Huelgas en la universidad
La "externalización" de servicios, la otra cara de la precariedad en las universidades madrileñas

Las huelgas estudiantiles se unen a la política de recortes de las Universidades, que pasan por el deterioro de servicios y la mayor apertura a empresas.

, Madrid
27/03/14 · 16:13
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Manifestación contra el tasazo y el recorte de becas el 27 de marzo. / David Fernández

Los trabajadores de las universidades públicas madrileñas de momento no han sufrido despidos, a excepción de los 301 despedidos en Universidad Polítécnica (UPM) en marzo de 2013. Los ataques a los trabajadores de las universidades se están produciendo principalmente en forma de aumentar la carga de trabajo, congelación de salarios, no cubrir las bajas temporales ni las jubilaciones.

En enero de 2013, los sindicatos de la Universidad Complutense (UCM) convocaron una huelga de seis días no consecutivos en protesta por un recorte que pretendía aplicar la universidad madrileña de 21 millones de euros en los salarios de los trabajadores y del profesorado. El rectorado justificaba este recorte por el hecho de que la Comunidad de Madrid le había reducido en 47 millones de euros su presupuesto. El secretario de CC OO en la Complutense, Jesús Escribano, recuerda que la huelga finalmente se desconvocó porque la universidad renunció a aplicar los recortes de salario, sin embargo, explica que cada vez las condiciones de trabajo son más insostenibles, “la plantilla de UCM tiene una media de edad muy alta y el hecho de que no se suplan las bajas por jubilaciones nos pone en una situación límite, por poner algún ejemplo, antes en biblioteca había diez trabajadores, ahora sólo hay tres o todos los días se tienen que trasladar jardineros del campus de Ciudad Universitaria al de Somosaguas porque en ese campus ya casi no quedan jardineros, no sé cuanto tiempo aguantaremos, pero sí sé que tiene que haber un cambio, porque esta situación no es sostenible en el tiempo, por lo que tarde o temprano tendrán que contratar nuevos trabajadores, pero sus condiciones serán mucho peores que las de unos años atrás”.


 

Ante los recortes de presupuesto a los que somete la Comunidad de Madrid a la Complutense, la universidad sólo plantea alternativas de ahorro basadas en incrementar el precio de los estudios para el alumnado y en disminuir los costes de mantenimiento de su plantilla de trabajadores y profesores. Para evitar esto los sindicatos han propuesto varias alternativas. “En las negociaciones del año pasado propusimos medidas de ahorro como mejorar la gestión que se hace de determinados recursos, bajar los precios y las notas de acceso a los grados para que entren más alumnos, reducir los salarios de gerencia de la universidad, que tienen salarios cercanos a los 100.000 euros anuales, reorganizar centros y departamentos o abrir las instalaciones deportivas a la ciudadanía, porque en muchos casos están infrautilizadas”, explica Escribano.

Otro aspecto que preocupa a la plantilla de UCM, si bien todavía no están muy extendidas, es el de las externalizaciones de servicios, que en la universidad madrileña están limitadas a los servicios de limpieza –empresas Clece y Soldene-, las cafeterías y parte de la vigilancia. “La mayoría de los trabajadores siguen siendo públicos, bien funcionarios o personal laboral, sin embargo el servicio que prestan estos va a ser cada vez más ineficaz, lo que les puede servir de excusa para privatizar este servicio. Y ya sabemos que lo que ocurre después es que la universidad ofrece un pliego de condiciones a las empresas que quieran hacerse con el servicio y las que acepten ofrecer este servicio con un menor gasto son las que ganan el concurso. Posteriormente para no excederse del gasto pactado con la universidad recortan el salario de los trabajadores, como ha ocurrido con las trabajadoras de la limpieza, cuyo salario ahora apenas llega a 700 euros”, resume este representante de CC OO.

El secretario de universidad de Madrid de CC OO, Santiago Cuesta denuncia que la negociación colectiva cada vez es más complicada ya que “sólo negocian cuando tienen la amenaza de una fuerte movilización o una huelga” y además, denuncia que mientras antes las Universidades públicas madrileñas recortaban en infraestructuras para hacer frente a los recortes presupuestarios que aplicaba la Comunidad e Madrid, ahora cargan los ajustes del presupuesto sobre las espaldas de alumnos y trabajadores, lo que hace que la universidad “sea cada vez más elitista y estemos volviendo 30 años atrás”.

Según explica Santiago Cuesta, no todas las universidades madrileñas están en la misma situación: “El mayor recorte presupuestario aplicado por la Comunidad de Madrid lo ha sufrido la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), lo que ha provocado también que sea la universidad donde más caros son los estudios y menos cobran los profesores. Por otro lado la que tiene las cuentas en un peor estado es la Polítécnica, que ha sido la única que ha despedido trabajadores (301)”. En la Complutense la situación presupuestaria ha mejorado sensiblemente los dos últimos años debido a “no cubrir las bajas por jubilación en una plantilla de edad media tan elevada, la subida de tasas y algunas sentencias judiciales que han ganado”. Una de estas sentencias judiciales fue la que castigaba a la empresa encargada de la vigilancia de la UCM por una estafa de 400.000 euros al haber firmado en el contrato más horas de las que realmente hacía. De cara al futuro tampoco ve una situación alentadora “cada vez es más difícil la negociación colectiva por todos los impedimentos que ponen, nuestra lucha se basará en los próximos meses en la movilización y en la vía judicial”.

ERE en la URJC

La precariedad creciente a la que tienen que hacer frente los trabajadores de las universidades encuentra su máxima expresión en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). El pasado mes de enero los 104 empleados de la universidad pertenecientes a la empresa Mundaingenieros, llevaron a cabo una huelga contra el ERE que quería aplicar la empresa para dejar en la calle a 30 trabajadores. Tras dos días de huelga, sindicatos y empresa llegaron a un acuerdo; se retiraba el ERE pero se aplicaría un ERTE de 80 días al año que afectaría a toda la plantilla y además se efectuaron cuatro despidos voluntarios.

El futuro para la plantilla de trabajadores no parece ser nada halagüeño, eso es al menos lo que se desprende de las palabras de un trabajador que prefiere no dar su nombre por temor a represalias. “Cada vez nos están quitando más competencias, quieren convertirnos en muebles, para así poder prescindir de nosotros en un futuro cercano, por ejemplo han puesto relojes digitales en los que el profesor firma cuando entra y sale de clase, esto antes era un trabajo que hacíamos nosotros”. Este empleado de Munda, cree que las cosas empeorarán debido al nuevo pliego de condiciones que redactará la universidad en el mes de junio y que la empresa que gane la subasta del servicio será la que lo realice con un menor coste. “Si antes la universidad ofrecía un millón de euros por el servicio, ahora ofrece 600.000 euros o menos, estamos esperando a que salga el nuevo pliego de las condiciones para ver que acciones tomamos, porque todos tememos que gane el concurso otra empresa que ofrezca el servicio a un coste mínimo y con menor plantilla y que Munda se declare en suspensión de pagos”.

Esta universidad madrileña, con campus en Vicálvaro, Fuenlabrada, Móstoles y Alcorcón es el adalid de las externalizaciones, ya que todos los trabajadores (limpieza, cafetería, biblioteca, vigilancia…) trabajan para empresas privadas que tienen contratos temporales con la universidad. De hecho este empleado recuerdo que las empleadas de la limpieza en la universidad también están en alerta ante la inminente publicación del pliego de condiciones para el sector de limpieza de la universidad y que también temen que implique recortes de salario y personal.

Las condiciones laborales de estos trabajadores y trabajadoras están caracterizadas por la precariedad, la incertidumbre y la presión “Cobramos 800 euros brutos al mes, que al final se quedan en unos 600, ahí van incluidas también las pagas extras y no tenemos otros complementos, como trienios, además hay semanas que me hacen trabajar en sábados y la hora la cobramos al mismo precio” sin embargo, algunos tienen todavía peor suerte “Cada vez hay más trabajadores a media jornada cuyo salario apenas pasa los 300 euros y además las bajas por enfermedad no se cubren y tenemos que aguantar las presiones del coordinador de departamento que nos trata de una forma indigna”.

El Santander, socio privilegiado

El dirigente de CC OO también explica el peligro del hecho que el banco Santander se haya convertido en el principal accionista de las universidades “el negocio le está saliendo muy rentable al banco y eso sólo es posible a cambio de que la universidad, trabajadores y alumnos salgan perdiendo”. Asimismo advierte de que la técnica que están siguiendo las universidades públicas para privatizar servicios es hacerlos insostenibles e ineficaces para así sacarlos gradualmente a concurso. La presencia de las empresas en la universidad -según explica Santiago- no se queda en el ámbito laboral, el Banco Santander ha creado un proyecto de investigación llamado Complutense-Banco Santander, que según el sindicalista es muy rentable para la entidad presidida por Emilio Botín ya que por una pequeña suma de dinero está consiguiendo mucha publicidad y se beneficia de investigaciones que se llevan a cabo en la universidad y advierte de que “El Banco Santander es la empresa que tiene una mayor presencia en las universidades”.

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comentarios

1

  • |
    Manu Gal
    |
    28/03/2014 - 8:44am
    Hay que recordar que CCOO apoyó el Plan Bolonia y la Estrategia Universidad 2015 que ya preveían los recortes y privatizaciones actuales. Y apoyó la elección del rector de la UCM, Carrillo, que las recogía en su programa electoral. CCOO nunca ha criticado las privatizaciones de servicios ni la creciente presencia del Santander en la UCM, de hecho ha contribuido a ellas desde los cargos que ha ocupado y ocupa en la gerencia y equipo rectoral, desde el 2003. Las movilizaciones del año pasado y anteriores fueron siempre muy limitadas por los sindicatos mayoritarios y acabaron hartando a los trabajadores que se sintieron utilizados y traicionados. Obviamente, la empresa-universidad, ante tal debilidad en la protesta siguió con sus políticas antiobreras y antisociales. Ahora, CCOO ante las elecciones a Claustro, etc. trata de ponerse la máscara de superprogre y se apodera de discursos críticos ajenos. Pero son parte del problema.
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