25.000 mineros con pensiones de invalidez permanente por silicosis



29/12/08 · 17:59
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La huella que el carbón ha ido dejando
en España se vuelve más
negra a medida que nos acercamos
a la provincia de León y a la
región de Asturias. En esta demarcación
asturleonesa se concentra
más del 80% de la producción nacional
de antracita, cifra que se
eleva al 90% si nos referimos a la
hulla. Las elevadas concentraciones
atmosféricas de polvo de carbón
en sus explotaciones inciden
negativamente en la seguridad laboral
y la salud de los mineros de
la zona. A principios del siglo XX,
leoneses y asturianos trabajaban a
destajo en esta atmósfera insalubre
sin horarios definidos, bajo la
norma patronal de que, en función
de lo que quisieran ganar, tantas
horas debían trabajar. Pero no hace
falta remontarse un siglo atrás.
En la actualidad, los datos oficiales
hablan de 25.000 mineros asturleoneses
con pensiones de invalidez
permanente por silicosis,
enfermedad profesional asociada
a la extracción del carbón.


Instituto Nacional de Silicosis

No es casual que el Instituto Nacional
de Silicosis (INS), único nacional
para el tratamiento paliativo
que requiere esta enfermedad, se
ubicara en Oviedo, en un intento de
dotar a la región asturleonesa de un
centro que ayudara a paliar la trágica
situación que vivían los mineros
de la demarcación. Hasta la creación
del INS, en el año 1970, la silicosis
llevaba irremediablemente a
la muerte. Es difícil conocer datos
concretos sobre el número de fallecidos
por silicosis, puesto que la mayor
parte de casos ni siquiera se había
diagnosticado previamente.
“Los mineros que no fallecían en accidentes
laborales, lo acababan haciendo
por silicosis; de una forma u
otra, la profesión llevaba asociada
su propia pena de muerte”, explica
José Sala, jefe clínico de Neumología
del Hospital de Oviedo. Los altos
niveles de material particulado
no sólo inciden en las condiciones
laborales de los mineros, sino que
las poblaciones asturleonesas cercanas
a las explotaciones también v
en afectadas su salud ambiental.
Las denuncias no cesan. Mientras
que en Villablino (León) se estima
que más de 150 familias respiran
día tras día el polvo de la montaña
de carbón, en Mieres (Asturias), la
Coordinadora Ecoloxista alerta sobre
los niveles de partículas en suspensión
y de óxidos de nitrógeno
del municipio, por encima de los
máximos establecidos por la directiva
europea en vigor.

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