¿Por qué los medios y los empresarios aúpan a Ciudadanos?
Albert Rivera, el chorlito

El chorlito que se alimenta de las sanguijuelas que viven en las fauces del cocodrilo, un ejemplo de la relación simbiótica entre empresarios y políticos.

08/04/15 · 8:00
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Albert Rivera, en un mitin en Sabadell
Hace algunos días detuvieron en Galicia a un empresario del sector del transporte acusado de tráfico de influencias, soborno y cohecho; lo habitual. Sólo que en este caso había algo raro: ¿quién era el sobornado? ¿Con quién traficaba? Detenido el empresario, nos faltaba el político. Son especies simbióticas. Desde los cenáculos del poder se nos intenta trasladar la idea de que los empresarios que viven bajo un clima de corrupción generalizada son también víctimas. A fin de cuentas, dicen, se ven obligados a mantener a un descomunal enjambre de parásitos. Pero, si no fuese por esos bichitos, si la economía tuviese que estar sujeta al interés público, ¿podrían construir donde quieren infraestructuras inútiles y excesivas? ¿Incluir sobrecostes estratosféricos? ¿Merca­dear con la energía a precios abusivos? ¿Defraudar? ¿Practicar impunemente la usura y el fraude? No parece. Empresarios y políticos, ambos cooperan, ambos se benefician. No es parasitismo. En la naturaleza, esta relación se llama mutualismo. Y el ejemplo más recurrido es el del chorlito que se alimenta de las sanguijuelas de las fauces del cocodrilo.     

Ciudadanos compite con Podemos en el mismo segmento generacional, ambos con la bandera de la regeneración ética

En nuestro país, empresarios cocodrilo y políticos chorlito también se relacionan entre sí por medio de las sanguijuelas. Ninguno es mejor que el otro, ningún comportamiento es más o menos moral: sobornadores y sobornados, corruptores y corrompidos. Podríamos pensar que los políticos son quienes detentan el poder pero no es así. Ellos vienen y van. Los partidos se alternan y todos demuestran la misma subordinación al mundo del dinero. Podemos imaginarnos a los grandes nombres de las finanzas abriendo su boca negra repleta de parásitos y ver cómo acuden a ella, para alimentarse, los chorlitos de los dos grandes partidos de la transición. 

El componente generacional

El fenómeno de cambio que estamos viviendo hoy tiene, obviamente, raíces en un sentimiento extendido de regeneración ética. Pero seríamos unos ingenuos si no nos diésemos cuenta de que también hay un componente generacional. Existe una generación, la que tiene entre 30 y 50 años, que estaba completamente al margen de los ámbitos de decisión. En parte por exclusión y en parte también por desidia, son aún los nombres de la Transición quienes gobiernan, quienes dirigen periódicos, empresas y bancos. Quie­nes dirigen la judicatura, las finanzas y la opinión pública.
 
Hasta que la crisis global ha empezado a despertar al sector más dinámico y formado de la sociedad, descubriendo al hacerlo que esos señores a los que lleva viendo las caras 30 años no son sólo unos corruptos, sino unos incompetentes. Pésimos gestores, charlatanes de mercadillo, incapaces de articular discursos elaborados. Leemos los emails de uno de los banqueros más importantes del país y no sólo descubrimos sus corruptelas sino su insignificancia intelectual. El rey, descubre esta generación, estaba desnudo. 

 

Albert Rivera se dio cuenta de que en el PP sólo sería un mindundi más, así que fundó su propio partido

Empieza entonces su asalto al poder. No es casual, por ejemplo, que los jueces que osan cuestionar la corrupción global tengan todos una edad similar. La naciente prensa digital combate con éxito el descrédito de las grandes cabeceras. En el campo de la opinión, los Escolar asaltan los púlpitos de los Ónega, y éstos vagan hoy como trasnochados fantasmones que todavía se creen entre los vivos. Sobre todo el pasado pesa la sospecha de complicidad. Así, la lucha generacional se desa­rrolla en todos los ámbitos pero, ­sobre todo, en la política. 
 
Y aquí es donde surge Albert Ri­vera. Rivera, un pajarillo de buen pico, lo intentó en su lugar natural: el PP. Pero éstos son los más reacios al relevo generacional. Rajoy lleva 35 años en la poltrona. Feijóo, la “savia nueva”, 25. El espabilado Albert se dio cuenta de que ahí sólo sería un mindundi más, así que fundó su propio partido, Ciudadanos, que compite con Podemos en el mismo segmento generacional y enarbolando la misma bandera de la regeneración ética. Incluso plagia gran parte de su discurso. 
 
Nosotros, ingenuos ciudadanos, no tenemos razones para desconfiar de su sinceridad. Cándidos como somos, podemos creer en las limpias intenciones de ambos, verlos como dos opciones aceptables, casi iguales, que colaborarán, cada uno a su estilo, en traer aire limpio a esa ciénaga hedionda del poder. Pero hay alguien que sí los diferencia: los cocodrilos. Y mientras que Podemos está sometido diariamente a una vergonzosa campaña de acoso por parte de los medios de comunicación del poder, Ciudadanos es el niño bonito de televisiones y periódicos. La misma jauría aullante que en los programas matutinos se abalanza salvajemente sobre tipos tan tiernos como Luis Alegre, aplaude, sonríe y adula a Albert Rivera. Nosotros sí confiamos en él. Parece noblote. Pero el poder no. Los corrompedores, los sobornadores, no creen que vaya a poner fin al actual estado de cosas. Los empresarios no salen cada semana anun­ciando un apoca­lipsis si gobierna. No sólo no lo temen sino que lo elogian. Sí, claro, preferían a los del PP, pero bueno, tampoco están casados. Piensan, como en Il Gatopardo, que algo tendrá que cambiar para que nada cambie. 
 
A lo largo de las eras, el cocodrilo ha visto cómo muchos chorlitos entraban en su boca a comer. A lo largo de las eras, superviviente de las grandes extinciones, el cocodrilo permanece. 
 
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comentarios

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    charly
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    11/04/2015 - 1:19pm
    Si dices que Ribera fundó ciudadanos, y que ciudadanos plagia el discurso de podemos, y re quedas tan fresco, no merece la pena leer nada de lo que escribes, puesto que no pones el más mínimo interés en decir algo que sea cierto
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    Anonimo
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    09/04/2015 - 9:04pm
    Leo este artículo y denota mucha envidia contra el Señor Rivera, hasta ahora es de lo pocos políticos sensatos de este Pais, que estando en la oposición no ofrece el Oro y el Moro y el primero que dice que su enemigo no es ni el PP, ni el PSOE, ni PODEMOS, el primero que veo que propone debates serios, solo hay que ver sus presentaciones económicas, podrán o no estar de acuerdo, pero creo que es sano debatir de eso y no estar a ver quien es mas corrupto....o menos...
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    MGeGe
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    09/04/2015 - 11:55am
    Carai, leodesdemadrid, si que te ha sentado mal el artículo. Es verdad que Ciutadans (asi se llamaban antes) lleva tiempo como partido en Cataluña. Pero desde hace bastante poco decidió dar el salto a la política nacional presentandose como partido centrista... Si no te ha gustado la foto igual hubieses preferido la del Rivera con la bandera del aguilucho y estética neonazi. Y respecto a la comparación con el PP, fue la mismísima Esperanza Agurre quien dijo que tanto Ciudadanos como Vox eran de los suyos, en mi opinion intentando guiar a su electorado desengañado. Bastante notorio es tambien el interes que tienen los medios de comunicacion en encumbrarle ynpresentarlo almismo nivelque podemos, siendo este ultimo un partido de marcada trayectoria ciudadana (pues salio del 15M) y ciudadanos no. Mucho miedoveo en la derecha y me gusta, como puede un presunto democrata (hasta que se demuestre lo contrario) temer un parlamento sin mayorias???!!!
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    Charly
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    09/04/2015 - 12:11am
     Acertadisimo análisis, estoy totalmente de acuerdo con el autor del articulo, ¡chapeau! !.
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    Angeles Jiménez
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    08/04/2015 - 8:55pm
    Intentar condenar y encasillar a Albert Rivera como de derechas porque habla a los empresarios y de lo importante que es crear empresas que den trabajo a muchas personas me parece ,cuanto menos, una simpleza. 
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    teresa
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    08/04/2015 - 5:56pm
    Yo creo que tiene mucha razon. Lo que vamos conociendo de Albert, esta claro que favorece a los empresarios en detrimento de los ciudadanos, es decir, igual que el PP. por eso lo miman. Algo tiene que cambiar para que nada cambie, es lo que dicen los banqueros, empresarios etc de ciudadanos, no así de podemos pq su intención es empoderar a los ciudadanos y devolver la dignidad y el estado de bienestar
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    Marcos López
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    08/04/2015 - 1:09pm
    Me parece bien que critiques a Ciudadanos, pero al menos informaté un poco. Albert Rivera no fundó Ciudadanos, con fallos así, pierdes toda credibilidad en el análisis.
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    leodesdeMadrid
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    08/04/2015 - 12:31pm
    Eso de que Ciudadanos "Incluso plagia gran parte de su discurso" [a Podemos], me parece una soberana tontería. ¿Cuantos años tiene cada partido? Aunque Ciudadanos no se presentase antes a otras autonómicas o generales, ¿Cuanto tiempo lleva denunciando corruptelas e introduciendo la regeneración democrática en Cataluña? Las mismas criticas que él lleva tiempo haciendo a Artur Más resulta que ahora se las hace Pablo Iglesias a la casta. Y ojo que no le quiero quitar mérito a Pablo Iglesias y a todos los grandes avances de Podemos. Simplemente critico al periodista que los describe como si uno copiase lo que dice el otro.  Articulo muy demagogo. Una pena que para intentar desprestigiar a Albert Rivera se tenga que recurrir a estas falacias y a una foto en la que se le vea con una pose extraña. Una pena que se considere a un político (y por extensión a su partido) como rama B del PP o como un chorlito que bebe de lo que queda dentro de las fauces de un cocodrilo inamovible. Puede que haya cosas ciertas, pero todo suena a medias verdades. Si Albert Rivera no se metió en el PP (que desconozco si lo pensó) quizás no era solo por sentirse un mindundi, quizás es porque es un poco mas centrista que el PP en ideas y creía que no había nadie que propusiese las medidas que propone Ciudadanos. En eso consiste la política, en que si algo no te convence, cámbiate de partido. Y si no hay ningún partido donde quieres estar, ahí tienes la opción de crearlo.   El periodista intenta vincular lo más posible a Albert con el PP, para que el lector crea que es lo mismo. Y no. Están muy equivocados. Y se va a ver muy pronto. En las autonómicas y generales se verá que no es lo mismo. Que pueden pactar, claro que sí, igual que cualquier otro partido como Podemos y el PSOE en Andalucía, pero también poniendo sus líneas rojas, sus condiciones o pactando con otros si al final las ideas generales siguen un mismo rumbo. No veo nada descabellado que Ciudadanos pacte con el PSOE o con Podemos. 
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