El 15 de marzo está convocada una manifestación en Barcelona contra la subida del precio del transporte, un movimiento que se ha extendido desde Nou Barris a toda la ciudad.
Según el informe Barcelona 2014 elaborado por el Departamento de Estadística del Ayuntamiento, Nou Barris es el distrito más pobre de la ciudad condal. Además, es una de las zonas donde se producen más desahucios. Ciudad Meridiana, uno de los barrios que integran el distrito, es conocida popularmente por el nombre de Villa Desahucio.Nou Barris es también un territorio que ha estado marcado históricamente por la llegada de oleadas migratorias: en la década de los 50, 60 y 70 procedentes del resto de España y, a partir de 2000, de nacionalidad extranjera, fundamentalmente de países extracomunitarios. Así pues, históricamente ha sido una demarcación que ha funcionado como un importante punto de acogida de gente obrera dentro de la ciudad.
Tradicionalmente habitado por gente de origen humilde, las clases populares han sido vitales para que a lo largo de la historia -y actualmente- tenga un tejido asociativo extenso e influyente. Hay multitud de asociaciones, con intereses tan distintos como la lucha por el derecho a una vivienda digna, la causa feminista o el conflicto palestino.
Es en este contexto donde se fragua la Plataforma Stop Pujades. Concretamente en el Casal Popular 3 Voltes Rebel, situado entre los barrios de Porta y Can Peguera. A finales de diciembre de 2013, la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) anunció que la mayoría de los billetes de transporte público subirían de precio.
Rafael Lora, uno de los fundadores de la Plataforma, relata que desde la Trobada Alternativa de Nou Barris esa misma noche se pusieron a trabajar: “Era necesario dar una respuesta inmediata a esta nueva agresión contra el ya escaso poder adquisitivo de las clases populares”.
La problemática
Con la llegada del nuevo año, como ya viene siendo habitual, las tarifas del transporte metropolitano volvieron a subir. La T-10 es la tarjeta de transporte más utilizada. El año pasado, la T-10 de una zona valía 9,80 euros, mientras que este año su precio es de 10,30 euros, lo que supone una subida del 5,10%. Desde la entrada en vigor del euro en 2002 el importe se ha incrementado año tras año. Antes de la llegada de la crisis económica, en 2008, costaba 7,20 euros. Es decir, que desde la caída de Lehman Brothers comprar un bono de diez viajes es un 43% más caro.
Antes de la llegada de la crisis económica, en 2008, costaba 7,20 euros. Es decir, que desde la caída de Lehman Brothers comprar un bono de diez viajes es un 43% más caro.La subida de precios en los billetes de transporte público ha sido una constante que se ha ido repitiendo en los últimos años y que no ha ido acompañada de una correspondiente subida de salario para la mayoría de la población. Por ejemplo, un billete sencillo de una zona ha pasado de costar dos euros en 2013 a tener un valor de 2,15 euros, lo que significa un incremento del 7,15%. Con las nuevas tarifas, únicamente se han mantenido las anteriores en la T-Mes, la T-Jove i la T-Trimestre. Sin embargo, la cuantía de estos títulos ya se había acrecentado considerablemente en comparación con años anteriores. Este hecho se ejemplifica con la T-Mes de una zona, que hace doce años valía 36,30 euros y ahora cuesta 52,75. Es decir, un 45,3% más.
Rafael Lora señala que “todos los años se ha dado respuesta a estas subidas pero nunca han sido escuchadas, si bien es cierto que este año ha sido más contundente”. Además añade que “la situación económica de las clases trabajadoras está muy castigada y la desproporción de la subida de este año ha sido vista más que nunca como un robo, como un ataque a la dignidad de las personas”.
Por su parte, Ricard Riol, presidente de la Promoció pel Transport Públic (PTP), opina que para comprender el porqué de las protestas no hay que quedarse “con el hecho de que haya una escalada de precios galopante, aunque sea el principal motivo”. Explica que hay que tener en cuenta otros factores como “la nula evolución del salario o la reducción y congelación de la inversión en el transporte público”.
Protestas
La Plataforma Stop Pujades cuenta con el apoyo de más de 90 colectivos, que se han adherido a un manifiesto conjunto. Entre ellos se encuentran la Asociación Democracia Real Ya, Badalona Iindignada, IaioFlautes, CGT Barcelona o Arran.
En relación a los partidos políticos, Lora apunta que “excepto Convergencia, la mayoría han dado su respaldo a la reivindicación”. Además, añade que “el tener el apoyo de las Juventudes de Esquerra Republicana en la iniciativa presentada en el Parlament es un paso adelante”, pero que es necesario que “se sume el partido entero para que CIU quede en minoría”. También es relevante el hecho que 106 regidores de distintos partidos, entre los que destacan las Candidaturas d’Unitat Popular (CUP) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), se hayan sumado al manifiesto.
Respecto a la participación ciudadana, explica que “siempre será pequeña en relación a las personas afectadas”, pero que hay que ser conscientes de que “pasar de la concienciación a la movilización es un paso que a la gente le cuesta muchísimo dar”.
La Plataforma decide las acciones que ejecutará de manera horizontal y asamblearia, donde cada persona es un voto. Asimismo, cada barrio tiene libertad para actuar según crea necesario, pero ha de seguir unas directrices básicas marcadas con anterioridad.
Cada miércoles a las 19 h personas de todas las edades se movilizan en más de 40 estaciones de metro y cercanías distintas, reclamando una bajada de precios del transporte público
Desde finales de diciembre, cada miércoles a las 19 h personas de todas las edades se movilizan en más de 40 estaciones de metro y cercanías distintas, reclamando una bajada de precios del transporte público a la vez que corean diversos cánticos. La imagen de las puertas por donde se introduce el billete de metro abiertas de par a par y pegadas con cinta aislante para que no se cierren es ya habitual en las estaciones catalanas, de este modo la gente puede entrar de manera gratuita.
También ha habido días que las protestas han llegado a salir al exterior y han cortado algunas calles importantes como la Diagonal, Paseo de Gracia o la Meridiana.
“Los usuarios del metro tienen una actitud muy positiva hacia nosotros igual que todos los ciudadanos, la gente se siente tan atacada como cualquiera de los que nos estamos movilizando. Por parte de los trabajadores del metro igual. De hecho, el comité de empresa se ha mostrado solidario con nuestra lucha”, apunta Lora.
Mobile World Congress
Entre el 24 y el 27 de febrero se celebró en Barcelona el Congreso Mundial del Móvil, en el cual se congregaron representantes de las mayores empresas de telecomunicaciones del mundo para presentar los productos más novedosos del sector.
El coste que supone para la administración local organizar un evento de tal magnitud, y otros aspectos secundarios, como el de que los congresistas tendrían un pase gratuito para el metro los tres días, encendieron la mecha de la crispación y dieron rienda suelta a nuevas protestas aprovechando el acontecimiento.
Lora explica que en Stop Pujades desde el primer momento se vio claro que el Mobile World Congress “era un buen altavoz para dar a conocer nuestras reivindicaciones tanto aquí como en el exterior, porque aparte de la marca Barcelona que las administraciones quieren trasladar al mundo hay otra Barcelona, la de la pobreza energética, la de la precariedad, la de familias desahuciadas en la calle… que también ha de ser conocida”.
En las fechas que duró la convención, hubo distintas concentraciones. Además, se ocupó momentáneamente la sede del Congreso y el Hotel Casa Fuster.
El presidente de PTP sostiene que “sería ideal que la gente se manifestara pacíficamente sin la necesidad de que hubiera un congreso de móviles por en medio”, aunque cree que “la reacción es normal”.
Reacciones desde el Ayuntamiento y desde ATM
Según la Autoridad del Transporte Metropolitano las subidas de precio que hacen cada año se debe a la deuda de 546 millones de euros. ATM dice que la deuda está provocada en gran parte porque el Estado español ha reducido significativamente su aportación, concretamente 56 millones menos en cuatro años.
Sin embargo, se han conocido otras cifras que apuntan a que ésta no es la única causa: David Fernández, diputado de las CUP, dijo que la línea 9 de metro se presupuestó en 3.000 millones de euros, y actualmente ya va por 17.000 millones. Además, la Coordinadora Obrera Sindical (COS) y las CUP presentaron una querella contra Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) por malversación de fondos, puesto que algunos directivos habían llegado a cobrar 100.700 euros sin contar los pluses correspondientes.
Lora sentencia que “el cuento de echar balones fuera hacia el Estado español, aunque tenga su parte de responsabilidad, ya no convence a nadie que viva mínimamente informado” y que “ésta es una deuda que han generado unos pésimos gestores y avariciosos personajes, no el pueblo”.
“Estamos delante del sistema de ‘puertas giratorias’ tan típico del gobierno y las grandes empresas. Los directivos de TMB cobran fuera de convenio y muchos de ellos provienen de CIU y del PSC”, sentencia.
Joaquim Forn, teniente de alcalde y presidente de TMB, dijo el pasado 14 de febrero que “todo tiene un límite” y que “se prevén sanciones contra los manifestantes que paren el transporte público”.
Riol explica sorprendido que la frase “todo tiene un límite” es una paradoja ya que así se llama una campaña que inventaron ellos al conocer el nuevo incremento de precios (Tot T-Un límit) y apuesta porque la solución a largo plazo sería “instaurar una tarificación ambiental, como la que usan las ciudades europeas de Munich y Viena”.
En relación a las negociaciones, se encuentran en estado de “stand by”, paradas. Por el momento, ambas posturas se han reunido una vez, y ATM ha pedido otras propuestas que no sean congelar los precios de 2013.
Mientras tanto, algo está cambiando en Barcelona. La lucha es constante, y para el día 15 de marzo está prevista una manifestación en la Plaza Sant Jaume. No parece que haya ninguna intención de dar marcha atrás. Desde la Plataforma insisten en que seguirán luchando “hasta la victoria”.
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