Hace apenas unas horas, el primer Parlamento tunecino elegido democráticamente ha iniciado sus sesiones. Al mismo tiempo, los partidos políticos y los votantes empiezan a debatir a quién apoyarán en la segunda ronda de las presidenciales.

La Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP) se constituyó hoy en el Palacio del Bardo de Túnez con los diputados elegidos en las elecciones del pasado 26 de octubre. Sus 217 representantes, 149 hombres y 68 mujeres, han formado el primer Parlamento después del período de transición iniciado con el derrocamiento de Ben Ali en 2011. Durante este tiempo, se han sucedido los trabajos de la Asamblea Constituyente y varios gobiernos provisionales.
Ali Ben Salem, diputado de mayor edad, ha sido elegido presidente provisional en esta primera sesión. Ben Salem, que lloró al jurar su cargo sobre un ejemplar del Corán, es un militante histórico de los derechos humanos que fue condenado a muerte durante la ocupación colonial francesa, a cadena perpetua en el periodo de Bourguiba y perseguido por Ben Ali. Actualmente, el diputado está integrado en las listas de Nidaa Tounes, alianza de centro-derecha “modernizadora y laica”, según su propia definición, y antiislamista, según los calificativos de algunos de sus opositores.
En todo caso, su presidencia es provisional, ya que Nidaa Tounes, ganador de las legislativas con 86 diputados, ha acordado con otros partidos, y en desacuerdo con Ennahdha y Congreso por la República, esperar a conocer al presidente de la República para formalizar gobierno y elegir el jefe del Parlamento. Según Le Courier de Les Atlas, Ennaceur Mohamed, vicepresidente de Nidaa Tounes, es favorito al cargo gracias a los votos de su partido y el apoyo anunciado de Afek Tounes.
No fue invitado a la sesión Moncef Marzouki, anterior presidente de la Asamblea Constituyente. Marzouki será rival de Béji Caid Essebsi (Nidaa Tounes) en la segunda ronda de las presidenciales, que se espera que se celebren el próximo 21 de diciembre. Rachid Ghannouchi, líder del partido islamista de derechas Ennahdha, ha calificado la jornada como histórica.
Enconados debates electorales
Una semana después de las votaciones en las presidenciales, la actualidad tunecina está marcada por agrios debates en torno a varias claves. Tras unos resultados más apretados de lo esperado, con sólo seis puntos de diferencia entre Essebsi y Marzouki, se ha afilado el juego de declaraciones y alianzas para la segunda ronda. Ni Ennahdha ni el Frente Popular (15 asientos en el Parlamento y con Hamma Hammami como tercero en las presidenciales) han hecho pública su postura después de un fin de semana de debates internos.
Después de las declaraciones de algunos dirigentes que expresaron que en ningún caso se pediría el voto para Marzouki por “su cercanía a los islamistas”, Hamma Hammami se reunió con Béji Caid Essebsi el 1 de diciembre. Por otra parte, se espera que Ennahdha mantenga su postura de no pedir el voto de manera oficial para ningún candidato. En la primera ronda, en la práctica, se combinó con que muchos de sus seguidores y militantes votaron e hicieron campaña por Marzouki. El “Berlusconi” tunecino, el empresario Slim Riahi, del UPL, ha anunciado su intención de apoyar al jefe de filas de Nidaa Tounes.
Por su parte, los votantes han empezado a elucubrar. Para algunos como Malek El Khadraoui, director de la web magazine Inkyfada, se trata de elegir entre “Chirac y Le Pen, como pasó en Francia hace años”, por lo que optará por apoyar a Marzouki. Muchos de los votantes del Frente Popular dudan entre la abstención o apoyar a Essebsi, pese a su pasado de represión contra las izquierdas durante las dictaduras. Es lo que va a hacer un militante de un partido estalinista del Frente. Otros, como Sonia Ben Yahmed, de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas, optarán por el voto en blanco, para no elegir entre dos opciones “igualmente desastrosas”.
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