienen una posición más moderada. Al mismo tiempo los populares han radicalizado su postura en defensa del ISDS. “El grupo popular amenazó con votar en contra de todo el informe sobre el TTIP sólo si había un párrafo crítico con el ISDS”, reconoce Ernest Urtasun.

Los eurodiputados del PSOE también han rectificado su posición a lo largo de la última semana. El 8 de junio convocaron una rueda de prensa para dar marcha atrás a su apoyo inicial a los tribunales de arbitraje privados. “No es necesario un ISDS con un acuerdo con EE UU, ya que tanto el régimen jurisdiccional europeo como el americano son seguros y garantistas”, defiende Inmaculada Rodríguez-Piñero. No obstante, ninguno de los socialistas españoles “ha firmado la enmienda 27 –una de las más críticas con el ISDS– como sí lo hicieron más de 100 eurodiputados socialdemócratas de otros países”, recuerda Ernest Urtasun.

¿La gran coalición volverá a cerrar filas?

“La forma como han actuado esta semana demuestra que se va a manipular hasta que socialistas y populares lleguen a un acuerdo”, denuncia Marina Albiol. Tanto la izquierda unitaria como los verdes temen que la gran coalición vuelva a recomponerse. Así sucedió después de la revelación a principios de noviembre del 2014 del LuxLeaks, el escándalo provocado por los regalos fiscales que grandes multinacionales, como Amazon, Apple o Ikea, obtuvieron del Gobierno de Luxemburgo, presidido entonces por Jean-Claude Juncker, el actual presidente de la Comisión Europea. Entonces, las primeras críticas iniciales se vieron silenciadas por el apoyo obstinado que socialistas y populares concedieron al presidente Juncker.

La división provocada por el TTIP y el ISDS ya ha tenido, de momento, su primera víctima: el eurodiputado británico del partido laborista David Martin, que ha dimitido de su cargo como coordinador de la Comisión de Comercio Internacional, después de haber sido una de las voces más críticas con los tribunales de arbitraje. “Ahora tenemos que ver quién le va a sustituir. Si lo va a hacer alguien que se ha declarado a favor o en contra del ISDS”, afirma Lola Sánchez.

El nuevo calendario del TTIP

Para reconstruir el consenso en torno al TTIP, la Comisión de Comercio Internacional volverá a reunirse el 15 y 16 de junio. Resulta bastante improbable, sin embargo, que se llegue a un acuerdo para que el informe pueda ser discutido en la sesión plenaria de julio. Hasta septiembre, como muy pronto, no se podrá debatir la resolución del TTIP en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Aunque esto permitirá que la Comisión Europea pueda seguir negociando el TTIP sin contar con las orientaciones de la Eurocámara, la suspensión del debate “debilita –según Ernest Urtasun– las negociaciones”. “En la próxima reunión lo primero que harán los negociadores norteamericanos será preguntar: ¿qué es lo que ha pasado en el Parlamento Europeo?”.

Un obstáculo que probablemente contribuirá a alargar aún más las negociaciones por el TTIP. Según las previsiones iniciales, 2015 tenía que ser un año clave para que el acuerdo se formalizara antes del final del mandato del presidente Obama, en noviembre de 2016. Un calendario poco creíble en la actualidad. “Aún falta recorrer mucho camino para acordar un tratado final que pueda ser aprobado por el Parlamento Europeo”, recuerda Inmaculada Rodríguez-Piñero. Un mayor plazo de tiempo que debe servir, según los partidos y asociaciones contrarias al TTIP, para que continúe y se incremente la movilización en la calle.

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