Crisis en la coalición izquierdista
La pelea por la convergencia tensa las costuras de IU

Crece la tensión entre los sectores de la federación partidarios de trabajar por la confluencia con Ganemos y Podemos, y la vieja guardia de la formación.

04/02/15 · 8:00
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De izquierda a derecha, Miguel Reneses, todavía secretario de Organización de IU; Willy Meyer, candidato en las últimas europeos que renunció a su escaño en Bruselas, y Cayo Lara, secretario general de IU. / Adolfo Luján / Diso Press

La inédita caída del bipartidismo y el descontento social por la gestión de la crisis económica vaticinaban hace no mucho tiempo un buen año electoral para Izquierda Unida (IU), el partido de implantación estatal que más había rechazado las políticas de ajuste y de recorte impuestas por la troika y aplicadas por el PP y el PSOE. El joven diputado Alberto Garzón comenzaba a ser popular y transmitía una imagen de relevo generacional. Pero a principios de 2014 apareció Podemos. Además del daño electoral que el nuevo partido pueda hacerle, IU se enfrenta a un debate sobre la confluencia con otras fuerzas que amenaza con acabar en escisión en Madrid, una de sus federaciones más importantes.

¿Cuánto apoyo puede restarle Podemos a IU? Un análisis del Ins­tituto Balear de Estudios Sociales sobre 150 encuestas publicadas los últimos cinco años revela que “cuando Podemos no existía, IU y UPyD llegaron a doblar apoyos”, pasando IU del 6% al 13%. Sin embargo, “la entrada de Podemos les ha hecho retroceder de manera muy significativa”, afirma, dejando a la coalición en el entorno del 5%. “Podemos es un competidor que puede reducir el espacio y tamaño electoral de IU de modo muy importante”, señala Luis Ramiro, profesor del Departamen­to de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Lei­cester. “Desde la prudencia, las encuestas más fiables nos dicen que hace unos pocos meses un porcentaje muy alto, superior al 40% probablemente, de antiguos votantes de IU en 2011 ahora declaran su intención de votar a Podemos”.

La fragmentación del voto de la izquierda que arrojaron las elecciones europeas y la crisis que atraviesa el régimen del 78 han obligado a IU a redefinir su papel para encarar un año con cuatro citas electorales. El pasado junio, Alberto Garzón asumió la dirección de la secretaría ejecutiva del Proceso Constituyente y Convergencia con, entre otros, el encargo de coordinar y dirigir “las políticas que hagan posible la construcción de un bloque político y social alternativo” con las fuerzas “susceptibles de converger con IU” y con “los movimientos sociales que sufren la crisis en movilización”, según el documento que aprobó el Consejo Político Federal. Asumido por todas las corrientes que el objetivo es confluir, el debate interno, enconado en algunos casos, se centra ahora en cómo llevarlo a cabo.

Según Ramiro, autor del libro Cambio y adaptación en la izquierda: la evolución del PCE y de IU, un proceso de convergencia “es organizativa, política e ideológicamente muy complejo” y tiende a tensar la organización. “Muchos de los elementos que cimientan la continuidad de un partido se ponen en juego: desde la identidad política y organizativa, la continuidad del funcionamiento habitual y los incentivos para participar en la organización, hasta cuestiones más básicas de tipo logístico”, asegura.

Tensión en Madrid

Si hay un territorio donde la tensión está poniendo al límite a la organización es Madrid. Tania Sánchez y Mauricio Valiente ganaron en diciembre las primarias, abiertas a militantes y simpatizantes, para elegir los candidatos de IU-Comunidad de Madrid (IUCM) a la Presidencia regional y al Ayuntamiento de la capital. Su postura favorable a una mayor convergencia con otros partidos choca con la del sector que controla la Ejecutiva regional (con un 51% de sus miembros), reacia a fórmulas nuevas. Valiente ha anunciado además que se presentará a las pri­marias conjuntas anunciadas por Ga­nemos Madrid y Podemos. “Cuando uno se presenta como candidato, y yo lo he hecho, se pone a disposición de la organización, no al revés; eso lo calificaría como un poco caciquil”, comenta Raquel Ló­pez, concejal de IU en el Ayun­tamiento de Madrid y rival de Va­liente en las primarias. “En mi organización nunca ha habido costumbre de que haya líderes que lo deciden todo”, apunta. López afirma que lo que ha aprobado el partido es “estar en los procesos de convergencia siempre con la forma jurídica de coalición, de no perder las siglas, la identidad”, y recuerda que “en Barcelona se está viendo un proceso muy similar [al de Ganemos] con Guanyem y allí están respetando la identidad”.

Jorge García Castaño, excompañero de López en el grupo municipal, discrepa: “Me parece un error plantear cosas a priori. La coalición me parecía la mejor opción, pero para eso tienes que convencer a la gente en el proceso y no ir con apriorismos. Igual que cuando Podemos planteaba lo de la agrupación de electores. No ha sido acertado por ninguna de las dos partes”. En su opinión, si el objetivo de Ganemos es crear “una candidatura de unidad popular con protagonismo ciudadano” en la elección de candidatos y en la elaboración del programa, “la parte burocrática, o qué es eso legalmente, es lo de menos”. “Que sea un partido instrumental, una agrupación de electores o una coalición en realidad sólo tiene que ver con las ventajas o desventajas legales en cuanto a la ley electoral que tienen cada una de esas fórmulas”, concluye García Castaño, que dimitió como concejal el pasado 22 de enero por sus diferencias con la línea de IU-CM. No ha sido el único. Su compañero Ángel Lara renunciaba a su acta de concejal el 3 de febrero aduciendo “razones personales”.

“Yo lo he hablado con compañeros, a los que verdaderamente aprecio y admiro, que tienen miedo a que el trabajo de IU durante muchos años desaparezca o se diluya tanto que se vuelva irreconocible, y en eso tienen un punto de razón”, reconoce Gonzalo Caro, militante en Madrid y partidario de la confluencia. Remarca que “tampoco vale llegar a la convergencia y que se pierdan ciertas maneras de trabajar clásicas de IU: la elaboración colectiva, el estudio, el preparar los temas, los programas sólidos, ciertas posiciones políticas, etc”. Sin embargo, Caro cree que hay “gente interesada que usa ese miedo para azuzar el identitarismo y dificultar la convergencia”.

Ángel Pérez y Gregorio Gordo

El debate sobre la confluencia coincide, o se mezcla, con el conflicto por la resistencia de Gregorio Gordo y Ángel Pérez a cumplir las reiteradas peticiones de IU federal, y del sector crítico en Madrid, para que dimitan como portavoces de la coalición en la Asamblea y en el Ayuntamiento madrileños por los cargos de responsabilidad que ocuparon durante el saqueo de Caja Madrid y Bankia. El caso ha tenido su último capítulo en el escándalo de las ‘tarjetas black’ y salpica a IU por la implicación de su último consejero en la entidad, José Antonio Moral Santín, imputado y expulsado del partido.

“Yo entiendo que mañana Ángel Pérez y Gregorio Gordo deberían estar en el grupo mixto”, opina Álvaro Aguilar, secretario general del Partido Comunista de Madrid (PCM), formación que les ha abierto un expediente, proceso que “lo normal”, opina, es que termine en su expulsión. El conflicto se recrudecía el 3 de febrero, cuando el PCM rompía con la dirección de IU-CM, no reconociéndola y cargando contra su vieja guardia. Apostaban así por la confluencia y quedaba en el aire la posible ruptura total del partido con la federación. “Desde el punto de vista orgánico, tanto desde IU como en el partido, no pueden seguir siendo los portavoces de IU”, indica Aguilar.

El anterior intento de resolver esta situación se produjo en la Presi­dencia Federal del 31 de enero. Sin embargo, sus conclusiones no pasaron de anunciar el expediente a los portavoces díscolos, mostrar su apoyo a los candidatos electorales y hacer un llamamiento a trabajar por la convergencia. “No se ha determinado nada más que hay que analizar y estudiar en profundidad la nueva cuestión que ha surgido, que es la posibilidad de un partido instrumental”, comenta Aguilar en referencia a la fórmula jurídica recientemente propuesta por Podemos y Ganemos.

Por si todo esto fuera poco, el PP presentó una querella contra Tania Sánchez por presuntas irregularidades en unos contratos adjudicados a la empresa de su hermano siendo ella concejal de Rivas. Su probable admisión a trámite dejaría a la candidata en una situación difícil, ya que el código ético de IU obliga a dimitir a los cargos y militantes imputados en casos de corrupción o tráfico de influencias. Ella dice que su futuro político dependerá de la gente de Madrid y que no se decidirá “en un despacho”. Hay quienes temen una ruptura como las que se vivieron años atrás en Esquerra Unida del País Valencià y en Ezker Batua. La pregunta es cuánto coste electoral tendría para IU-CM una salida de Sánchez de la coalición y cómo afectaría al conjunto del partido.

Los otros epicentros de IU

Más acostumbrado a situarse en la oposición, actualmente IU tiene llave de Gobierno en tres comunidades autónomas, en las que las federaciones funcionan de manera autónoma pero no sin tensiones con la dirección federal. El proyecto de cambio impulsado por Alberto Garzón pasa por la solución en Madrid y la apertura de un nuevo panorama político en Andalucía, Asturias y Extremadura, donde Podemos amenaza con quitar el suelo bajo los pies de IU. 

Andalucía

Adelanto ­electoral

El año electoral arranca en Andalucía el 22 de marzo. La decisión de la presidenta de la Junta de romper el pacto con IU le ha llevado a adelantar las elecciones. Según Susana Díaz, el
referéndum que IU anunció que plantearía en junio a su militancia para evaluar el desarrollo de una serie de leyes que la organización considera fundamentales “ponía fecha de caducidad al Gobierno”. Sin embargo, la coalición había apoyado los presupuestos de Díaz un mes antes. En un informe leído ante el Consejo Andaluz de IU, su coordinador regional, Antonio Maíllo, afirmó que el adelanto electoral es un intento de “recomposición del bipartidismo en el que IU, obviamente, es un obstáculo”, y acusó a Díaz de actuar “movida por un cálculo electoral”. Maíllo será el candidato a la Presidencia y durante la campaña, además de a la amenaza electoral de Podemos, tendrá que enfrentarse a la pregunta de si volverá a pactar con el PSOE. Para más inri, la CUT, el partido de Diego Cañamero y Sánchez Gordillo, integrado en IU desde 1979, se inclina por la confluencia. El propio Cañamero presentaba junto a la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, la candidatura de Ganemos en El Coronil (Sevilla). Asimismo, la sección de la CUT en Almería ha abandonado la coalición para buscar una “unidad popular con total independencia de IU”.

Asturies

Llamazares, candidato a Presidencia

El ex coordinador general de IU entre 2000 y 2008, Gaspar Llamazares, será el candidato de la coalición a la Presidencia del Gobierno asturiano en las elecciones autonómicas previstas para el 24 de mayo. Llamazares se impuso en las primarias, abiertas a militantes y simpatizantes, a la candidatura de Manuel González Orviz, coordinador general de la federación asturiana. En la presentación de su candidatura en las primarias, Llamazares, que ya fue cabeza de lista de IU al Principado en 1995 y 1999, se mostró partidario de converger con otras fuerzas: “Frente al blindaje de las viejas políticas, queremos formar parte del cambio con otros, cooperar y dialogar y ser el núcleo y el eje de ese cambio”, aunque dejó claro que el PSOE “tendrá que hacer un esfuerzo importante para acabar con el continuismo y el clientelismo que propició en Asturias”. IU obtuvo en 2012 cinco escaños en la cámara autonómica y firmó un pacto de investidura con el PSOE que hizo posible la llegada a la presidencia de Javier Fernández. Éste ha aprobado los presupuestos de 2015 con los votos del Partido Popular.

Extremadura

Primarias cerradas

La militancia de IU Extremadura celebra estos días un proceso de primarias, en este caso cerradas a los simpatizantes, para elegir a su candidato a la Presidencia de la Junta. A la cita acuden el coordinador regional extremeño, Pedro Escobar, y el militante y activista Miguel Manzanera. Escobar deberá defender su gestión en una legislatura que comenzó con la polémica decisión de IU Extremadura de permitir el Gobierno del Partido Popular absteniéndose en la investidura de José Antonio Monago, un movimiento que generó fuertes tensiones con la dirección federal. Manzanera apuesta por participar con otras fuerzas en espacios como Ganemos Extremadura y critica cierta pasividad de sus compañeros en la asamblea autonómica. “En la calle pasa como dentro de IU, una parte de la ciudadanía no entiende por qué los diputados de IU no han sido más beligerantes con los del PP. Especialmente los sectores sociales más combativos y golpeados por la crisis se han enfrentado a nuestros diputados”, comentaba en una entrevista en eldiario.es. El resultado se conocerá el 22 de febrero.

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comentarios

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    Eneas
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    04/02/2015 - 8:37pm
    Creo que se están confundiendo dos cosas distintas: La primera es la falta de ética de Ángel Pérez y Gregorio Gordo al no asumir responsabilidades y apartarse. La segunda es la confluencia con Podemos: que se rechace la presencia de Gordo y Pérez y que se pueda confluir con Podemos y con otros partidos en muchas cosas, no quiere decir que IU acabe creando listas con Podemos. Parece desde fuera que hay dos bandos: El bando 1 que quiere seguir manteniendo las siglas y que no ve necesario expulsar a nadie por ética y el bando 2 que quiere absoluta limpieza y quiere una unión de siglas. Yo tomaría partido por una mezcla: que expulsen a quien no reuna las condiciones éticas para presentarse (tanto Gordo, Pérez y también Tania Sánchez si su proceso sigue adelante) pero que no se confluya con Podemos, en mi opinión un producto preparado exclusivamente para ganar y absorver a todo el que quiera converger con ellos.
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    Laura Guillén Olavide
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    04/02/2015 - 12:23pm
    El error sigue siendo ver a Podemos como un rival y una amenaza para IU. El principal problema que tiene IU no es Podemos, sino el que está dentro de la misma organización. Lo que está sucediendo en Madrid solo hace que minar la confianza en el partido. La confluencia debe basarse en unos objetivos comunes, que son acabar con el bipartidismo y el capitalismo depredador que solo beneficia a una minoría, y eso es lo que deben ver todos los que se oponen a perder esa preciada "identidad". Pero la identidad que deberían temer perder no viene con las siglas, sino con los principios que rigen la izquierda y los que no estén dispuestos a seguirlos deberían simplemente apartarse.
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