El edificio Cadete7 estrenó la Obra Social de los colectivos de vivienda en Madrid. Tras él seguirían siete ocupaciones más de inmuebles en los que han sido realojadas más de doscientas personas.
En la mañana del 3 de octubre del pasado año, un grupo de unas cincuenta personas se concentraban frente a un edificio de viviendas, hasta entonces vacío, ubicado en el barrio de Carabanchel. El número 7 de la calle Julio Llompard se abría para recibir a sus primeras vecinas: seis familias que, por diversos motivos, carecían de una vivienda digna. Nacía así Cadete7 que hoy cumple su primer aniversario.
El proceso de recupación del inmueble fue gestado por la Asamblea de Vivienda de Carabanchel y la de Lavapiés e inspirada por la campaña Obra Social que impulsaba la PAH a nivel estatal: recuperación de bloques de viviendas para familias desahuciadas, desalojadas o sin posibilidad de acceso a una vivienda digna. Cadete fue el pistoletazo de salida de la Obra Social de Madrid que, a día de hoy, se consolida con un total de ocho edificios liberados en la región: tres en Centro, tres en Vallecas y uno en Móstoles. Se estima que más de doscientas personas han sido realojadas en Madrid gracias a esta iniciativa de las Asambleas de Vivienda y por algunas PAHs integradas en la Asamblea de Vivienda de Madrid, desde donde se coordina esta campaña. A nivel estatal la suma de edificios liberados bajo el paraguas de la Obra Social asciende a más de 20 lo que supone una cifra aproximada de 1200 personas realojadas en bloques y pisos vacíos propiedad de entidades bancarias.
Este ciclo de ocupaciones, fruto del trabajo realizado entre vecinas de los barrios y las propias afectadas, pone de manifiesto la fuerza de las nuevas “instituciones” populares. En palabras de Júlia, participante en la Asamblea de Vivienda Centro, “este proceso demuestra que un movimiento social fuerte, estructurado, coordinado a nivel estatal, con políticas enfocadas a lo micro y utilizando la acción directa puede ejercer suficiente presión como para atacar las grandes entidades bancarias y modificar sus políticas”. Además, la campaña de Obra Social no tiene solo como objetivo el realojo inmediato de familias sino impulsar la cohesión de un grupo y la implicación de las propias afectadas en la resolución de sus problemáticas más cotidianas. "Conseguir fusionar un problema concreto de emergencia habitacional con los otros problemas relacionados con la vivienda, enriquece mucho a las ocupantes de los diferentes bloques que entienden que la solución no pasa por conseguir un techo momentáneo sino en la organización conjunta para erradicar el problema de forma global”, apunta Júlia.
Verse de repente sin un techo bajo el que cobijarse cambia radicalmente la forma de entender el mundo. “Cuando te quedas sin casa te sientes fracasada. Para mi significó una ruptura familiar y me sentí muy hundida hasta que comencé a juntarme con más afectados y me dí cuenta de que no era la única”, cuenta una de las habitantes del edificio liberado Cadete7. “Pero también supuso comenzar a dar menos importancia a lo material. Todo el proceso de ocupación y de trabajo con las asambleas de barrio me ha hecho desarrollar un pensamiento más crítico y más claro; todo un proceso de aprendizaje político”.
A la espera de unas negociaciones que no llegan con el Sareb, propietario del inmueble, las habitantes de Cadete7 siguen peleando en los tribunales. Dos de las habitantes fueron identificadas y, tras un auto en el cual el juez acordó su desalojo cautelar, esperan a que la Audiencia Provincial resuelva el recurso interpuesto. Si la resolución que se acordara fuera favorable, primando el derecho a la vivienda por encima del derecho a la propiedad, “sería un gran triunfo a nivel legal y un precedente muy positivo para este tipo de ocupaciones en la región de Madrid”, afirma una compañera de la Comisión Legal de Sol que participa en el proyecto de la Obra Social de Madrid llevando la defensa jurídica del edificio.
Tras un año de andadura, de la Obra Social de Madrid se evidencian los graves problemas habitacionales que sufre la región pero también la existencia de iniciativas populares orientadas a solucionarlos. En palabras de una de las habitantes de Cadete7, “los problemas sociales nos incumben a todas, seamos afectadas o no, y todas somos responsables de la solución”.
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