Entre 30 y 100 personas permanecen, desde el martes, encerradas en la sede de la entidad en Sabadell.
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Entre 25 y 100 personas siguen encerradas, desde la mañana de ayer, en la sede central del banco BBVA en Sabadell. El encierro, organizado por la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca i la Crisi de Sabadell (PAHC) tiene como objetivo negociar los casos de 11 personas que pusieron su casa como aval para la firma de la hipoteca con la entidad de las viviendas de sus familiares. "Son gente mayor, padres de las personas deshauciadas", explica Albert Jiménez, miembro de la PAHC.
Según explica Jiménez, el encierro en la sede del BBVA "es una manera de apelar por estos casos concretos, pero también de denunciar la situación de los avalistas, personas que tienen sus viviendas pagadas y no tiene más relación con el banco que ese aval que se dio en su momento, y que ahora ven que el banco se quiere llevar la vivienda de su familiar y la suya propia". Durante las primeras horas del encierro, la PAHC consiguió reunirse con la dirección de la entidad en Sabadell, pero "no se sacó nada -explica Jiménez-, así que se decidió seguir con la ocupación". De momento, no hay prevista ninguna nueva reunión para negociar los casos de los 11 avalistas.
Para llevar a cabo el encierro en la sede, que ya lleva más de 24 horas, se han montado turnos que se cubren por un mínimo de 25 o 30 personas. También hay picos en los que se han llegado a contar hasta cien personas en la oficina. Ayer, a las 17h, el colectivo celebró una asamblea para decidir cómo actuar ante un posible desalojo la pasada noche. "Más tarde se hizo otra asamblea, en vista de que parecía que no habría desalojo esa noche, y se hizo un llamamiento a los colectivos locales para que pasaran a echar una mano, llevar mantas y provisiones para pasar la noche", explica Jiménez.
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