Cuatro retratos urbanos hechos con palabras de la ciudad

El escritor Isaac Rosa hace cuatro fotografías con palabras para retratar la vida en los últimos cinco años.

15/05/15 · 8:00
Una movilización ciudadana. / Álvaro Minguito

[Este artículo pertenece a la revista Cercanías, editada por La Marea y Diagonal, que puedes comprar en tu quiosco o aquí]

El dique y la crecida

Cuando crece el río, cuando suben las aguas y amenazan con desbordar el cauce, el último recurso es colocar sacos de arena en la orilla, a modo de rudimentario dique. En los últimos cinco años hemos conocido varias crecidas sociales que amenazaron desbordamiento: mareas, rodeos, acampadas, marchas, desahucios, escraches. Aunque los diques resistieron, las autoridades reforzaron el cauce con un endurecimiento penal. Faltó colocar el clásico azulejo de las inundaciones: "Hasta aquí llegó la indignación". 

Damos, recibimos

¿Alguien puede asegurar que la mujer rubia está recibiendo un paquete de arroz y una botella de aceite? ¿Y si acaba de comprarlos en el supermercado y está entregándolos para que otra familia disponga de ellos? La emergencia social no ha traído caridad, sino solidaridad. No beneficencia, sí apoyo mutuo. Bancos de alimento, cajas de resistencia, grupos vecinales, la 'obra social' de la PAH. La solidaridad dibuja un círculo, y por eso una misma mano puede entregar hoy el arroz que tal vez necesite mañana.

Dentro también es fuera

Un malentendido: pensar que se trata de dos escenas inconexas, incluso enfrentadas; dos mundos distantes, paralelos, aislados. Pensar el amor en una cárcel de cristal mientras la libertad llena la calle. El adentro insonorizado frente al afuera estruendoso. Por qué no pensar mejor en el contagio, la conexión, la celebración incluso. Cuando lo más importante del 15M no fue que tomase las plazas, sino que rompió paredes de cristal y se coló en los interiores privados hasta sacarnos afuera.

No lo llames pobreza

El ascensor social, ése que esperábamos que algún día nos llevaría al ático, se desplomó con nosotros dentro. La única movilidad social en el último lustro ha sido de arriba hacia abajo: quienes han bajado varios pisos, o los que han caído por el hueco del ascensor. No somos un país más pobre: somos un país con más pobres. Un país donde el consumo de bienes de lujo no ha dejado de crecer, incluso en los peores momentos de la "crisis". ¿Por qué lo llaman pobreza cuando deben decir desigualdad?

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