Ciudad de València
Quinze de Maig, año cuarto

Se celebra el cuarto aniversario de un movimiento que ha cambiado radicalmente la visión política en la ciudad. Hoy, Viernes 15 de mayo, está convocada la Manifestación del 15M en el Parterre a las 19h.

15/05/15 · 12:18
El 15M en Valencia. / Adolfo Senabre

Le niegan el saludo en el mercado del barrio que siempre soñó con tirar y que le acabó ganando la batalla. Pelean sin ser capaces contra los pulmones de su ciudad, aunque han cavado un agujero que costará generaciones tapar porque han dejado algunas cosas atadas y bien atadas, hipotecando el presente pero también el futuro.
 
Gobiernan a su pesar una ciudad con una creciente lucidez a la hora de interpretar su realidad, que tiene en cuenta a quienes regalan desde hace décadas su tiempo para crear conciencia, que reconoce la lucha de sus semejantes y que mezcla a sus generaciones a la hora de transformar su barrio en huerta.
 
Dejaron en la ruina incluso a su Consellería de Propaganda pese a lo reiterado de las quejas, y su coto privado de caza y desfalco se ha hecho tan evidente en el tiempo que el espíritu de Julian Assange ha tenido que manifestarse para visibilizar que aquí lleva pasando algo bastante grave desde hace demasiado tiempo, como bien se escenifica en no pocas ocasiones.

Quizá el 15M sí que sirvió para algo. Incluso en la ciudad en la que nos dicen que nada sirve para nada

Un 22 de mayo de hace cuatro años, las gaviotas reían sobre nuestras cabezas –todos escuchamos sus carcajadas, no fue nuestra imaginación- mientras nosotros nos marchábamos a casa cansados, dejando por una noche en práctica soledad aquella plaza que nos dio por llamar del Quinze de Maig. Pensamos, lo hicimos todos, que aquella línea roja que nos dio por trazar sería pisoteada por siempre jamás en la ciudad que los medios internacionales utilizan para ilustrar la corrupción que supone la guinda al pastel de la crisis.

Quizá la cuestión es que ese trazado se ha hecho –lo hemos hecho entre todos- cada vez más grueso y visible, cada vez más difícil de pisotear sin que se vea el pie del dirigente valenciano que considera que lo de todos es suyo. Quizá la batalla fuese, en un estado donde nunca parecen ganarse y en una ciudad donde ni tan siquiera parecen acabarse para bien o para mal, una cuestión de visibilizar esa línea roja que otros que también son nosotros, desde hacía ya algún tiempo, habían empezado a pintar en el suelo.

Quizá el 15M sí que sirvió para algo. Incluso en la ciudad en la nos dicen que nada sirve para nada. Quizá sea bueno plantearse que las gaviotas no las tienen todas consigo, y que posiblemente, después de 24 años, dentro de una semana sus carcajadas no acompañen su vuelo sobre nuestras cabezas. Y tal vez sea hoy a las 19:00, cuatro años después, una buena ocasión para recordar que seguimos sin querer ser mercancía en mano de políticos y banqueros.

 

Manifiesto de la manifiestación del cuarto aniversario  del 15 de Maig

El 15 de mayo de 2011 se inició una ilusión, un cambio y, para muchas, un despertar colectivo de concienciación social que traspasó fronteras: nos dimos cuenta de que no estábamos solas y confluimos como personas en los espacios públicos, con el convencimiento de que las cosas había que cambiarlas y nos unimos para conseguirlo.

Lo hicimos y lo seguimos haciendo siendo inclusivas con la diversidad de las personas, y siendo horizontales porque creemos en la igualdad, la equidad y la solidaridad. Integrando los distintos puntos de vista construimos juntas, a través de la inteligencia colectiva mediante el asamblearismo y la no violencia.

Son cuatro años de lucha, de acción directa y de solidaridad, en los que hemos creado redes de apoyo mutuo, socializado conocimientos, desarrollando un pensamiento crítico colectivo y construyendo alternativas, obteniendo a cambio la represión y la manipulación mediática como única respuesta del poder establecido.

Con su ley mordaza y su reforma del código penal, que vulneran nuestros derechos de reunión y manifestación, se nos criminaliza porque protestamos y cuestionamos el sistema.
Les decimos que No Nos Representan.

Seguimos en las calles, impregnando todo lo que sucede y existe, todas sus banderas y todo lo viejo, con la semilla de la transformación social presente en cada una de nosotras. Y queremos seguir estando ahí, gobierne quien gobierne, diciendo alto y claro hacia dónde queremos ir.

Hacemos frente a sus guerras y ocupaciones militares, sus tratados neoliberales de “libre” comercio, como el TTIP, sus deudas, sus políticas de austeridad, que se traducen en: privatizaciones de los bienes comunes y de los servicios públicos, desahucios, reducción de los salarios, violación de nuestros derechos, desempleo, precariedad, destrucción de la naturaleza e imposición de un sistema machista y patriarcal.

Seguimos luchando por un empleo digno, por el derecho a la vivienda, por unos servicios públicos de calidad, por un control de las entidades bancarias, por una fiscalidad realmente progresiva, por la reducción del gasto militar, por las libertades, por la democracia, por la anulación de la deuda ilegítima, que hoy es instrumento global de dominación, de represión y de asfixia económica y financiera de los países y sus habitantes, por la justicia climática y la soberanía alimentaria en defensa de la naturaleza, por las alternativas al sistema capitalista de producción, distribución y consumo, defendiendo la dignidad absoluta de todas las personas, que implica la aceptación de la diversidad sexual y el derecho a la autodeterminación de género.

El Movimiento 15M seguirá representando un cambio de conciencia política y social a nivel personal y colectivo que ninguna ley podrá parar.

Hacemos un llamamiento a los movimientos sociales de todo el mundo para continuar construyendo espacios de participación y trabajo común.

Frente a un sistema para el que sólo podemos ser rebaño y que únicamente nos deja la confrontación en sus urnas, nos reafirmamos en el asamblearismo, en la ocupación y liberación social de espacios, en la autogestión, en la desobediencia, en el apartidismo y en el colectivismo como herramientas políticas prioritarias, que pasan por ser conscientes de nuestra capacidad de pensar, actuar y ejercer nuestras libertades políticas.

Frente al monólogo del sistema, el poder de las asambleas.
2015M: ¡Seguimos en las calles!

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