El martes, 2 de diciembre, las calles del centro de Atenas se llenaron en apoyo a Nikos Romanos, el anarquista de 21 años encarcelado que lleva en huelga de hambre desde el 10 de noviembre. La marcha se ha repetido en las ciudades de Tesalónica, Patras y Chania.

A cuatro días del sexto aniversario de la muerte de Alexis Grigoropoulous a manos de la policía griega, las calles empiezan a oler a humo y el fuego continúa siendo la imagen más visible de las protestas. El apoyo a Romanos continúa, el joven que hace seis años fue testigo del asesinato de su amigo Grigoropoulous y que ahora se encuentra ingresado en el hospital ateniense Gennimatas en graves condiciones. Romanos continúa exigiendo su derecho a las salidas educativas que le corresponden en la facultad del Instituto de Educación Tecnológica de Atenas pero el ministerio de justicia y el consejo de las prisiones de Koridallos lo han denegado.

La solidaridad con Romanos ha sido visible desde el comienzo de su huelga de hambre y va creciendo a medida que su estado empeora. El pasado domingo se organizó una concentración enfrente del hospital donde se encuentra ingresado y a la que acudieron alrededor de mil personas que le mostraron su apoyo con frases como "la pasión por la libertad es más fuerte que todas las celdas".

La marcha, a la que acudieron alrededor de diez mil personas, terminó en el barrio de Exarcheia. Allí, la policía inundó la parte central con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento y varios coches y un autobús fueron incendiados. Al menos 15 personas han sido arrestadas.