Un año después de la puesta en marcha del contrato integral de limpieza, con recortes del 30% y 350 trabajadores menos, Madrid rebosa basura.

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El tópico dice que en agosto en Madrid no se queda nadie, pero, viendo los niveles de basura que se concentran en algunas calles, lo que parece es que este año los barrenderos han sido los únicos en salir de vacaciones. “Antes la empresa suplía a la gente que se iba de vacaciones y ahora no tiene obligación de hacerlo”, confirma Daniel Gismero, militante de Comisiones Obreras y uno de los barrenderos de Madrid que protagonizaron la huelga de recogida de hace casi un año. Otro trabajador de la limpieza confirma que la frecuencia de paso por algunas calles disminuye en verano más de una semana.
Los contenedores rebosan, el olor a meados es un tema de conversación recurrente en las zonas de ocio nocturno, los alcorques de los árboles urbanos se llenan de desperdicios, y en las redes sociales se difunden fotos de montañas de basura bajo la etiqueta #MadridDaAsco. Nada nuevo y, sin embargo, como señala Francisco Caño, de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), “podemos decir que este año ha sido peor que el año pasado, que fue peor que el anterior”.
Sangría laboral
Y es que el recorte de presupuestos y plantillas ha sido progresivo y constante en los últimos tiempos. En tan sólo cuatro años, el dinero destinado a la limpieza viaria y de espacios públicos se ha reducido en casi un 50% y, según denuncia Gismero, “desde 2011 está habiendo una reducción de plantilla: han desaparecido todos los contratos temporales, que supusieron unas 2.000 personas menos, y también han desaparecido todas las campañas de apoyo que había, como la de la hoja y la de Navidad”.Del contrato integral de gestión del servicio de limpieza se beneficiaron OHL, Valoriza, Cespa y FCC
La situación se vio coronada en agosto de 2013 con la puesta en marcha del contrato integral de gestión del servicio público de limpieza y conservación de los espacios públicos y zonas verdes, un contrato del que se beneficiaron OHL, Valoriza (Sacyr Vallehermoso), Cespa (Ferrovial) y FCC, y que, además de suponer un recorte del 30% del presupuesto, se saldó con la eliminación de 325 puestos de trabajo, a lo que se suman las más de mil jornadas mensuales que, denuncian los trabajadores, se pierden por culpa de la aplicación del expediente de regulación temporal de empleo que les afecta. Según la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, los madrileños se habían “acostumbrado a un nivel de limpieza muy alto”.
Barrio rico, barrio pobre
Este verano, los partidos de la oposición, las asociaciones de vecinos y grupos de ciudadanos han compartido la preocupación por el estado de la vía pública. No opina así el Equipo de Gobierno municipal, que en varias ocasiones ha negado que exista un problema de limpieza. Ante las preguntas de Sara Porras, militante de IU en el Distrito Centro, sobre el problema de salud pública generado en el barrio de Lavapiés, que ha dado lugar a una plaga de chinches en los últimos meses, el concejal popular David Erguido Cano manifestó que no hay problema de higiene en Lavapiés, y que las plagas se asocian a “circunstancias especiales” como “la presencia de personas de otras etnias” y el cambio de tendencia del ocio en el barrio. En un chat en Madridiario, el delegado de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito, defendía que la ciudad no está sucia y que los problemas de este verano darán pie a penalizaciones sobre el contrato.
“No hay un servicio eficiente si se precarizan las condiciones laborales de los trabajadores”, explica Porras, quien ha trasladado la preocupación de vecinos de los barrios de Lavapiés y Embajadores, un vecindario que ha pasado a la denuncia a través de las redes sociales. Lavapiés Sucio es la cuenta de denuncia de una docena de vecinas, que en agosto se percataron de que, “aunque el problema de la suciedad en el barrio viene ya de largo, este verano ha alcanzado límites nunca vistos antes”.
Pero las quejas por el deterioro de los barrios no sólo provienen del Distrito Centro. Por la nueva adjudicación, Madrid está partido en seis áreas, y cada una tiene una asignación presupuestaria distinta, explica Daniel Gismero: “Casualmente son los más pudientes los que tienen mayor dotación presupuestaria; también es cierto que unas zonas se priorizan más que otras”. El criterio para atender más a unas zonas, explica este trabajador de la limpieza, lo establece el Ayuntamiento o la propia contrata.
Así, las asociaciones de vecinos de los barrios periféricos de Madrid denuncian el especial abandono de estas áreas. “Con la disminución de trabajadores, donde se vuelcan es en los barrios en los que la suciedad se ve más, en éstos estamos más abandonados. En Colonia Fontarrón, en Puente de Vallecas, tenemos un solo barrendero que se encarga de todo el barrio; el muchacho tarda dos días en bajar a la parte baja, no da abasto”, explica María del Carmen Moreno, de la Asociación de Vecinos Fontarrón, quien añade que “hay bichos de alcantarilla, botes y restos de comida por las calles”.
“Casualmente son los [barrios] más pudientes los que tienen mayor dotación presupuestaria”
El abandono de las calles, por el contrario, apenas se nota en los barrios “altos” de la ciudad y en otras zonas residenciales. “Tenemos la certeza de que en la calle Serrano no se permite desde el Ayuntamiento que se den estas situaciones ni se atreverían a insinuar que los vecinos del barrio de Salamanca son incívicos. Hay mucho de clasismo en su actitud”, denuncia una de las responsables de la cuenta Lavapiés Sucio: “Quién sabe si la diferencia no es otra que en ese barrio sí les votan y en éste no, ni piensan que vayamos a hacerlo nunca”.
En los últimos meses, se ha denunciado la existencia de brigadas especiales de limpieza que se centrarían en determinadas zonas. “Lo de las brigadas especiales son los propios trabajadores de las contratas, que son convocados para limpiar cuando hay una inauguración, una visita o para reforzar zonas cuando hay eventos”, explica Caño, quien añade que “dentro del mismo centro de la ciudad, son algunas calles las que están limpias; digamos que la parte del escaparate se limpia y la de detrás queda sucia”.
Pero la situación, denuncian, todavía puede empeorar más si al desastre en la limpieza viaria se suman más recortes en el servicio de recogida de basuras. El 25 de agosto se abría la licitación del servicio de recogida y transporte de basuras en 14 distritos periféricos de la capital. El contrato, que está previsto que entre en vigor el 1 de octubre y tenga una duración de 13 meses, se adjudicará previsiblemente a Urbaser, ya que ha ofrecido una rebaja de nueve millones de euros sobre el presupuesto base del Ayuntamiento, en un concurso al que también se han presentado los grupos empresariales FCC y Valoriza. En definitiva, en el horizonte planea el temor a más despidos y precariedad, además de más suciedad para Madrid.
La limpieza, en cuatro manos
Cespa (Ferrovial)
Se adjudicó el contrato de limpieza del lote 1 (Distrito Centro, Chamberí, Tetuán y Argüelles) por 340 millones de euros al presentar la oferta económica más ventajosa, con una rebaja del 12,56% sobre el presupuesto de partida
Valoriza (Sacyr)
Consiguió el lote 2 (Arganzuela, Retiro, Salamanca y Chamartín) por 342 millones, con una rebaja del 16% en el presupuesto, y el lote 3 (Latina, Moncloa y Fuencarral) por 338 millones, con un 23% menos.
OHL
Se adjudicó el lote 4 (Ciudad Lineal, San Blas-Canillejas, Hortaleza y Barajas) por 322 millones de euros, al presentar la oferta económicamente más ventajosa, con una rebaja del 16,56% sobre el presupuesto de base planteado por el Ayuntamiento.
FCC
Se hizo con el lote 5 (Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Moratalaz y Vicálvaro) por 303 millones de euros, con una rebaja del 14% sobre el presupuesto; y con el lote 6 (Carabanchel, Usera y Villaverde) por 296 millones de euros, con un 13% de rebaja.
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