Cerca de 150 colectivos participan en una movilización convocada a nivel estatal.

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25 de febrero. Cinco personas salieron andando desde Barcelona. Pocos días después, el 28 de febrero, otras 500 empiezan a andar desde Iruñea y 216 más marchan en Asturies. Ellas han sido los primeros en comenzar el camino que el próximo 22 de marzo convergerá en Madrid. Las Marchas de la Dignidad comenzaron a organizarse en septiembre y, desde entonces, se han sumado cerca de 150 colectivos de todo el Estado, según explica a DIAGONAL Susana, miembro del comité de comunicación de la organización de las Marchas de la Dignidad en Madrid. En total son seis columnas conformadas por personas de todas las comunidades autónomas que entrarán andando en Madrid por las carreteras estatales, y a las que se unirán miles de personas que llegarán a la ciudad el día 22 en autobuses y coches particulares. “Se está sumando mucha gente por el camino, por lo que es imposible determinar el número de personas que llegarán el día 22 a Madrid”, explica Susana, quien señala que ya se ha pedido autorización a Delegación de Gobierno para celebrar una manifestación que partirá de Atocha hasta la plaza de Colón.
Las Marchas de la Dignidad se han convocado bajo cuatro reclamaciones principales: trabajo estable y renta básica, el no pago de la deuda, servicios públicos de calidad y contra la represión y el recorte de libertades. Bajo estas cuatro proclamas, las Marchas han dado espacio para que confluyan varias luchas, la mayoría de ellas relacionadas con lo laboral. Cándido González, de Gijón, partió el 28 de febrero en la Columna Noroeste. Es uno de los dirigentes del sindicato asturiano Corriente Sindical d’Izquierda, que tuvo un importante papel en las luchas de los trabajadores del sector naval y metalúrgico en la región, y en cuyo contexto fue condenado a tres años de prisión por daños. “Estamos trabajando en esta convocatoria desde finales de septiembre y ahora vemos como se convierte en una realidad”, afirma González. Junto a él marchan trabajadores de astilleros, pero también de otros sectores, y jubilados y prejubilados.
Andrés Bódalo, del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), organización precursora de las Marchas, señala el problema del desempleo, que en algunos municipios de Andalucía afecta hasta a un 80% de la población, pero también el drama de los desahucios. Manuel Rodríguez, uno de los precursores del Campamento Dignidad de Plasencia, señala la lucha por la renta básica a nivel estatal, para la que se ha puesto en marcha una iniciativa legislativa popular. Rodríguez denuncia las deficiencias del modelo de renta básica que se ha conseguido poner en marcha en Extremadura. “Nos han vendido humo”, afirma. Por su parte, José Manuel Muñoz Poliz, secretario general de CGT, señala que en esta movilización se agrupan todas las reivindicaciones del sindicato, desde el derecho al trabajo al rechazo a la Ley Mordaza, pasando por la reclamación de la parada de los desahucios.
Trabajadores y elecciones
“Los grandes sindicatos dicen que dan una respuesta, pero son parte del problema, apoyando leyes, no convocando huelgas generales o al no movilizar a los trabajadores en los puestos de trabajo por el alza de los convenios”, afirma Pedro Serna, secretario general de CNT. Este sindicato también ha decidido apoyar las movilizaciones, aunque señalando que no comparten intereses relacionados con “calendarios electorales o la creación de nuevos partidos políticos”. “Creemos que ése es el gran defecto que ronda en torno a las movilizaciones, su carácter electoralista y político, por el que no apuesta la CNT. Pero en la defensa de los trabajadores, estamos todos juntos”, subraya Serna. No son los únicos en criticar el componente electoral de la convocatoria de las Marchas de la Dignidad. La Asamblea 15M Linares ha comunicado su desvinculación de la organización de la convocatoria por este motivo, aunque la organización ha afirmado que estará presente en Madrid el día 22 de marzo para participar en las movilizaciones. El comité territorial del SAT en Cádiz ha mencionado la forma de organización de las Marchas de la Dignidad, que afirman que ha sido “impuesta desde arriba”, como uno de los motivos que han llevado a su dimisión en bloque.
Confluencia de luchas
Aunque los recortes y el empleo son las principales proclamas de las Marchas, la movilización ha servido como punto de confluencia de otras luchas. Las comunidades mineras de Aragón, León y Asturias se han unido a la convocatoria. En Murcia, la salida del cerca de medio millar de marchantes el domingo 9 se hizo desde el barrio de Santiago El Mayor, epicentro de la lucha por el soterramiento del AVE a su paso por la ciudad, una reivindicación que ha movilizado a miles de personas en la región. La salida de Valencia congregó a más de un centenar de personas en el puente de Astilleros, un puente que se construyó por dos millones de euros para el circuito urbano de Fórmula 1 en Valencia y sólo se utilizó durante esos tres días, a pesar de servir de unión entre los barrios de Grao y Moreras. Se ha hecho una acción para recuperarlo, pues estaba bloqueado con vallas. Se ha habilitado para el uso de toda la ciudadanía. Antes de salir de la ciudad, los marchantes fueron al Ciutat de Cremona, un centro de educación infantil de barracones, para apoyar el encierro que desde hace más de veinte días realizan padres y madres para evitar su cierre.
La lucha por la dignidad de las personas presas también tendrá presencia en las movilizaciones, con un grupo que hace referencia a Noelia Cotelo, presa que ha denunciado haber sido víctima de torturas a su paso por la prisión de Ávila. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), la Marea Blanca, la Marea Verde y la Azul, y colectivos de trabajadores de Coca-Cola, Panrico o la EMT, así como decenas de asambleas del 15M y organizaciones sociales como Ecologistas en Acción o Médicos del Mundo, también han expresado su apoyo a la convocatoria.
¿Y después del día 22?
El gijonés Cándido Rodríguez, como muchos otros participantes en las marchas, ve la convocatoria que les llevará el día 22 a Madrid como una “primera iniciativa que pensamos que va a tener continuidad”, una continuidad que se concretará ese mismo día en una asamblea que celebrarán las columnas a su llegada a Madrid.
La convocatoria de una huelga general es uno de los objetivos que se plantearán en esa asamblea. “Nuestra idea es ésa, una huelga general en otoño”, explica Muñoz Poliz, quien señala que la marcha no es el único objetivo y que es necesario que haya una continuidad. Pedro Serna coincide con él: “Es un paso necesario en la lucha de los trabajadores, y son los trabajadores los que la tendrían que poner en marcha y demandar, pero se ven abandonados por las organizaciones sindicales mayoritarias, que están haciendo de apagafuegos, con una política de repuesta mediática, sin oponerse a los grandes recortes laborales y de derechos”. Sobre lo que pueda supone esta convocatoria, Serna se manifiesta optimista: “Tengo la esperanza de que suponga un antes y un después. Dejemos el pesimismo para tiempos mejores”, concluye.
Rumbo a Madrid
Columna Noroeste. Cándido (Gijón) “Pensamos que ésta es la primera iniciativa, que va a tener una continuidad. Hay mucha gente participando que demanda soluciones”, afirma Cándido González, sindicalista de Corriente Sindical d’Izquierda (CSI) de Asturies. Junto a él, otras 215 personas marcharon en la primera etapa de la columna noroeste por la región de Asturies, pero, según explica, hasta Madrid en este momento hay 60 personas que harán el camino a pie. Las demás llegarán el día 22 en los 30 autobuses y dos trenes fletados hasta el momento para participar en las movilizaciones de las Marchas de la Dignidad.
Columna Este. Javier (Valencia). “Hemos salido unos 30 compañeros de Valencia”, explica Javier, uno de los trabajadores del sector audiovisual que, con el cierre de la televisión autonómica valenciana, han visto cómo sus posibilidades laborales se truncaban. A su salida de Valencia, la marcha ha participado en una acción organizada por la plataforma El Litoral per al Pobre para la recuperación de una pasarela construida para la Fórmula 1 que sólo se utilizó en los tres días en los que se celebró, y han apoyado el encierro que desde hace más de 20 días realizan los padres y madres de los alumnos del centro escolar Ciutat de Cremona, en el municipio de Alaquàs, que el Gobierno valenciano quiere cerrar.
Columna Sur. Hilario (Granada). “Yo soy de CGT y además soy abuelo y estoy muy preocupado con el futuro de las nuevas generaciones. No sirve para nada quedarse en casa y no reaccionar con todos los derechos que estamos perdiendo día a día”, afirma Hilario Sánchez. Él salió de Granada caminando hacia Madrid en un grupo de doce personas, algunos de ellos también militantes de CNT, de asociaciones de parados, del SAT o de Stop Desahucios Granada. El día 16 confluirán en Almuradiel con la columna que sale de Córdoba para ir juntos hasta Getafe, donde descansarán un día antes de su llegada el 22 a Madrid.
Columna Norte. José (Logroño). “Estoy sin trabajo y no tengo ningún tipo de ayuda económica. Tengo 44 años y mi futuro se presenta bastante complicado”, explica José, uno de los participantes en la columna que el 6 de marzo partió de Logroño. Junto a él salieron otras ocho personas en dirección a Madrid. José es miembro también de la Asamblea del 15M de Logroño. El día 10, fueron recibidos en Burgos por la Asamblea del barrio Gamonal, y se reunieron con otra que partió de Euskal Herria.
Columna Oeste. Manuel (Plasencia). “Tras año y medio de trabajo, arrancamos al Gobierno de Extremadura una renta básica, pero sólo se ha pagado hasta ahora a 150 personas”, explica Manuel, uno de los precursores del Campamento Dignidad de Plasencia, colectivo que, junto al resto de campamentos dignidad extremeños, han sido promotores desde el principio de la Marcha de la Dignidad. El día 9 salieron desde Mérida cerca de 150 personas hacia Madrid.
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