Palataforma ciudadana de cara a las elecciones
Llegó la Marea Atlántica para acabar con la élite coruñesa

A Coruña se organiza en una ‘marea’ para echar un pulso en las municipales.

, Madrid
01/11/14 · 8:00
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“Chegou a marea, Chegou a marea”. Así se presenta un proceso respaldado, por el momento, por más de 2.800 coruñeses. Abogados, conductores, profesores, sociólogos: todos caben en la Marea Atlántica, cuya intención es sacar brazo para echarle un pulso al establishment en la ciudad de Breogán, formando parte de la “rebelión democrática que viene”.

En A Coruña sabemos lo que es ser una ciudad de mareas vivas”, advierten desde su manifiesto. “Somos mayoría las que pensamos que ya es suficiente. Que ha llegado la hora de cambiar las cosas de una vez”, dicen.

El objetivo de la Marea Atlántica es apropiarse “de las herramientas necesarias para combatir la desigualdad y construir una ciudad y un país distintos”. Rocío Fraga es una de las personas que nadan en esta nueva marea coruñesa, y lo hace desde la experiencia de los movimientos sociales. Es ella quien explica que no se debe confundir esta Marea Atlántica con una plataforma de partidos o colectivos: “Es un proceso, el proceso municipalista de A Coruña”.

“Todas las inscripciones en la marea son individuales”, recuerda. Y así será hasta diciembre, cuando “las fuerzas políticas decidirán si se unen o no”. Por el momento, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) ya ha decidido que irá por libre. Los demás partidos, salvo PP y PSOE, “en principio están dispuestos a confluir en la marea”, pero todo se verá en diciembre, explica Rocío Fraga.

¿Cómo funciona la marea?

“Había gente que nos preguntaba qué era la marea. Ahora ya no hay dudas, la gente ya nos conoce”, explica Rocío. La Marea Atlántica nació desde un grupo promotor que abrió un proceso de participación a través de asambleas barriales. Lo primero era validar las firmas necesarias y crear el documento de principios básicos. “Ahora nos situamos en la segunda fase, donde estamos reforzando las mareas barriales y sectoriales, que son el pulmón del proyecto”, aclara.  
 

El objetivo de la Marea Atlántica es apropiarse “de las herramientas necesarias para combatir la desigualdad"
No tienen mucho tiempo, ya que en enero quieren tener el programa preparado para presentarse a las elecciones. Pero lo hacen con fuerza, respaldados por grupos de trabajo y dando a conocer su finalidad: crear un proceso horizontal para satisfacer las necesidades de la ciudadanía. “Y creemos que ya estamos teniendo influencia”.

Una de las propuestas de la Marea Atlántica es iniciar el proceso desde los barrios, dando protagonismo a los ciudadanos, liberándolos de lo que llaman los “grilletes de la vieja política”. Ciudadanía es la palabra clave: el objetivo es “buscar una nueva forma de organizar la vida en común, construida por la ciudadanía, al servicio de la ciudadanía y bajo el control de la ciudadanía”.

La del barrio de Agra de Orzán es la primera marea territorial coruñesa. Éste es el barrio con más densidad de población de Galiza, con 688 habitantes por hectárea, y uno de los más densos de España. El 12% de los residentes en A Coruña viven en Agra, y su población es, en general, muy mayor. Este proyecto se lanzó poco después de que naciera la Marea Atlántica a mediados de julio. Desde entonces ha celebrado siete reuniones en las que se debaten los problemas de la zona.

“En este grupo hay desde jubilados a estudiantes, muchos parados, gente de ambos sexos y con mucha experiencia en movimientos sociales y asociacionismo vecinal”, asegura Erik Dobaño, que trabaja en esta marea. “Hemos lanzado ya un primer boletín con los problemas que hemos detectado en el barrio: de movilidad y espacios públicos”, añade. El barrio de Agra cuenta con dos únicos espacios públicos, la avenida pea­tonal de Barcelona y el parque de As Conchiñas, en obras desde hace un año. Así, el barrio cuenta con un metro cuadrado de espacio público para cada tres habitantes; un metro cuadrado para cada seis desde que las obras comenzaron en el parque. “Ten­dría­mos que salir por turnos a pasear”, denuncia Erik.

Además, en este barrio los equipamientos son nulos, tanto sanitarios como culturales, así que la gente mayor “se queda encerrada en su propio distrito”. De esta forma, desde la marea de Agra, respaldados por la experiencia de quienes llevan años trabajando en asociaciones vecinales, buscan soluciones. “Intentamos buscar los problemas más acuciantes de cada barrio, para que el programa político –que se elaborará en diciembre con las propuestas de las diferentes mareas– responda a esas necesidades reales”, aclara.

Oportunidades de ganar

En las elecciones europeas Agra do Orzán votó por la izquierda, dando un 35% de los votos a la suma de Anova-Esquerda Unida, BNG y Po­de­mos, es decir, cuatro puntos más que el PSOE y uno más que el PP. “Este espacio de confluencia de las fuerzas de izquierda en el barrio, y en otros barrios populares de A Coruña, daría la oportunidad de ganar o de, al menos, llevar una representación a María Pita [el Ayun­tamiento]”, asegura Erik. El mes y medio que le queda a la Marea Atlántica para consolidarse es clave para su futuro.

Belén Fernández, que también está implicada en este nuevo movimiento, confía en que a este proceso se vaya sumando cada vez más gente. “Desde luego, A Co­ruña es una ciudad donde no es difícil que las ideas innovadoras tengan calado”, asegura. “El Gobierno municipal no está llevando a cabo una gestión que atraiga, tiene muchas voces críticas y ahí es donde se crea un contexto de oportunidad para estas alternativas”, añade.

El tiempo no corre a su favor, pero hay razones para ser optimista. “Estamos en un proceso acelerado de descomposición del régimen político y económico, en el que todos los días están saliendo escándalos y la gente está asumiendo cambios muy rápidamente –explica Belén–. Y todas esas personas van a apostar por otro tipo de iniciativas”.

Los mayores, la generación más compleja

“El cabreo se extiende a las familias, a otras generaciones y a más capas de la sociedad”, asegura Belén Fernández, integrante de la marea. También a la población de más edad, que pierde acceso a la sanidad o incluso que se ha visto afectada por el caso de las preferentes. No obstante, esta generación es la más reticente al cambio. “Es un sector complejo al que llegar porque las vías de comunicación que usamos son alternativas –como las redes sociales–, aunque intentamos llegar a ellos a través de comunicación tradicional”, añade.

Sacarle los colores a la clase política

La Marea Atlántica, basada en una metodología de participación ciudadana, está obligando “a las viejas fuerzas políticas a hacer, al menos, cambios estéticos”, explica Belén Fernández, integrante de la marea. “Esto ya es un éxito. Creo que ellos mismos, creando asambleas e invitando a los ciudadanos a debates, están entendiendo el mensaje de que su manera de operar ya no está socialmente aceptada”, añade. Así, parece que este proceso ha abierto una ventana que permitirá airear el modelo político. Según Erik Dobaño, otro miembro de la marea, parece que “el viento empieza a entrar, pero con dificultades”. Mientras, la marea sigue con su intención de crear un proceso de participación abierta lo más horizontal posible.

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comentarios

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    Fosfeno
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    03/11/2014 - 7:49pm
    Pura filfa. No hagáis caso. Se trata de oportunistas en busca de hueco político aprovechando el río revuelto. La trampa está en el germen: los grupos iniciales no se portan de forma&nbsp;totalmente asamblearia (ni muchísimo menos; en&nbsp;algunas reuniones incluso&nbsp;se ha pedido que se hagan llamamientos pero &quot;de poca intensidad&quot; para que vengan sólo los ya iniciados que repartirán la tarta). Así, con esta forma pseudodemocrática&nbsp;van vendiendo el bacalao a otros grupos políticos acomplejados sabiéndose ganadores en la nueva&nbsp;forma de actuar (herederos &quot;porque ellos lo&nbsp;valen&quot;&nbsp;de la corriente 15M, Podemos y <em>la nueva política</em>). Cuando tienen adeptos, se debaten cosas generales&nbsp; para hacerse ver en público (no siempre dirigida de forma cualificada o experta, o con directrices políticas claras); lo importante -la organización que tantos sarpullidos aparenta darles en teoría- se pacta en privado en pequeños y algo incógnitos grupos. . Por ejemplo, el reparto de las portavocías con los adeptos que se acerquen al proceso, no se ha decidido aún, pese al tiempo transcurrido desde el lanzamiento. <strong>De este modo, las caras visibles desde el principio sacarán tajada directa. Eso no va a la asamblea hasta que tengan consolidado su&nbsp;protagonismo mediático </strong>(formato Podemos: primero ponen un líder, luego, cuando sea suficientemente&nbsp;conocido&nbsp;someten a la asamblea quién es el líder). . Si todo va bien, los <em>panolis</em> de la vieja política, incapaces de salirse del cauce burocrático a la antigua usanza, caeran en las redes de esta marea y repartiran candidaturas con unos personajes que no han pasado ningún filtro ni dentro ni fuera de un partido; sin la menor experiencia y cuyo origen político podría ser de lo más oscuro (algún &quot;exiliado&quot; del difunto BNG están dando muestras de liderar con fuerza este proceso). . Hay que ser muy pardillo para tragarse el engaño de las mareas.
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