El caso Infosa I
Recortes y despidos en las brigadas forestales

Según trabajadores de Infosa, el ex consejero de Medio Ambiente Carlos Mayor Oreja compartía un chalet de lujo con el presidente de Infosa, cuyo mantenimiento y jardinería lo realizaban bomberos forestales pagados con dinero público.

28/04/14 · 12:37

Texto de Emilio Delgado

El cuerpo de Bomberos en la Comunidad de Madrid se divide en la actualidad en tres bloques diferenciados: bomberos funcionarios, personal laboral y, por último, desde el año 1997, el personal perteneciente a empresas privadas.

El 22 de junio de 1995, Alberto Ruiz-Gallardón cierra su primer equipo de Gobierno con el nombramiento, como consejero de Medio Ambiente, de Carlos Mayor Oreja, hermano del ex ministro del Partido Popular Jaime Mayor Oreja. Miembro del ala más dura del partido, destacó por sus alabanzas al franquismo, al que denominó como "un periodo de extraordinaria placidez".

En un principio, la gestión del servicio de prevención y extinción de incendios se adjudicó a la empresa Talher S.A. y, posteriormente, a la unión temporal de empresas (UTE) A.P.Y. Floresur. Sin embargo, poco después la concesión del servicio en la zona Oeste de Madrid recae en Infosa.

Para entonces, el consejero Carlos Mayor Oreja compartía una lujosa vivienda en la urbanización Somosaguas con Carlos Roldán Curiel, precisamente el que es hoy director de la empresa Infosa, que gestiona estas brigadas de bomberos privatizadas de la zona Este de Madrid.

Algunos de los trabajadores de Infosa han sido testigos de la convivencia entre Carlos Mayor Oreja y Carlos Roldán Curiel. Aseguran que, durante varios años se les incluyó en la nómina unos incentivos a cambio de realizar horas extraordinarias, obras y labores de mantenimiento en el chalet de ambos. Estos incentivos se pagaron según estas fuentes, en la misma nómina que se les extendía por prestar sus servicios como bomberos forestales, es decir, con dinero público.

De esta forma quedó dividido el servicio de prevención y extinción de incendios forestales en dos zonas, la correspondiente al Este de Madrid gestionada por Matinsa S.A. y la que se ocupa de la zona Oeste que es Infosa.

Hasta el presente año, los pliegos se fueron renovando al alza, por lo que apenas hubo conflictos laborales significativos, pero con la llegada de la crisis y la entrada de la última reforma laboral se inició una serie de ataques a los trabajadores y sus condiciones laborales que van a ser el origen de un intenso conflicto en el que se mezclan intereses públicos, privados, formas autoritarias de gestión empresarial y la decisión, consumada el pasado 31 de marzo, de suprimir dos brigadas forestales, las que corresponden a Navalcarnero y a Buitrago de Lozoya, cada una de ellas integrada por nueve bomberos.

La Brigada de Navalcarnero forma parte de la comarca IX, Parque del Guadarrama, la más extensa y también la más prolífica en incendios agrícolas y forestales. Eliminar esta brigada implica eliminar la prevención de incendios durante el invierno, práctica mucho más eficaz que la de abordarlos en verano, como han reconocido y de lo que han presumido hasta ahora diferentes expertos y autoridades empezando por la propia Consejería de Medio Ambiente.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de la precarización de las condiciones laborales ya que el personal que con el cambio de pliegos pasa a ser fijo discontinuo trabajará sólo cuatro meses al año. Cabe preguntarse en qué condiciones físicas y psicológicas afrontará un incendio un trabajador que sabe que poco tiempo después se quedará sin empleo.

Mientras se disminuyen los recursos para los incendios forestales, se privatizan estos servicios y se despiden bomberos, el 1 de marzo de este mismo año se inauguró la base para un retén en Bohadilla que ha costado 180.000 euros y que permanece desierta por falta de personal.

 

Artículo publicado originalmente en Voces del Pradillo

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