Juzgan a una víctima de trata de personas por resistirse a ser deportada

La policía pide 18 meses de cárcel para Sandra, que denunció haber sido víctima de una red de trata de personas y estar amenazada de muerte en su país.

28/11/14 · 11:51

El Juzgado de lo Penal número 22 ha juzgado hoy a Sandra –nombre ficticio–, una mujer de origen latinoamericano para la que la policía pide 18 meses de cárcel y una multa de 180 euros por agresiones y atentado contra la autoridad. La afectada afirma ser víctima de una red de trata de personas y estar amenazada de muerte si vuelve a su país. Los hechos se remontan a octubre de 2011, cuando Sandra, que llevaba cerca de un mes encerrada en el CIE de Aluche, iba a ser deportada. Sandra se autolesionó para evitar su deportación, cortándose en el brazo. Cuatro policías la redujeron y, después de que la curase el Samur, la esposaron de pies y manos. Uno de los policías, al que ya había visto en anteriores estancias en el CIE, la llamó “sudaca de mierda”, afirma Sandra, quien explica que este agente la golpeó contra la pared mientras estaba atada. Este mismo policía es el que ha denunciado a Sandra. La abogada de la afectada ha pedido al CIE la grabación de ese día de la entrada del centro, donde tuvo lugar la agresión policial, pero desde el centro afirman que las cámaras no estaban funcionando.

El testimonio de los policías ha sido contradictorio. Uno decía que Sandra estaba sentada, otro que tumbada. Todos decían que fue hace tres años, que no se acuerdan de mucho”, explican desde el colectivo Ferrocarril Clandestino. Además de los policías y la propia Sandra, durante el juicio ha declarado como testigo una compañera de celda en el CIE, que explicó en la sala que, el día de los hechos, oyó los gritos de la afectada cuando intentaban deportarla y que, cuando volvió a la celda, mostraba moratones, marcas en las muñecas y tobillos por las bridas que le puso la policía, chichones en la cabeza y le habían arrancado una trenza. “Ha sido curioso, los policías han reconocido que siempre en las deportaciones se ponen bridas a la gente, que no depende de la actitud de la persona que van a deportar, lo hacen por protocolo. Es algo que venimos denunciando y ahora la propia policía lo ha reconocido”, apuntan desde Ferrocarril Clandestino.
 

Cámaras ciegas a los malos tratos

Desde Ferrocarril Clandestino explican que el centro no dio el parte médico de Sandra en el que se muestran los golpes recibidos en el intento de deportación, tampoco las imágenes grabadas por las cámaras del centro. El mal funcionamiento de las cámaras de seguridad en estos centros es también una de las denuncias que se lanzan desde el colectivo Tanquem els CIE, que en octubre ya presentaron quejas en los juzgados de Barcelona porque desde el CIE de Zona Franca aducían que las cámaras estaban rotas o no grababan cuando se les pedían imágenes del centro con las que se pudieran demostrar los malos tratos y torturas denunciados por los internos.

Víctima de trata de personas

Sandra, que actualmente tiene permiso de residencia, afirmó, tras su primer intento de deportación, ser víctima de una red de trata de personas y estar amenazada de muerte si retornaba a su país. Desde la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid dijeron que “no se deduce que existan motivos razonables” para creer su versión, aunque, según la abogada de Sandra, no se realizó ninguna diligencia para comprobarlo.

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