Una entrevista colectiva con Effi Yannopoulou militante de base de Syriza.

Texto de Doris Gutiérrez
Una de las preguntas más recurrentes estos días era qué iba a hacer Syriza si ganaba. Y Syriza ha ganado. En esta entrevista, Effi Yannopoulou, militante de base, nos habla de las tareas urgentes del partido, las que empiezan hoy. De paso aprovechamos para experimentar con la entrevista colectiva, invitando a conversar con ella a las personas que nos enviaron sus preguntas para este viaje.
Desde la distancia oigo la voz de Effi. ¿Cómo estás? Cansada. Eso nos preguntamos y nos respondemos las dos cuando nos juntamos en el patio del colegio electoral. Ella más que yo, hay que reconocerlo. Estos días nos hemos ido encontrando aquí y allá y no ha parado y hoy, jornada electoral, Effi lleva desde las 7 de la mañana en la mesa. Y hasta las 23 o así no saldrá de allí.
Effi está dentro de la sección de Cultura de Syriza. Es traductora de literatura, ensayos y teatro. Desde las plazas, desde Syntagma, también trabaja en una revista que se llama Unfollow y que surgió de la mano de periodistas despedidos de otros medios de comunicación, como resultado de la necesidad de contar lo que estaba pasando.
Cuando llego al colegio ella justo sale a por unos cafés para ella y sus compañeras: un abogado, una secretaria y una mujer de Amanecer Dorado. Me dice que qué necesito, le digo que le quiero hacer unas preguntas. Bien, lo que quieras, me dice. No sé si le encanta charlar con nosotras, o tiene más paciencia que una santa.
Volvemos con los cafés y nos sentamos en un banco del patio del colegio. Será porque tenemos dos motos de policía delante que empezamos a hablar de eso. En este colegio votarán 150 agentes. Todos ellos votan en una misma urna, que, aunque compartida con otra gente, sirve para hacerse una idea de la tendencia. Effi dice que la mayoría de ellos vota a Amanecer Dorado. Me dice que la tarea de democratizar la institución policial será de las más difíciles. Recuerda el caso de un chico al que unos nazis le dieron un paliza: después se demostró que uno de ellos era el número dos de Amanecer Dorado. Recuerda cómo, para contrarrestar la presión de un fascismo cada día más fuerte en las calles, fueron a hacer presión el día del juicio. En cambio, dice, sintió más miedo cuando uno de sus vecinos le dijo que les iba a votar. “Me da más miedo que la gente normal apoye a un partido violento y criminal porque lo asocian con trabajo que compartir tiempo con los propios criminales”. Hoy mismo, nos da una prueba de ello. Durante todo el día le acompaña una mujer con el pelo cardado, mirada penetrante y una chaqueta de leopardo ¿adivinan de qué partido? Me sorprende animándome a que la entreviste. Yo me alegro de no ser periodista, ni pretenderlo.
Entonces Alberto, vecino de Burgos, le lanza la primera pregunta y empezamos con este experimento de entrevista colectiva:
Si Syriza ganase las elecciones, y pensando en la nueva y difícil etapa que se abre de gobierno, ¿habéis contemplado la posibilidad de crear un "cuarto poder", "el poder ciudadano" que pudiese expresarse en un organismo público y físico de control ciudadano?
Esa es una de las propuestas, abrir el campo de decisión a la gente y espero que se haga. Creo que este tipo de cosas se trabajan mejor a nivel municipal que estatal y que es importante que así sea para que no se convierta en una parodia de participación. Menciona una publicación en la que la mayoría de los intelectuales hablaban de eso, haciendo referencia a que el tema está en la mesa.
Hasta la crisis, dice, no había posibilidad de intervenir en la política. Después de la crisis, se ha intervenido desde las calles y de forma creativa, no utilizando vías formales. Dice que ni si quiera en el parlamento había interés en la política, ya que se votaban cosas sin siquiera leerlas, pero que eso ha cambiado, que con la crisis la gente volvió a la política.
Sigue Lucía, vecina de Lavapiés:
¿Ves viable que en los próximos meses llegue al poder un bloque de izquierdas en la región sur de Europa (Portugal, España, Italia, Grecia), que haga posible enfrentarse con cierto peso a las políticas neoliberales actuales?
España puede, Irlanda después también, parece que en Portugal la izquierda está ganando pero no creo que lleguen al poder. En Italia el Movimiento 5 Estrellas parece que había ganado algo, pero ahora no se oye hablar mucho de ello. Renzi parece que es bastante socialdemócrata…
El otro día un chico italiano me dijo que el movimiento 5 Estrellas era un movimiento de derechas.
No creo, lo que pasa es que es populista y no tiene un carácter claro.
Ernesto, vecino de Lavapiés, llega a la entrevista y está decidido a quedarse.
En un contexto hipotético de victoria de Syriza y, por consiguiente, de apertura de un proceso de enorme complejidad política, ¿cuál sería tu opinión respecto a las principales señas de identidad de una nueva institucionalidad en el país que debiera desplegarse desde la acción gubernativa de Syriza?
No se puede cambiar la constitución porque Nueva Democracia ya ha empezado a cambiarla: eso significa que hasta la siguiente legislatura ya no se puede tocar. Pero, en realidad, sin cambiarla aún se pueden hacer muchas cosas para democratizar las instituciones.
Una de las primeras cosas que se harán será facilitar el acceso a la nacionalidad de las personas migrantes (actualmente la única manera de obtener la nacionalidad es casarse con una persona griega). Es un proceso que ya empezó el Pasok y que Nueva Democracia abolió tras su llegada al poder. Otra cosa que espero que se haga es acabar con los campamentos de detención de inmigrantes, porque es algo que me hace sentir culpable en cada minuto del día. En estos ‘campamentos’ es donde meten a las personas que van indocumentadas y pueden estar allí en condiciones infrahumanas, peor que en una cárcel, hasta 2 años y medio. Para estar indocumentada puede bastar con haber perdido el trabajo, o ser una persona refugiada. Confío en que se acabe con esto pronto, porque mucha gente de Syriza ha militado en este ámbito.
Otra de las prioridades es resolver la crisis humanitaria, mejorando las condiciones de vida de las personas más pobres, facilitando el acceso a la electricidad, la alimentación o subiendo el salario mínimo interprofesional.
Sigue Ernesto:
¿Cuáles serán los marcos de relación con los movimientos sociales y las experiencias de autogestión?
Hay muchas personas que trabajan en el tema de la economía social, colectivista o autogestionada, por ejemplo a través de Solidarity For All (el brazo de Syriza dedicado a coordinar, apoyar o impulsar iniciativas de solidaridad y autogestión), y que le darán continuidad a ese trabajo. Por ello está previsto que se cree un ministerio o un subministerio para ello. Lo mejor es que no haya en el futuro próximo la necesidad de cosas como las clínicas sociales, porque la salud pública esté abierta para toda la gente. Las experiencias de autogestión en general, tanto para mí como para Syriza en general, son un elemento elemental para una nueva economía social y anticapitalista.
En la siguiente pregunta Ernesto coincide con mi vecino Rafa de Gamonal:
¿Qué estrategias de resistencia tienen pensado desarrollar frente a las políticas e imposiciones de la Troika y la Unión Europea?
No sé si soy la persona más apropiada para responder a esta pregunta, pero siempre se menciona esto como una fuerte amenaza, mientras que en realidad los mayores retos de Syriza están en el interior. Me parece mucho más difícil romper la plaga de corrupción entre poderes económicos, mediáticos y políticos en Grecia. En cualquier caso, la visión de Syriza es la de empezar por intentar negociar, que es algo que nadie ha hecho hasta el momento y empezar a buscar nuevas alianzas en el contexto europeo, con España, Italia o Francia, por ejemplo.
Termino la entrevista reformulando en positivo la pregunta de Martín, vecino de Lavapiés:
¿Qué deberías haber corregido cuando tuviste el tiempo para hacerlo? Háblame de lo que echas de menos después de un año pensando en hoy. Y también, ¿qué es de lo que más orgullosa te sientes?
De lo que más orgullosa me siento es de la resistencia que la gente ha tenido en la calle y de los procesos de solidaridad, cooperación y autogestión que han surgido en Grecia, porque eso sí ha producido un cambio en la sociedad, porque la gente empezó a probar otra manera de hacer las cosas. En el lado negativo pongo el hecho de que a partir de 2012 la gente empezara a abandonar las calles, bien porque hacían falta manos para dar forma a este nuevo proyecto político que era Syriza, bien porque la gente pasara de la acción a la espera de que otros hicieran las cosas por ellos.
Con su pregunta, Martín quería preguntarle a su yo futuro (eso es Grecia respecto a España) qué es lo que no se le debe pasar por alto. Y aquí yo, Doris, me tomo la licencia de decir que quizás lo que no se nos debe pasar por alto sea sonreír. El otro día Esther, feminista de Lavapiés, le preguntó a Sissy Vovou si habían conservado la alegría en este año de lucha que nos llevan de adelanto, y que cómo lo habían hecho. Y Sissy dijo que así, no olvidando los logros.
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