El equipo que gobierne Madrid a partir del 13 de junio tendrá que indemnizar a Ferrovial si decide echar atrás una concesión firmada por el Gobierno en funciones de Ana Botella.

El Gobierno en funciones de Ana Botella ha adjudicado un contrato por once años y 16 millones de euros para la planta de tratamiento de biometanización del complejo de Valdemingómez. Bruno García Gallo publicó el 3 de junio en El País la información sobre esta contratación que hipotecará a los próximos tres gobiernos municipales.
En caso de que el Ayuntamiento que se forme a partir del 13 de junio decida paralizar la adjudicación estará obligado a indemnizar a Cespa, una filial de Ferrovial, la empresa adjudicataria. Inés Sabanés, concejal electa de Ahora Madrid, segunda opción más votada en las elecciones del 24M, ha confirmado a este periódico que el Ayuntamiento "no ha comunicado" a su partido esta operación –a pesar de que la candidata Manuela Carmena y la alcaldesa se reunieron a finales de abril– y recuerda que "cualquier actuación o acción que comprometa la acción de gobiernos futuros se tendría que haber informado como sería deseable en cualquier protocolo".
Contrato amañado
La obra de las plantas de biometanización, financiada en un 80% por fondos europeos, tardó siete años en concluirse, con un coste final de 112 millones de euros, más del doble de lo contratado, para pasar a ser explotada por las mismas empresas que las habían construido por 93 –FCC– y 61 millones de euros –Sacyr y ACS–. Hasta el momento el gas recuperado por las plantas apenas ha alcanzado los dos millones de euros anuales.
Denuncias por riesgos a la salud
Lo que se ha firmado esta semana es la apertura de la planta de tratamiento, que inyecta en la red el biogás que se procesa en dos plantas: Las Dehesas y La Paloma. En octubre de 2014, una denuncia anónima a través de la plataforma Fíltrala alertó de la situación de riesgos para la salud de la plantilla de la procesadora de Las Dehesas. La documentación establecía que "hay un riesgo alto por exposición a sulfuro de hidrógeno (H2Saq)" para parte de la plantilla.
Entre los riesgos de la exposición al sulfuro de hidrógeno provocados por estas plantas, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene explica que la exposición de corta duración a este químico tiene efectos como irritación de ojos y de tracto respiratorio: "La sustancia puede afectar al sistema nervioso central. La exposición puede producir pérdida del conocimiento. La exposición puede producir la muerte. La inhalación del gas puede originar edema pulmonar".
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