Más de 20 muertos en los enfrentamientos tras la muerte de una activista a manos de la policía
El asesinato de Shaimaa Sabagh y el aniversario de la revolución egipcia

Shaimaa, miembro de la Coalición Popular Socialista, participaba en un acto en memoria de los mártires de la revolución del 25 de enero. La policía egipcia le disparó tres balas y la mató el pasado sábado.

26/01/15 · 16:18

Colocar un ramo de flores en un memorial se ha convertido en Egipto en una acción de riesgo. Un acto de terrorismo puro. O eso al menos es lo que parece que interpretan algunos policías, como los que el pasado sábado abatieron hasta la muerte a la alejandrina Shaimaa Sabagh en las inmediaciones de la emblemática plaza Tahrir. Tres balas. Según los forenses, a unos ocho metros de distancia. Distancia insuficiente, parece ser, para que los policías no confundan un ramo circular de flores con una AK47, un cóctel molotov o ve a saber con qué.

Shaimaa, miembro de la Coalición Popular Socialista y madre de un niño de cinco años, participaba en un acto en memoria de los mártires de la revolución del 25 de enero. Esa revolución de la que ayer domingo se cumplían cuatro años. Esa revolución que iluminó fugazmente el mundo, hizo caer a uno de los dictadores más bien afianzados del planeta en una de las zonas más sensibles del globo y puso esperanza donde hasta entonces solo había silencio. Un doloroso silencio que vuelve a cubrir el mundo entero.

La muerte de Shaimaa dinamitó el aniversario de la revolución. Las protestas y la indignación volvieron a romper la barrera del miedo cuatro años después

No se trataba de ninguna manifestación ni de ningún acto contra el gobierno. La Coalición Socialista que lo organizaba no forma parte de ninguna oposición prohibida. De hecho forma parte de los grupos que participaron en las manifestaciones del 30 de junio de 2013 que condujeron a la deposición del gobierno de los Hermanos Musulmanes y la entronización del actual statu quo. Y de hecho hacía exactamente 12 días que representantes del partido se habían reunido con el general Sisi a invitación de este mismo. De hecho no lanzaron ninguna consigna contra el nuevo rais. Simplemente gritaron aquello de “pan, libertad y justicia social”, el lema de aquella revolución hoy tan lejana. Y los policías, alertados por posibles contubernios islamomasónicos en una plaza Tahrir cerrada al tráfico y tomada militarmente, decidieron actuar y desalojar la protesta como si en el mismo Vietnam estuvieran. Efectividad pura.

Efectividad pura porque cuatro años después ese cántico, ese lema que se encontraba en el corazón de las protestas de Tahrir de 2011, es poco menos que un lema proscrito. Curioso aniversario, el del 25 de enero, cuando la plaza que simbolizó aquellas protestas estaba, como comentábamos, cerrada al tráfico. En lugar de gente había tanquetas militares, furgones antidisturbios y camiones de detenidos. Barreras de espinos impedían el acceso. Y si alguien osaba alterar la calma ya sabía lo que le esperaba. Shaimaa murió el sábado. El viernes también había muerto Sondos Reda, una chica de 17 años, en una manifestación de los Hermanos Musulmanes.
 

De hecho los actos oficiales para conmemorar ese día fueron cancelados. Irónicamente la excusa fue la reciente muerte del rey Abdallah Abdelaziz de Arabia Saudi. Siete días de duelo decretados en Egipto para llorar la muerte del que fuera gran aliado y defensor de Mubarak y que hoy representa el mayor apoyo político y económico al régimen del general Abd el-Fatah el-Sisi. Riad se llenó de altos cargos internacionales para llorar la muerte del rey saudita a quien catalogaron de renovador, modernizador y, llegando al sumum del cinismo, defensor de los derechos de la mujer, según la máxima dirigente del FMI Christine Lagarde.

Suponemos que lo de renovador será por la exportación del wahabismo sunita y el salafismo, lo de modernizador se referirá a los 90 decapitados de 2014 y lo de defensor de los derechos de las mujeres debe ser por los nueve millones de mujeres que no pueden conducir ni ser consideradas ciudadanas de pleno derecho. 15 días después de reunirse en París para decir que todos eran Charlie, los líderes mundiales con el francés Hollande a la cabeza se volvían a reunir en Riad. Curioso eso de pasar en dos semanas de criticar el extremismo islamista a llorar la muerte de su máximo exponente y patrón.

La muerte de Shaimaa no deja de ser excesiva y dolorosamente simbólica del aniversario revolucionario. El 25 de enero de 2011 las protestas estaban convocadas contra los excesos del ministerio de Interior. 4 años después vemos como el cuerpo policial sigue con las mismas prácticas. Miles de presos políticos entre barrotes, 15 periodistas entre rejas, el derecho a manifestación prohibido, tortura sistemática en las comisarías. El régimen tampoco ha cambiado mucho. Al-Sisi, firmando las paces con Qatar y con el fantasma del denominado extremismo islamista reinando la región, parece más fuerte que nunca. Ahora unas elecciones a dos meses vista con los partidos intentando crear una lista única, sin observadores internacionales que quieran avalar el proceso y retomando las leyes electorales que se le criticaban entonces al rais. Hoy mismo salen de prisión los hijos de Mubarak y mientras tanto la Justicia ha sido incapaz de encontrar responsables a los más de 800 manifestantes muertos de aquella revolución de 2011. Unos muertos a los que Shaimaa iba a homenajear con una simple flor y por la que recibió 3 balas por respuesta.

La muerte de Shaimaa dinamitó el cuarto aniversario de la revolución. Devolvió las protestas a las calles y la indignación a una gente que volvía a romper la barrera del miedo 4 años después. Y que ponían paréntesis al práctico monopolio islamista de las protestas en Egipto. Se repitieron enfrentamientos con la policía. Unos enfrentamientos que dejaban 24 nuevos muertos en el país. Algunos ya plantean que la muerte de Shaimaa podría ser un nuevo revulsivo, una chispa, como lo fue el también alejandrino Khaled Said entonces. El tiempo dirá, pero algo parece que se vuelve a mover en Egipto.

De hecho quizás este fue el mejor homenaje a aquél 25 de enero de 2011. Porque es lo que más se le asemeja.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto